
Incorporar antologías de escritoras como Inés Arredondo y Josefina Vicens, además de ampliar los clásicos del siglo XX con obras de Alfredo López Austin, José Gorostiza y Miguel León-Portilla, son tareas que impulsará el historiador Javier Garciadiego (Ciudad de México, 1951) desde la Biblioteca del Estudiante Universitario (BEU), colección de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que coordina y que este año cumple 85 años de existencia.
“La Biblioteca del Estudiante Universitario es la principal colección de la UNAM, la más universitaria, la más entrañable, fundada en 1939 en el ánimo del cardenismo de difusión de la cultura, no especialmente una elitista sino una cultura popular”, comentó Garciadiego en el marco de la VI Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (Filuni).
El también miembro de El Colegio Nacional y académico de El Colegio de México, detalló que esta colección se caracteriza por publicar únicamente clásicos de la literatura, historia y filosofía mexicanas en 200 o 300 hojas.
“Uno de sus principios es darle al estudiante no los textos olvidados de tal autor, no los textos que nadie leyó, sino los textos básicos, el canon de cada autor, lo más importante de cada autor”, dijo.
Otro punto de la Biblioteca del Estudiante Universitario, coordinada por la Dirección General de Divulgación de las Humanidades (DGDH), es que cada volumen debe estar acompañado de un prólogo no erudito, con pocas notas, de 20 o 30 cuartillas que den una introducción al autor o autora en cuestión.
“Su fundador fue don Francisco Monterde, un hombre que merece el reconocimiento nacional, no se le ha dado porque era un hombre cuya sabiduría rivalizaba con su sencillez y su humildad, pero era un extraordinario conocedor de la literatura y la historia mexicana”, indicó Garciadiego.
El Premio Crónica mencionó que, desde su nacimiento, la vocación de la BEU fue que llegara a los estudiantes universitarios, por eso el historiador la definió como la más universitaria de todas las colecciones.
“Estoy seguro que un estudiante de medicina o de contabilidad no iba a leer la versión completa de “Séneca” traducida por Gallego Rocafull o de “Platón” por García Bacca, pero sí podríamos esperar que cualquier estudiante de la preparatoria, del CCH o de alguna facultad leyera los clásicos mexicanos, entonces esa era la idea, un volumen de apoyo a la docencia y que introdujera a los estudiantes a los grandes pensadores y escritores de la cultura mexicana”, señaló.
Garciadiego destacó los nombres de quienes han sido directores de la colección: Francisco Monterde, Agustín Yáñez, José Emilio Pacheco, Roberto Moreno y de los Arcos, y Fernando Curiel. También narró que Curiel fue quien lo invitó a ser parte del Consejo y, posteriormente, el ex rector Enrique Graue le propuso coordinar la BEU, trabajo que el historiador aceptó.
El director de la Capilla Alfonsina celebró la lista de autores publicados, así como “los grandes prologuistas”: los hermanos Méndez Plancarte, Julio Jiménez Rueda, Mauricio Magdaleno, José María González de Mendoza o “el Abate de Mendoza”, José Rojas Garcidueñas, Edmundo O’Gorman y Miguel León-Portilla.
También destacó a los ilustradores, entre ellos, Julio Prieto. “Fue un ilustrador que llegó con el exilio español, desgraciadamente murió relativamente pronto, pero entre otras cosas fue el maestro de Vicente Rojo, él siempre dijo: yo me formé con Julio Prieto”. Los otros que mencionó fueron: Alberto Beltrán y Juan Pablo Rulfo.
“También tenemos algunos volúmenes que son especialmente buenos porque son grandes conjunciones. El número 10 de la colección son textos de Justo Sierra prologados y seleccionados por Antonio Caso, el tomo 40 son textos de López Velarde seleccionados por Villaurrutia, el tomo 78 de Díaz Mirón seleccionado por Castro Leal, el número 81 que es Visión de los vencidos y el número 92 son textos de Sor Juana Inés de la Cruz seleccionados por Sergio Fernández…en fin, hay números que son la historia de la cultura misma de este país”, dijo.
Sobre Visión de los vencidos, el historiador comentó que es el libro más vendido de la UNAM y es una obra donde Miguel León-Portilla fue el editor de textos traducidos por Ángel María Garibay e ilustrados por Alberto Beltrán. “Ahí se conjuga un gran traductor, ilustrador y editor, pero sobre todo, una gran idea”, expresó.
AMPLIACIÓN
Cuando a Javier Garciadiego le ofrecieron la coordinación de la Biblioteca del Estudiante Universitario su propuesta de trabajo fue reforzar el siglo XX e incluir obras de mujeres.
Algunas las autoras que se incluirán son: Rosario Castellanos, Elena Garro, Nellie Campobello, Aurora Arnaiz, Beatriz de la Fuete, Frida Kahlo, Inés Arredondo, Graciela Hierro, Luisa Josefina Hernández, Antonieta Rivas Mercado, Griselda Álvarez, Pita Amor, Emma Godoy, Amalia Castillo Ledón, Josefina Vicens, Dolores Castro, Esther Seligson y Cristina Pacheco.
El historiador adelantó que ya están en proceso los libros dedicados a Rosario Castellanos, Jesús Silva Herzog, Emilio Uranga y Fernando Benítez.
Garciadiego también mencionó a otros autores del siglo XX que son necesarios editar en la colección: Andrés Molina Enríquez, Ezequiel Chávez, Julio Torri, Daniel Cosío Villegas, Vicente Lombardo Toledano, Heriberto Frías, José Gorostiza, Jorge Cuesta, Genaro Estrada y Antonio Castro Leal.
Además de Diego Rivera, Efraín Huerta, Agustín Yáñez, José Luis Martínez, Rubén Bonifaz Nuño, Ramón Xirau, Miguel León-Portilla, Teodoro González de León, Guillermo Soberón, Mario Molina, Julio Scherer, Alfredo López Austin y Pablo González Casanova.
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