Cultura

El sueño del exrector de la UNAM es “un México justo. Un México seguro. Y un México que es justo y es seguro, es un México próspero”. Recibe el 22 de octubre el Reconocimiento Especial de la Fundación Premio Crónica

Enrique Graue: La educación es una forma de conciliar la paz y propiciar el desarrollo de un país

Distinción. El exrector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers.

La educación es, finalmente, una forma de poder conciliar la paz y propiciar el desarrollo de un país, dice el exrector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, y quien el 22 de octubre recibirá un Reconocimiento Especial de la Fundación Premio Crónica por su trayectoria académica.

Graue ha sido profesor universitario por más de 45 años y director dos veces de la Facultad de Medicina de la UNAM, cuenta que su sueño para México es el que todos esperamos: “Un México justo, primero. Un México seguro. Y un México que es justo y que es seguro, es un México próspero”.

Dice que es su sueño en ese orden, porque “es el México al que debemos dejar nuestros hijos.

Otro de sus sueños, pero ya cumplido, pero que sigue construyendo, es la formación de oftalmólogos, de los cuales ya son centenas, de los cuales dice que primero fueron sus alumnos, después colegas y luego grandes amigos. “Los he visto desarrollarse y algunos fueron directores de Facultades y otros más rectores en universidades del interior de la República.

Algo de lo que también habla Graue Wiechers, es su labor social en el Conde de Valenciana, una institución de ayuda a las personas con problemas visuales y de la que dice “estamos creciendo muy bien para apoyar a más pacientes”.

¿Cómo se siente al recibir este Reconocimiento Especial de las Fundación Premio Crónica?

Sí, es muy especial y por eso estoy más honrado y contento. Fue una verdadera sorpresa recibirlo, porque ya dejé la rectoría de la UNAM y ahora estoy en mi habitual actividad docente y académica.

Y de repente llega esto, pues me encantó, nada más la pura idea de recibirlo y poderlos acompañar en la ceremonia, que es, por cierto, preciosa, y realmente la he disfrutado a lo largo de los años.

Una distinción que reconoce sus años de docente, en la rectoría, su trabajo en el Conde de Valenciana, todo lo hecho durante décadas.

Estoy muy orgulloso de lo que realicé en mi trayectoria profesional y, por supuesto, como oftalmólogo primero, después como parte del grupo que trabajaba en el Conde de Valenciana, después como patrono de la Fundación y actualmente como presidente del Patronato. Es una institución que ha crecido, que ha dado una magnífica labor social. Tenemos hoy día el Hospital Central, que está en la esquina de Chimalpopoca y el Eje Central, y ofrece 850 consultas diarias y ahí realizamos más de diez mil cirugías al año.

Tenemos otras sedes: una en la ciudad de Tlaxcala; otra más en Ometepec, Guerrero; en la Ciudad de México otra en

combinación con el Hospital Inglés, en Santa Fe, y estamos por abrir una más en Toluca. Es la institución que ayuda a la sociedad y donde hemos crecido muy fuerte y bien.

En la docencia, puedo decir que en el país tenemos una formación de oftalmólogos de la mejor calidad desde hace muchos años. Fui profesor de centenas de ellos y por eso el reconocimiento da Fundación Premio Crónica es muy especial, porque me hace sentir satisfecho como profesionista, como oftalmólogo, una carrera que me permitió tener momentos muy especiales en mi vida.

Porque, imagine, son 45 años en la docencia, desde 1980, formando oftalmólogos y lo que he visto y vivido.

Lo anterior muestra que la educación, cultura y las ciencias son las que nos permiten la movilidad social y conoce a muchos de sus alumnos que han desarrollado carreras notables.

Tengo grandes satisfacciones y grandes amigos. Los alumnos se convierten en compañeros de profesión y luego en entrañables amigos. Los he visto desarrollarse espléndidamente a lo largo del tiempo y varios de ellos han sido directores de Escuelas y Facultades de Medicina, otros fueron rectores de universidades del interior de la República.

