Cultura

“En la CDMX ya no hay una delincuencia común porque lo común es lo delincuente”

J.M. Servín narra en su novela “Mi vida no tan secreta” la historia de los últimos 70 años de la capital del país

entrevista

J.M. Servín detalla que  su novela es  contada a través de los padres del narrador.

J.M. Servín detalla que su novela es contada a través de los padres del narrador.

La vida de una familia que padece y sobrelleva las crisis sociales de la hoy Ciudad de México durante los años 50 hasta el final del Salinismo, es la historia que narra el autor J.M. Servín en su novela “Mi vida no tan secreta”. En el libro se narra desde el caos por el terremoto de 1985, hasta los proyectos de Infonavit y la evolución de la violencia.

“Trato de expresar la rabia creo que este país pese a lo que ocurre hoy en día es la misma cantaleta de siempre, creo que es un país muy castigado para la mayoría. De muchas maneras la idea de los poderes reales de este país que es el gobierno, el empresario y el narcotráfico, insisten en que vivamos de rodillas, doblegados”, expresa el autor.

En palabras de J. M. Servín esta novela evidencia que la situación del mexicano es cíclica, continúa por más tiempo que pase.

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“Sobre todo en una ciudad como ésta donde cada vez que alguien me dice que hay muchos logros sociales y económicos, volteo a mi alrededor y solamente veo lo mismo: el pez grande tragándose al chico y millones de personas enfadadas, enojadas, frustradas por las condiciones en las que vivimos”, señala.

En nuestra sociedad hay una gran crueldad, añade. “Porque es peligroso salir a tu trabajo y no regresar porque se cae el Metro, porque te asaltaron, porque te secuestraron, porque no pasa el transporte, porque ya no hay una delincuencia común porque lo común es lo delincuente, está en todas partes”.

La novela.

La novela.

El autor comenta que en su libro trató de ponerme en los zapatos de la angustia general.

“A partir de una saga de una familia, que se cruzan cuatro décadas, en este caso sería la familia del narrador, que en el último de los casos soy yo porque como experiencia personal, por venir de una condición social baja tanto yo como mi familia vivimos la brutalidad en la que se nos ha educado a los mexicanos: que la enfermedad social –que es la gandalles, la corrupción, la violencia– la veamos como algo que ya es así y que no va cambiar”, enfatiza.

La realidad mexicana es que ninguna institución te protege porque jamás encuentran a criminales, porque a las mujeres las pueden matar impunemente y rara vez va a la cárcel alguien.

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“En esta historia, la delincuencia es un cáncer social y todo lo que hacemos está regulado por la ilegalidad, pero como no le tomamos la seriedad debida ahí están las consecuencias, solamente un pequeño grupo de personas en este país se aferran a negar lo que vemos todos los días o a darnos largas con discursos, estadísticas, con inauguraciones de obras e inversiones faraónicas que sólo les sirven a unos pocos”, opina.

J.M. Servín detalla que su novela es un recorrido de la historia de la Ciudad de México iniciando en los años 50, a través de los padres del narrador, en especial del padre, Lucio.

“Me interesa la historia social pero desde la delincuencia como una expresión, ¿por qué ocurren tantas tragedias en esta ciudad?, ¿por qué asaltan a tanta gente?, ¿por qué hay una tradición fortísima de tabloides policiacos desde los años 30? Es una manera de dar una lectura de la historia de la ciudad desde otro ángulo, no desde los próceres sino desde el lado de los proscritos y de la gente que padece esta condición”, indica.

Una constante en los integrantes de la familia que aparece en la novela es que por más que se esfuercen, la pobreza y la falta de oportunidades siempre llega a su vida. “Como que parece que estás en contra del éxito que por algo siempre fallas pero es que no se puede, ¿cómo sales de tu entorno en una sociedad como ésta?”, cuestiona.

Memoria de un país donde todo es simulación

J.M. Servín platica que para realizar su novela “Mi vida no tan secreta”, hizo un trabajo de investigación hemerográfica y bibliográfica, además tuvo que revisar sus cuadernos, una especie de diarios, en donde tiene escritas varias de las anécdotas que narra en este libro editado por Penguin Random House.

“Es una memoria de en un país donde todo es simulación, donde nadie conocemos las verdades como pasan, pasan 50 años y sigue manteniéndose la idea de que se nos debe algo o que hay una verdad que no se ha dicho”, expresa.