
Elektra es todo un tema. Se trata de una tragedia griega escrita por Sófocles quién nació hace más de 2500 años en el 496 antes de Cristo escribió 123 tragedias de las cuales solo se conservan siete : “Antígona”, “Edipo Rey”, “Áyax”, “Las Traquinias”, “Filoctetes”, “Edipo en Colona” y “Electra”.
Mantuvo una estrecha relación con Heródoto y Pericles, y tuvo una brillante carrera como funcionario público. Su obra dramática es de una absoluta perfección técnica y denota gran conocimiento de la sicología humana.
Murió en Atenas los 90 años en 406 a.C., y fue venerado por sus contemporáneos como un gran héroe.
Eurípides, por su parte, también tiene una versión de la tragedia de Elektra, que es unos pocos años anterior a la de Sófocles.
La palabra “Elektra” proviene del griego ἤλεκτρον, ēlektron que significa ámbar. Y es que el ámbar al frotarlo produce energía eléctrica estática, se le asocia entonces con la luz y el brillo, y de ahí provienen también las palabras electricidad y electrón.
Para la ópera Elektra (1909) de Richard Strauss, el poeta y libretista Hugo von Hofmannsthal se basó más en la obra de Sófocles que en la de Eurípides y también tomó elementos de la Orestíada, donde aparece brevemente el personaje de Electra. Aquí se explora profundamente la complejidad de las relaciones familiares, de las relaciones humanas.
Esta es una ópera difícil de cantar, difícil de tocar para la orquesta, difícil de dirigir escénica y musicalmente, pero también difícil de escuchar como espectador.
Si usted apenas está ingresando al mundo de la ópera yo le recomendaría conocer antes obras más digeribles, más ligeras, cómo Carmen, la Traviata, Fausto etcétera. Elektra, yo diría que es una ópera de nivel 2 o de nivel 3 solo para público ya muy experimentado en esto de ver y escuchar ópera. Suena muy moderna pero como ya dijimos se estrenó en 1909 ya hace más de cien años.
La ópera de Bellas Artes se aventuró a montar esta obra y el resultado fue sorprendente, mucho mejor de lo que hubiéramos esperado. Como siempre ocurre en estos casos, el rol principal le fue encomendado a un par de sopranos invitadas, que son especialistas en este repertorio; ya que hubo dos elencos. Los demás personajes fueron orgullosamente nacionales y sorprendentemente se desempeñaron muy bien, más que bien, tomando en cuenta que en la Ópera de Bellas Artes, no se especializan en hacer repertorio alemán. Enhorabuena a todos ellos, enhorabuena a toda la ópera de Bellas Artes.
El director orquestal, también fue un invitado extranjero: el maestro Stefan Lano. Claro que hay algunos puntos criticables por ejemplo la orquesta no fue tan grande como la pide el autor Richard Strauss: 120 músicos, y para ello se necesitarían voces de acero como las que hay muy pocas en el mundo.
Muy sorprendente y satisfactoria la puesta en escena, (Mauricio García Lozano) y la escenografía (Jorge Ballina).
La iluminación... a menudo dejaba a oscuras o mal iluminados a algunos protagonistas, pudo haber estado mucho mejor. No entendí por qué Elektra no baila al final como lo pide el libreto pero bueno... son caprichos, prerrogativas del director de escena, quién aún así se lleva un gran aplauso. Felicidades a todo el elenco, en especial a Dhyana Aróm, María Fernanda Castillo Rosa Muñoz, Belén Rodríguez, Josué Cerón, al coro y a las protagonistas Catherine Hunold y Diana Lamar.
Enhorabuena.
Está producción se podrá ver el próximo 25 y 26 de Octubre en Guanajuato, dentro del Festival Internacional Cervantino 53.