Cultura

Agustina Bazterrica: “Las indignas” narra la distopía medieval que se vive en la actualidad

La novela también es una crítica los regímenes totalitarios, las divinidades y el patriarcado, añade la autora argentina

entrevista

Me interesaba hablar que el patriarcado lo perpetúan personas y no únicamente varones, dice Agustina Bazterrica.

Me interesaba hablar que el patriarcado lo perpetúan personas y no únicamente varones, dice Agustina Bazterrica.

The Objective

Mujeres sumisas que pelean entre ellas para subir de categoría, lucha que implica mutilaciones de ojos o boca, autoflagelaciones y caminatas sobre fuego, todo aprobado por la Hermana Superiora y por un hombre omnipresente que vigila el mundo donde cae lluvia ácida y hay climas extremos, ése es el ambiente en que se desarrolla la novela “Las indignas”, de Agustina Bazterrica (Argentina, 1974).

En la obra, editada por Alfaguara, la protagonista, una feligresa, escribe clandestinamente la vida dentro de esa Hermandad Sagrada y es el argumento usado por la escritora para criticar los regímenes totalitarios, las divinidades y el patriarcado.

“Nuestra realidad actual tiene distopías y elementos medievales. En el sistema capitalista para que exista gente viviendo en mega mansiones tiene que haber gente viviendo de la basura o que en este siglo XXI haya mujeres en burdeles clandestinos que están ahí en cautiverio siendo violadas todos los días de su vida, eso es una distopía y es una tortura medieval. Intento trabajar con esos matices y con algo de esperanza”, indica en entrevista Bazterrica.

En palabras de la autora, su novela dialoga con la iglesia católica porque uno de los orígenes fue su propia experiencia al asistir a un colegio de monjas alemanas.

“Hay monjas que generan mucha opresión y un autocontrol entre las alumnas, entonces entre las compañeras no había solidaridad, no había compañerismo y todas nos controlábamos. Sólo el director era el único hombre que como el dios estaba omnipresente viendo todo lo que hacías”, señala.

Sobre las categorías de personas que plasma en “Las indignas”, Bazterrica detalla que en ese ambiente religioso, las mujeres aspiran a ser hermanas superioras, novicias o madres superioras.

“Se replica el modelo patriarcal en el que las monjas católicas nunca llegarán a ser Papa, nunca estarán en un puesto de poder en el Vaticano. Me interesaba hablar que el patriarcado lo perpetúan personas y no únicamente varones, hay muchas mujeres machistas y mujeres que reniegan del feminismo”, comenta.

La novela.

La novela.

El castigo es un elemento que aparece en la novela como una excitación al dolor y como un proceso por el cual tienes que pasar para aspirar a un puesto, es decir, una especie de mertitocracia.

“A mí no me cocieron los ojos, pero de alguna manera me vedaban el ver o el pensar ciertas cosas. Un libro fundamental para escribir esta novela fue ‘Caliban y la bruja’, de Silvia Federici, ella trabaja el por qué a lo largo de distintos siglos quemaron a brujas y lo que plantea es que la Inquisición, los castigos y torturas a las mujeres no sólo eran tremendas, sino que había una cosa de regodeo, de una pulsión sexual”, señala.

Bazterrica comenta que los castigos tienen que ver con la lógica de las sectas o los grupos coercitivos, en donde es normal el cambio de nombres, usar la misma vestimenta y el castigo físico para generar dolor y miedo.

“Con eso pueden controlar, tambalean tu identidad. En otro libro, Silvia Federici menciona que el origen de la palabra gossip (chisme), era positiva, era una amistad muy íntima entre mujeres, después se fue deformando porque al patriarcado no le convenía que tuviéramos aliadas, entonces a las mujeres rebeldes se les ponía una especie de bozal para que no empezaran a hablar y si hablaban se lastimaban la lengua”, narra.

¿La escritura siempre será una vía de libertad?

Leí “Antes que anochezca”, de Reinaldo Arenas, un escritor cubano gay que fue perseguido en su país y en los años de persecución él siguió escribiendo, escondía sus textos en el techo de su casa, debajo de las tejas y se arriesgó porque necesitaba escribir, era su salvación.

Mucho de esas novelas se perdieron, se las daba a sus amigos, pero también los perseguían. La escritura era su pulsión vital y en el caso de la indigna, mi protagonista, la escritura es su refugio y respiración, sin eso se ahoga porque no tiene escapatoria.

Finalmente, sobre porqué le interesa plasmar el fin del planeta, Bazterrica comparte que para ella no existe el concepto de eternidad. “Todo tiene su fin incluido nuestro planeta porque es un ser vivo, lo que sí creo que es eterno es el espíritu de las personas, de las cosas, de los animales; lo que uno se lleva son los vínculos, la empatía y las relaciones”.