
Catarino Erasmo Garza (1859-1895) fue un periodista tamaulipeco de oposición al gobierno de Porfirio Díaz y sus publicaciones no sólo le valieron una persecución política también el gobierno le puso precio a su cabeza: 30 mil dólares. Crónica presenta una entrevista con el historiador Daniel Librado Luna quien detalla la vida de este personaje de quien el presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó la búsqueda de sus restos óseos en la Isla de Bocas del Toro, Panamá.
El pasado 19 de febrero, en el Diario Oficial de la Federación se publicó la autorización para permitir la salida fuera de los límites del país a una delegación compuesta por veinte elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional para que ayuden a personal de la Comisión Nacional de Búsqueda de la Secretaría de Gobernación, en los trabajos de excavación arqueológica en Panamá hasta al 16 de abril de 2024. A estas labores no fue requerida la experiencia del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
¿Qué tan estudiado es Catarino Garza?
Es muy conocido entre los especialistas, hay una tradición historiográfica importante que la inició un investigador tamaulipeco Gabriel Saldívar, él encontró en La Lagunilla unos documentos relativos a la revuelta de Garza y los publicó en 1946; es una de las primeras referencias bibliográficas sobre Catarino.
Después, el investigador neolonés Celso Garza compiló los escritos de este personaje en el libro “En busca de Catarino Garza”, por desgracia no ha sido editado, incluye memorias que escribió antes de la revuelta de 1891, además aparece un escrito muy interesante de 1894 “La era de Tuxtepec en México, o sea Rusia en América”, que redactó Catarino estando en Costa Rica en el exilio, hace un informe detallado de la serie de corrupciones y asesinatos políticos cometidos en el porfiriato en aras de consolidarse como un régimen.
El investigador del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) señala también existen estudios en Colombia ya que participó en su guerra de 1895.
“Sin duda, quienes lo han estudiado más son las universidades texanas. Fue un periodista de oposición que sufrió la represión del régimen, se convirtió en un defensor de los trabajadores texanos-mexicanos. Recordemos que en esos años los estadunidenses poco a poco estaban expoliando las propiedades mexicanas, se las estaban apropiando. Catarino fue un defensor de los trabajadores texano-mexicanos a través de la fundación de sociedades mutualistas”, detalla.
¿Catarino llegó a Texas en calidad de exiliado?
En 1883, en la presidencia de Manuel González, se estableció la Ley Mordaza que significó que el régimen federal perseguiría los delitos de imprenta. La frontera era muy laxa y hubo una persecución hacia los periodistas críticos y por eso tanto Catarino como Ignacio Martínez, se asentaron en ciudades de Estados Unidos. Diez años después esa represión será la misma que sufrirán los Flores Magón. En esos momentos, la dictadura estaba asesinando a los periodistas críticos.
Catarino Garza publicó desde Estados Unidos varios impresos para evadir los delitos de imprenta: “El Bien Público”, “El Comercio Mexicano” y “El Libre Pensador”, por mencionar algunos. Las ideas que defendía en estas publicaciones eran: la no reelección, respeto a los derechos de los trabajadores y distribución de las tierras a los mexicanos.
¿Quiénes fueron Los Pronunciados de 1891?
La población de la frontera que inició una revuelta. En escritos posteriores Catarino Garza se enorgullece de estos seguidores, dice que eran trabajadores mexicanos en Texas, campesinos, labradores y gente de las clases populares. A estos garcistas los persiguió tanto el ejército mexicano, como el norteamericano y los rangers de Texas.
¿Hubo recompensa por su captura?
Se señala que ofrecían 30 mil dólares por su cabeza, es una cifra estratosférica para la época y nos informa sobre la preocupación que había surgido en el poder.
El historiador explica que Garza era un periodista y no tenía experiencia militar aunque se le asigne el título de general. “Por eso la revuelta dura tan poco, quien era general era Ignacio Martínez, él encabezaría la revuelta de Los Pronunciados, pero lo asesinaron a principios de 1891, entonces Catarino asumió el liderazgo”, detalla.
El periodista intentó llevar la rebelión, dirigió tres incursiones a México desde Texas y cuando sus fuerzas fueron disminuidas, decidió exiliarse antes de rendirse. Garza partió a Colombia, que en ese entonces abarcaba el actual territorio de Panamá.
¿Está suficientemente documentada la muerte de Garza?
Hay muchos registros del desembarco en Bocas del Toro, del enfrentamiento con la guarnición de policías y militar; el gobierno colombiano conservador ya sabía que se venía una revuelta, la Guerra Civil de 1895, y seguramente las fuerzas liberales estaban infiltradas. Hay mucha información sobre el enfrentamiento.
¿Qué aportarían sus restos a la historia?
Me parece que es una cuestión simbólica el recuperar los restos de un prócer, de un hombre que pertenece a la generación de periodistas militantes y comprometidos con la política, con el cambio en México.
En Tamaulipas es muy importante tener este tipo de referentes y más hoy en día con tanta violencia social que existe, tener este tipo de referentes, de personas que luchan por ideales y en contra de la corrupción y del asesinato político. También podría ser la oportunidad de conocer más la historia de frontera y abrir un museo dedicado al periodismo militante, a la oposición intelectual contra Díaz, es una oportunidad para comulgar con estos personajes que fueron olvidados y escondidos, que no se les ha dado el lugar que merecen.
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