Eso, en verdad, es satisfactorio. Ver crecer cada generación de oftalmólogos y cómo han consolidado la Oftalmología mexicana que ya es reconocida internacionalmente.

Pero lo más importante: la educación es el pilar, probablemente, más fuerte de la paz. Hay una frase que dice:  la confianza, en la esperanza de la vida, es la paz. La educación es, finalmente, una forma de poder conciliar la paz y propiciar desarrollo.

Fui ocho años director de la Facultad de Medicina y luego ocho más en la rectoría de la UNAM, en total 16 años de colaborar con la educación y la cultura efectivamente.

En esos 16 años, ¿alguna anécdota, algo que recuerde mucho de haber estado ahí en la UNAM y con los alumnos o con los personajes de ahí mismo de la UNAM?

Plena satisfacción. A ver, en la Facultad de Medicina pudimos hacer muchas cosas. Renovamos prácticamente la Facultad, renovamos el plan de estudios, tanto en el posgrado como en la licenciatura.

Conseguimos en la Facultad de Medicina dos nuevas licenciaturas: Fisioterapia, por un lado, y por otro lado las Neurociencias. Además de tener la escuela de medicina más prestigiosa del país, sin duda, es la mejor. Y esto, con toda seguridad, lo aquilató la Junta de Gobierno para hacerme el favor y el gran honor de designarme rector de la Universidad por dos periodos: 2015-2019 y el 2019-2023. También lleno de satisfacciones.

Durante estos dos rectorados, creamos 15 licenciaturas adicionales y edificamos dos nuevas escuelas en el interior de la República y pusimos la semilla de una tercera escuela. Recientemente acaba de inaugurar el rector Leonardo Lomelí en Oaxaca.

La universidad creció y tuve la satisfacción de ver también, cómo se posicionaba internacionalmente hasta llegar al lugar que obtuvimos, para ser la 93 más importante del mundo, la mejor, indudablemente, en México, y una de las dos mejores de toda Iberoamérica. Estoy muy lleno de satisfacciones y anécdotas de toda naturaleza.

En cuanto a los problemas que uno vive en la rectoría, son temas que le preocupan a uno y le ocupan mientras estás a la cabeza, pero se olvidan rápidamente.

Por ejemplo, el pasado sexenio no fue fácil. El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, no necesariamente estuvo contento y satisfecho con la UNAM, pero así es la vida.

Nosotros no nos doblamos, no hicimos más que lo que le corresponde a la Universidad: actuar con la verdad, actuar con bases científicas. El resultado fue para muy satisfactorio. Fueron épocas difíciles, pero superadas.

Le voy a hacer unas preguntas más personales para que la gente lo conozca en otra faceta.  ¿Qué le gusta de comer?

Soy bueno para comer. Salí bueno para la carne, me gusta el pescado y también me gustan los postres. Soy de buen diente.

¿De lectura, qué le gusta? ¿Las novelas, la poesía?

Además de lo que tiene que ver con el de ensayo clínico, ahora por las tardes, llego a casa y voy a lectura. Siempre me ha gustado leer y he pasado por etapas distintas en mi vida leyendo.

A veces me han preguntado, ¿cuál es el libro que más me gusta? No puedo decir uno solo, todos tienen su parte de interés. Pasé por leer filosofía, también la novela latinoamericana a principios de mis años veintes y biografías, estuve leyendo un tiempo largo.

Y de unos 15 a la fecha, leo más historia. Tengo una buena biblioteca y la historia mexicana es lo que más leo.

¿En música?

No creo ser muy aficionado a ella, pero me gusta la ópera y el bolero mexicano.

 ¿Los deportes, cuál es su preferido?

Pues sí, el futbol. Siempre fue el que me gustó más.

De los equipos, indudablemente los Pumas, y ahora estoy sufriendo con ellos. Es una temporada malita para nosotros.

Pero en fin, esto es un mal que traemos de tiempo atrás. No acabamos de formar un equipo competitivo.

También el fútbol americano y el béisbol, ahora que estamos en las series de octubre.

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