Cultura

El arte ucraniano que no puede regresar a casa se exhibe en Bruselas

La exposición "Paisajes en Desarrollo", obras de 42 artistas contemporáneos ucranianos que tras exhibirse en Dinamarca no pudieron regresar al país debido a la guerra

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El Museo Real de Arte e Historia de Bruselas acoge la exposición

El Museo Real de Arte e Historia de Bruselas acoge la exposición "Paisajes en Desarrollo".

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El Museo Real de Arte e Historia de Bruselas acoge la exposición "Paisajes en Desarrollo", obras de 42 artistas contemporáneos ucranianos que tras exhibirse en Dinamarca no pudieron regresar al país debido a la guerra y acabaron viajando a Bélgica bajo el auspicio de la Unión Europea.

La exhibición abrió por primera vez sus puertas en Silkeborg en enero, cuando una guerra en Europa era todavía inimaginable para la mayoría, pero cuando en mayo llegó el momento de cerrar ya hacía más de dos meses que Rusia había invadido Ucrania, haciendo imposible enviar de nuevo las obras a sus museos o coleccionistas de origen.

El Servicio Europeo de Acción Exterior, cuerpo diplomático de la UE, decidió entonces "adoptar" la muestra y trasladarla a la capital comunitaria, primera parada de una gira europea que la llevará en los próximos meses a Suiza y en 2023 a otros países del continente, esperan los organizadores.

"Este lugar es perfecto para nosotros en todos los sentidos, no solo para lograr una gran audiencia, sino para hablar sobre nuestra integración europea y lo que está pasando en nuestro país", dijo a Efe Natalia Matsenko, una de las dos comisarias de la exposición.

La muestra busca reflejar diferentes prácticas, medios y generaciones de artistas ucranianos, desde los revolucionarios de los años 60 hasta obras con apenas un año de vida, que incluyen pintura, fotografía, escultura, videoarte e instalaciones con el paisaje como hilo conductor.

La intención era mostrar el paisaje ucraniano "no solo en sentido literal, sino en su sentido mental, social y político" y, si bien la exhibición no se organizó con motivo de la guerra, "en estas nuevas circunstancias el paisaje es algo fuertemente conectado con todo lo que está pasando", explicó Matsenko.

"Ucrania no es solo un país donde tenemos una guerra, sino un lugar con una historia y cultura ricas, una sociedad interesante, así que creo que será muy importante mostrar esta exhibición en otros lugares", añadió la comisaria, que confía en que esta visibilidad ayude también a atraer la ayuda que necesitará el sector cultural ucraniano en el futuro.

La exposición, coincide el embajador ucraniano ante la UE, Vsevolod Chentsov, es una oportunidad para que los europeos "vean y entiendan mejor" a un país que aspira a convertirse en miembro de la UE, lo que "no es solo integración del mercado, los estándares y regulaciones, sino sobre la identidad, la cultura en un sentido más amplio".

"Rusia quiere destruir a Ucrania como nación, cuestiona la existencia de Ucrania, su derecho a existir, toda la idea de ser ucraniano, de hablar ucraniano", por lo que el país "lucha en muchos frentes", incluido el cultural.

"Desafortunadamente tenemos que explicar qué es Ucrania y mostrar con nuestro arte, cultura, música, que somos una nación", lamentó el embajador.

Al mismo tiempo, la creación artística en Ucrania se está viendo profundamente influenciada por la guerra, que en algunos casos ha llevado a los artistas a dejar de lado el trabajo para colaborar como voluntarios y en otros ha incentivado la creación con nuevos horizontes, según explicaron los artistas Vitaliy Kokhan y Yuri Yefanov, respectivamente.

"En este momento la mayoría de artistas se sienten como diplomáticos culturales. En los primeros meses de la guerra había una duda, al menos para mi, de si debía hacer arte, porque no puede salvarte de un misil, pero cuando veo esta exhibición creo que de algún modo el arte está influenciando la situación y por tanto tenemos nuestro propio impacto en la victoria de Ucrania en la guerra", dijo a Efe Yefanov.

El conflicto, explica, ha dado además una nueva lectura a su obra, un vídeo-retrato de un bloque de cemento rodado en 2013 en la costa de Crimea, zona dónde pasó su infancia hoy cerrada al público por Rusia: "Se ha convertido en un paisaje soñado".

También para el fotógrafo Sasha Maslov, su serie sobre las controladoras de tren ucranianas, parece hoy un "sueño inocente".

"Es importante recordar que existía arte en Ucrania antes de la guerra y estoy muy contento de que podamos compartirlo, pero en el contexto de lo que está ocurriendo parece una inocencia pasada", dijo.