
Los cuentos y aforismos de Sergio Roldán, viajan de España a México en una maleta literaria a la que además se suman cuentos nacidos de sus experiencias vitales y de una imaginación desbordada, lo cual ha sucedido luego de su presentación a inicios de mes en el Palacio de los Serranos de Ávila de su ópera prima Tablero”.
La obra está construida de acuerdo con las propias palabras de Sergio Roldán como “tablas que pueden construir puentes o un barco desde el que observar el mar”.
Durante el acto celebrado en el ya citado Palacio de los Serranos, el también actor explicó que Tablero encarna el arquetipo del espacio donde decidimos, donde jugamos, donde se nos presentan los desafíos de la vida. Es, dijo, “una forma de nombrar el diseño del destino”.
Conocedor de la literatura griega homérica para Sergio Roldán la estructura del libro se inspira en el viaje del héroe, el conocido modelo narrativo que simboliza la transformación personal. Sin embargo, el autor subrayó que el héroe “no es un guerrero con capa y espada, sino cualquier persona que emprende un trayecto: del punto A al punto B; o al punto Z y luego al punto A, trazando una odisea propia, llena de puertos y aventuras, como la de Ulises”.
Roldán sabe, como en el poema Itaca de Constantino Cavafis, que todos estamos inmersos en estos viajes —a veces simultáneos—. Por ello eligió una estructura universal, común a toda experiencia humana. “El héroe es aquel que, en su travesía, sufre o, mejor dicho, gana una transformación. Y al regresar, comparte ese “elixir” arquetípico: la sabiduría que surge de la experiencia”, afirmó.
Sobre el poder de la narrativa, el autor que ahora pasara una temporada en México, “los cuentos, lejos de ser mentiras, intentan narrar verdades: unas veces disfrazadas de fantasía y otras con la piel desnuda”.
Y concluyó: “No hace falta cruzar mares para ser un héroe; hay mares interiores, viajes que suceden desde un mismo lugar físico y que, aun así, son verdaderas epopeyas”.
El libro cuenta además con ilustraciones de varios de sus cuentos, realizadas por el pintor Carmelo Sansegundo, padre del autor, cuyas obras dialogan con el universo simbólico y emocional de Tablero, aportando una dimensión visual que complementa la palabra escrita.
El acto en tierras españolas contó con la participación de Eduardo Garcinuño, maestro de literatura en el Instituto Isabel de Castilla, quien recordó a Roldán como alumno y habló de la influencia que tuvo en él el poema Ítaca de Constantino Cavafis, entre otros textos que, como Tablero, comparten el viaje como leitmotiv. Garcinuño destacó la estructura del libro y su coherencia con esa tradición literaria del tránsito y la búsqueda.
También intervino Julio Collado, coordinador de los talleres literarios del Palacio de los Serranos, quien presentó el evento con cercanía y maestría, definiendo la obra como “una experiencia que impacta por su belleza y por su reflexión”.
La música en directo, a cargo de Juan Carlos Delgado, acompañó con sutileza el tono introspectivo de la velada, evocando el espíritu del viaje que atraviesa las páginas de Tablero. La actriz de doblaje Sara Heras —voz de Campanilla y de Wicked— puso voz a los personajes de uno de los cuentos del libro, en una lectura compartida con Collado y el propio autor.
El encuentro finalizó con una sesión de firma de ejemplares y con la lectura de un poema dedicado a Ana, amiga del autor y destinataria de la dedicatoria del libro.
La prensa local calificó el evento como “satisfacción”, destacando la conexión entre autor, público y obra, y la autenticidad con que Roldán transmitió su universo literario: un espacio donde la palabra se convierte en mapa, desafío y puerto.