Cultura

Del barro al palacio: "Los dioses retornados" llegan a Roma tras dos milenios enterrados

Más de 20 esculturas milenarias de bronce, algunas de un metro de altura, junto a decenas de monedas romanas y ofrendas conforman la muestra "Los dioses retornados"

Vista de la exposición que muestra por primera vez al público las estatuas de bronce encontradas el año pasado en las termas de San Casciano.

Vista de la exposición que muestra por primera vez al público las estatuas de bronce encontradas el año pasado en las termas de San Casciano.

efe

Las excepcionales esculturas romanas de bronce en San Casciano (centro), descubiertas hace unos meses en perfecto estado de conservación tras casi dos mil años enterradas en el barro de unas antiguas termas, llegan a Roma en la primera exposición del hallazgo arqueológico más importante de las últimas décadas en Italia.

Más de 20 esculturas milenarias de bronce, algunas de un metro de altura, junto a decenas de monedas romanas, ofrendas con la forma de distintas partes del cuerpo humano, grabados en piedra conforman la muestra "Los dioses retornados", que desde mañana, viernes, acoge el Palacio del Quirinal, la fastuosa sede de la Presidencia de la República italiana.

"Es un descubrimiento arqueológico increíble porque la mayoría de obras de bronce se fundieron al final de la Edad Antigua, pero aquí incluso se conservan inscripciones que nos hablan de los muchos pueblos que vivían en la zona central de Italia", explicó a EFE el director general de Museos del Gobierno italiano, Massimo Ossanna.

Más allá de su extraordinaria calidad, estas figuras suponen también un testimonio muy significativo del arte de los siglos II y I aC, etapa de transición de la dominación etrusca a la romana en la región.

El santuario, con sus estanques, terrazas inclinadas, fuentes, altares, existió al menos desde el siglo III a. C. y permaneció activo hasta el siglo V d. C. cuando, en época cristiana, fue clausurado y sellado con enormes columnas de piedra.

El descubrimiento el pasado septiembre de estas 24 piezas y las cinco mil monedas de bronce se considera el hallazgo más importante para la arqueología clásica desde 1972, año en el que se rescataron del mar los célebres Bronces de Riace.

El barro y las aguas termales que sepultaron las esculturas durante miles de años fueron cruciales para mantenerlas en un estado de conservación excepcional, lo que permite observar numerosos detalles e incluso inscripciones en etrusco y latín.

"La combinación entre las altas temperaturas del agua termal, de más de 40 grados, el barro y la falta de oxígeno han permitido que, tras una pequeña restauración, se puedan mostrar estos objetos en un estado de conservación excelente", detalló el profesor de Etruscología Jacopo Tabolli, de la Universidad para Extranjeros de Siena, encargada de la excavación del yacimiento.

Entre las estatuas destacan las efigies de Higia (diosa de la curación) y Apolo (dios de la belleza y las enfermedades), así como un bronce que recuerda a la famosa imagen del Orador, que representa la figura del senador etrusco Aulo Metelo, además de un extraño joven "raquítico" que recuerda el objetivo sanador de las aguas termales de San Casciano.

Más allá de las figuras, las monedas de bronce constituyen también un testimonio histórico excepcional que ayuda a entender la devoción de los antiguos romanos y etruscos a sus deidades de la curación.

Su perfecto estado de conservación apunta a que nunca entraron en circulación y que se acuñaron expresamente para ser tiradas a las aguas termales como ofrenda para rogar la sanación de los enfermos.

Además, "Los dioses retornados" saca a la luz ofrendas modestas como piñas, ramas, frutos, objetos de madera e inscripciones procedentes de distintos lugares de la Antigua Roma que el paso del tiempo no ha logrado destruir y que demuestran la variedad de visitantes que recibían estas termas, convertidas en un centro de peregrinación acogedor, multicultural y plurilingüístico.

El barro y las aguas termales que sepultaron las esculturas durante miles de años fueron cruciales para mantenerlas en un estado de conservación excepcional, lo que permite observar numerosos detalles e incluso inscripciones en etrusco y latín.

"La combinación entre las altas temperaturas del agua termal, de más de 40 grados, el barro y la falta de oxígeno han permitido que, tras una pequeña restauración, se puedan mostrar estos objetos en un estado de conservación excelente", detalló el profesor de Etruscología Jacopo Tabolli, de la Universidad para Extranjeros de Siena, encargada de la excavación del yacimiento.

Tras su paso por el Quirinal, donde permanecerán expuestas hasta el 29 de octubre, las obras regresarán a San Casciano, su hogar durante los últimos dos milenios.

El ministerio de Cultura italiano acordó el pasado lunes la adquisición del palacio de la Arciprestazgo de San Casciano para convertirlo en un futuro museo nacional que acogerá lo bronces descubiertos en las aguas termales del municipio y otros objetos de yacimientos arqueológicos de todo el país.