Cultura

La antología “Obras de Alfredo López-Austin”, un acierto y un lujo, señala Matos Moctezuma

El volumen reúne los libros “Augurios y Abusiones”, “Textos de medicina Náhuatl” y “Hombre-Dios”. Estos libros reeditados también son los primeros que publicó el historiador, añade

fil de minería

Guilhem Olivier, Eduardo Matos Moctezuma y Ana Bella Pérez Castro.

Guilhem Olivier, Eduardo Matos Moctezuma y Ana Bella Pérez Castro.

La publicación de la antología “Obras de Alfredo López-Austin”, que reúne los tomos reeditados “Augurios y Abusiones”, “Textos de medicina Náhuatl” y “Hombre-Dios” es un acierto y un lujo, a través de los cuales continúa presente el historiador mexicano experto en cosmovisión mesoamericana.

Así lo consideró el arqueólogo y Premio Crónica, Eduardo Matos Moctezuma, durante la presentación de la colección, realizada este sábado, en el salón de actos del Palacio de Minería, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Minería.

Participaron, además, la directora del Instituto de Investigaciones Antropológicas, Ana Bella Pérez Castro; el escritor e investigador, Guilhem Olivier, quienes ahondaron en las características e importancia de estos textos, así como los aspectos destacables del trabajo y legado del historiador mexicano Alfredo López-Austin, moderados por la historiadora Elisa Speckman del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM.

“Es un lujo tener estos tres estudios porque nos dan la visión, además, del Alfredo inicial que nos da sus primeras obras”, comentó Matos Moctezuma.

Indicó que estos libros reeditados también son los primeros que publicó el historiador, quien tenía una gran admiración y conocimiento de los métodos de Fray Bernardino de Sahagún. “El mismo Alfredo dice en algún momento que la lectura de los documentos históricos de Sahagún no sólo ha sido el ejercicio de análisis más arduo frecuente y sostenido a lo largo de su vida académica, sino que constituyó la base de la mayoría de sus propuestas”.

En cuanto al volumen de “Textos de medicina náhuatl”, que le tocó prologar, Matos Moctezuma recordó que su primera publicación fue en 1971, dos años después de “Augurios y Abusiones” –“Alfredo parece que cada dos años se ponía de acuerdo para publicar algo bueno”- y detalló que se trata de un texto antológico.

“Nada más que aquí ya vemos al Alfredo que no sólo se está basando de Fray Bernardino de Sahagún, como en el primero, sino que ahora se abre de una manera muy significativa porque va a incluir bajo este tema una serie de textos acerca de la medicina, curaciones, etc. tomados de diferentes autores y creo que la selección que hizo en ese momento fue magnífica”, calificó.

TRILOGIA REEDITADA.

Esta reedición estuvo a cargo de Israel Rodríguez del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, donde se puede adquirir la colección, con un 50% de descuento para estudiantes.

“La trilogía que se reedita es producto de los años que Alfredo estuvo en el instituto y las obras que lo componen serían el augurio de lo que vendría después”, participó la directora del Instituto de Investigaciones Antropológicas, Ana Bella Pérez Castro, quien consideró su “maestro, colega y cuate, como el mismo puso en una dedicatoria”.

Apuntó que, en estas tres obras, la fascinación y el interés por las fuentes llevaron al investigador a revisar una y otra vez, así como a exprimir, los textos de una gran figura –Sahagún- para luego juntar materiales de otros cronistas.

“Una mayor pasión le llevo a encontrarse con ese Hombre-Dios donde, en medio de andanzas por la religión y la política, Alfredo fue abriendo puertas, haciendo preguntas, dando claves y pistas de investigación, que le llevaron a la conceptualización del mundo náhuatl, su cosmovisión”.

También informó que la trilogía está compuesta por Augurios y Abusiones que se publicó en 1969, ahora en su segunda edición, con un prólogo de Berenice Alcántara.

“Textos de medicina náhuatl sale a la luz dos años después, publicado en 1975 su primera edición, en la UNAM, a la que seguiría una segunda en 1984, luego una en 1993, una más en 2000 y ahora la que sería la sexta, con prólogo de Eduardo Matos. El tercer libro de la trilogía es “Hombre-Dios. Religión y política en el mundo náhuatl” y tiene su primera edición en 1973, a la que seguiría una en 1975, otra en 89, en 2004, en 2016 y ahora la 6ta con un trabajo introductorio de Guilhem Olivier”, continuó Ana Bella Pérez Castro.

Añadió que otro aspecto a tratar es la teoría de López-Austin, quien fue un gran lector, tanto de textos clásicos de la antropología, como de las corrientes antropológicas que permitían hablar de relativismo cultural y estructuras universales de pensamiento.

“Finalmente y para cerrar con lo que Alfredo destaca en sus tres textos, con sus observaciones y lo que me tocó ver en el Instituto de Investigaciones Antropológicas, quiero señalar que Alfredo nunca restó importancia a las particularidades culturales de las distintas sociedades que pertenecían a una tradición extensa”.

La antología.

La antología.

Por su parte, el escritor e investigador, Guilhem Olivier subrayó que el ejercicio de traducción de los textos originales, que hoy nos parece natural, no resultaba tan evidente hace 50 años.

“Acudir a las fuentes originales era algo novedoso. La mayoría de los historiadores de la época usaban fuentes y relatos de los conquistadores, quizás la versión en español de Sahagún o uno que otro cronista colonial, pero leer directamente los textos en lengua náhuatl era sumamente novedoso y Alfredo se inscribe en esta tradición”.

Asimismo, opinó que López-Austin realizó traducciones sumamente precisas de los textos y, además, se interrogó sobre la naturaleza de la fuente. “Su trabajo sobre los cuestionarios de Sahagún son un estudio muy importante para saber finalmente qué es lo que tenemos de esos textos en Náhuatl. Hay un guion ahí, que hay que conocer para entender el contenido de las respuestas y eso es lo que hace Alfredo en ese trabajo tan importante”.

Ahondó que hay una evolución sumamente metódica en los trabajos de Alfredo que conducen desde la materia prima, el contexto de elaboración hasta que se puede empezar a trabajar y proponer interpretaciones, lo que hace en Hombre-Dios, obra clave tanto en su trayectoria como en la historiografía del México antiguo

“Es un libro que marca ruptura a nivel metodológico y de las propuestas que se hacen respecto a la tradición anterior de estudios, que es muy larga. Ahí hay un 3er elemento que quiero mencionar respecto de Alfredo: no sólo conoce fuentes y tiene método crítico para aprovecharlas, sino que tiene una erudición sorprendente y llega a citar autores que nadie aquí conoce ni ha leído”, agregó.