En su más reciente publicación con Editorial Océano, Adalberto Ortiz presenta una nueva visión sobre el dinero, relacionándolo con la importancia de sentirse bien para poder estar en sincronía, convirtiéndolo así en un aliado y no en esa temida entidad que, desde niños, a muchos/as mexicano/as nos enseñan a temer, respetar y, de alguna manera, rehuir de él.

En una charla exclusiva con La Crónica de Hoy, Adal compartió su inspiración, su proceso y lo que hay detrás y dentro de este libro.
Para Adalberto Ortiz, el dinero no es un enemigo ni un fin, sino un reflejo de nuestra relación con nosotros mismos. Desde el inicio de la conversación, se alejó del discurso tradicional sobre éxito o productividad: “Soy hijo de Dios”, dijo cuando se le preguntó quién es. No se define por una profesión ni por logros materiales, sino por una visión más espiritual que lo acompaña en todo lo que hace.
Esa misma mirada atraviesa Poderoso compañero es el dinero, un libro que busca reconciliar la emocionalidad con las finanzas. Adal explicó que la clave está en “ponerse en el lugar del otro”, una habilidad que, según mencionó, une al mundo financiero con el creativo: la empatía. “Cuando entendemos al otro, puedes crear algo valioso, ya sea una historia o un proyecto financiero”, señaló.
El autor también se ha enfocado en la educación financiera desde la infancia. “Cada dólar invertido en un niño tiene un retorno de diez a uno”, comentó, convencido de que enseñar a los más pequeños a manejar sus emociones y recursos es una inversión social a largo plazo. Su interés lo llevó a desarrollar proyectos y materiales que combinan lo educativo con lo emocional, con la intención de construir generaciones más conscientes.
El autor parte de una idea fundamental: nuestras decisiones económicas están profundamente ligadas a nuestros estados de ánimo. El miedo, la euforia o la culpa pueden ser más determinantes que cualquier cálculo o proyección. Por eso, este libro combina herramientas racionales con una mirada consciente sobre las emociones que influyen en cada gasto, ahorro o inversión.
Durante la charla, Adal reconoció que su relación con el dinero también fue un proceso de aprendizaje. Contó que su primer emprendimiento no partió de un propósito genuino, sino de una necesidad de demostrar su valor. “Emprendí por las razones equivocadas: por resentimiento, por querer probar algo”, compartió. Esa experiencia le enseñó que el éxito financiero sin bienestar emocional es una meta vacía.

Con un estilo claro y cercano, el autor enseña a identificar los impulsos que nos llevan a perder el control financiero y ofrece estrategias sencillas para recuperar el equilibrio. Entre sus páginas se encuentran métodos para planificar gastos, desarrollar el hábito del ahorro e invertir con criterio y seguridad.
Otro de los temas que se abordó durante la entrevista fue la relación cultural de los mexicanos con el dinero. “Somos malos con la lana porque no hablamos de dinero”, afirmó con claridad. Explicó que desde pequeños se nos enseña a callar el tema, a asociarlo con culpa o vergüenza, y eso genera una distancia emocional que nos impide gestionarlo con salud y libertad.
Esa distancia, añadió, también está relacionada con la forma en que se construye la autoestima. “Desde niños nos enseñan a valer en función de algo externo: las calificaciones, el trabajo, el coche, la ropa. Todo eso termina afectando cómo nos relacionamos con el dinero”, explicó.
Para Adal, no basta con cambiar la mentalidad individual: también hay que reconocer los factores estructurales que afectan la economía. Habló de la desigualdad, la desconfianza y la falta de educación financiera como obstáculos profundos para el bienestar colectivo.
“Te tomaría una vida o dos de puro invertir en tu casa para el mexicano promedio. O sea, es algo desalentador. Y también es una muy buena reflexión con la que también empiezo generalmente las charlas sobre Poderoso Compañero, porque hay que ser bien conscientes de que existen condiciones estructurales de pobreza y desigualdad en el país” puntualizó.
En Poderoso compañero es el dinero, el autor invita a reflexionar sobre el dinero no desde la culpa ni desde la ambición, sino desde la conciencia. “El dinero es energía, una herramienta para crear y compartir”. Por eso insistió en que toda decisión financiera es también una decisión emocional.
Su mensaje final resumió el espíritu del libro: aprender a conocerse a uno mismo para tener una relación sana con el dinero. Adal lo plantea con tres ideas que atraviesan toda su filosofía: el valor personal no depende de lo que se posee, la gratitud amplifica la abundancia y la conciencia emocional es el punto de partida de toda estabilidad financiera.
Si bien es un manual, Poderoso compañero es el dinero también es una invitación a mirar el dinero con empatía y responsabilidad, entendiendo que detrás de cada cifra hay emociones, historia y humanidad.