
Las migraciones han estado presentes desde los albores de la humanidad. Las tribus nómadas de la antigüedad migraban de una región a otra siguiendo a las manadas de animales que eran parte importante de su alimentación. La gente comenzó a ser sedentaria hace unos 10 mil años, pero las migraciones continuaron, ahora por otras razones.
En la actualidad, los desplazamientos de grandes grupos de seres humanos ocurren, principalmente, por la necesidad de buscar mejores condiciones de vida. Cada año decenas de miles de centroamericanos cruzan México tratando de llegar a los Estados Unidos de América (EUA) en busca de trabajo. Los mismos mexicanos somos grandes migrantes: aproximadamente uno de cada 10 mexicanos inmigró a EUA. Otra causa de migración son los desplazamientos forzados. Millones de palestinos han tenido que migrar tanto dentro como fuera de su país a consecuencia del genocidio israelí.
Pero la migración no está limitada a los seres humanos. Animales tan distintos como las ballenas jorobadas y las mariposas monarca recorren anualmente miles de kilómetros de ida y vuelta. Las ballenas migran de las frías aguas cercanas a los polos, donde aprovechan la riqueza de alimentos, a climas más cálidos como los del mar de Cortés para parir y alimentar a sus crías.
Por su parte, las mariposas monarca migran antes del invierno de las zonas de Canadá y el norte de los EUA hasta el centro de México para escapar del frío, al cual no podrían sobrevivir. El trayecto les toma entre dos y tres meses. La mayoría de las monarcas viven un mes, aproximadamente. Así, las que inician el viaje no son las mismas que llegan a su destino. Misteriosamente, algunas de las monarcas son muy longevas y viven hasta ocho meses, logrando completar la migración.
Aún entidades biológicas que no tienen realmente un modo de trasladarse pueden “migrar”, en un sentido más amplio del término. Viñedos que eran exclusivos de Francia comienzan a ser cultivados en el sur de Inglaterra. Esta es una de las consecuencias del calentamiento global, otro de los problemas que enfrentamos en la actualidad. Después de la Conquista, muchas variedades de vegetales, como el maíz, la papa y el tomate fueron llevados de América a Europa. Pero algunos ejemplos del mundo vegetal migraron sin intervención humana. Los cocoteros se propagaron a través de las islas del Pacífico gracias a cocos que llegaban al mar y eran transportados por las corrientes oceánicas.
La vida misma, pensada en términos muy básicos como las bacterias, pudo haber migrado a través del espacio. La aparición de la vida es considerada muy improbable, y una manera de darle la vuelta a esta limitación es proponer que la vida se originó en un solo lugar y de ahí migró a otros sitios. A favor de esta idea está el que sabemos que en la Tierra hay meteoritos que provinieron de Marte. Aparentemente, meteoritos de gran velocidad colisionaron con la superficie marciana y aventaron pedazos de roca que escaparon de Marte y cayeron en otros planetas. Es posible que formas de vida muy elementales que existieran en estos fragmentos sobrevivieran al viaje. A esta idea de la vida migrando a través del universo se le conoce como la panspermia.
En la actualidad, sabemos que aún cuerpos inanimados, como los planetas o la misma Luna pueden migrar en el espacio con el paso del tiempo. Hasta la década de 1990 los únicos planetas que conocíamos eran los de nuestro sistema solar. Ingenuamente, esperábamos que cuando se descubrieran nuevos sistemas planetarios, serían muy parecidos al nuestro. En 1995 se descubrió el primer planeta alrededor de una estrella distinta al Sol. Se acordó referirse a estos planetas externos como exoplanetas y el término ‘planetas’ quedó exclusivo para los ocho planetas de nuestro sistema solar. En la ciencia, como en otras actividades humanas, una vez que se logra descubrir algo hay un efecto de avalancha y los hallazgos se multiplican. En la actualidad se conocen más de 6 mil exoplanetas.
Nuestras expectaciones de encontrar copias de nuestro sistema solar se desvanecieron pronto. En particular, mientras en nuestro sistema los grandes planetas gaseosos como Júpiter se encuentran relativamente lejos del Sol, en otros, este tipo de planetas se encontraban muy cercanos a su estrella. ¿Cómo explicar esto? Lo que se cree es que esos grandes planetas, como Júpiter, se formaron lejos de su estrella y migraron acercándose lentamente a su estrella. En las primeras etapas de su formación, las estrellas están rodeadas de un disco de gas, del cual se irán condensando los planetas. La fuerza de gravedad caprichosa de este disco puede quitarle velocidad al planeta y hacer que se acerque a la estrella en pausada espiral. Esta es la explicación para los “Júpiteres calientes”, lo de calientes por su cercanía a la estrella.
Pero entonces, ¿por qué Júpiter no está cerca del Sol? Una posible explicación, pero no la única, es que para cuándo Júpiter terminó su formación ya el disco que podía perturbarlo no existía porque se había transformado en los otros planetas de nuestro sistema solar.
Terminemos hablando de la Luna. En el transcurso de nuestras vidas la Luna se ve del mismo tamaño, como si mantuviera fija su distancia a la Tierra. Pero a finales del siglo XIX George Howard Darwin (ni más ni menos que hijo de Charles Darwin, el naturalista inglés que propuso la teoría de la evolución de los seres vivos) se puso a estudiar las fuerzas de marea que existían entre la Tierra y la Luna. Concluyó que la Tierra le estaba transfiriendo energía a la Luna y que esto debería de producir paulatinamente un pequeño alejamiento de la Luna respecto a la Tierra.
Los astronautas de las misiones Apolo y de otras misiones fueron dejando en la Luna unos espejos especiales que reflejan la luz en la misma dirección en la que les llegó. Esto permite rebotar luz láser en estos espejos y con el tiempo de ida y vuelta es posible determinar muy precisamente la distancia de la Tierra a la Luna. Sorprendentemente, se sabe que la Luna se aleja de la Tierra 3.8 centímetros cada año. Esto quiere decir que en el pasado muy remoto la Luna estaba muy cerca de la Tierra. En efecto, se cree que hace miles de millones de años colisionó con la Tierra un cuerpo del tamaño de Marte, arrancándole mucho material del cual se formó la Luna, muy cerca de la Tierra. Desde entonces ha estado migrando, alejándose de la Tierra. El diámetro aparente de la Luna se hace, muy lentamente, cada vez más pequeño. En unos 600 millones de años, la Luna no alcanzará a tapar al Sol y ya no tendremos eclipses totales de Sol, solo anulares.
Del 3 al 9 de noviembre de este año celebraremos en El Colegio Nacional un encuentro dedicado a las migraciones, en las modalidades que hemos bosquejado aquí y en otras muchas. Pueden acompañarnos presencialmente en la sede de El Colegio Nacional en Donceles 104 en el Centro Histórico de la Ciudad de México o bien virtualmente mediante las redes sociales.
