Cultura

Los escritores del siglo XIX son ejemplo de lecciones éticas; formaron al país sin ambicionar riquezas: Juan Villoro

“¿Cuántos borradores necesita la patria? Democracia y literatura” combina la crónica con reflexiones de corte ensayístico, añade el Premio Crónica

Fil de guadalajara

Juan Villoro (centro) presentó el libro “¿Cuántos borradores necesita la patria? Democracia y literatura”, editado por el Instituto Nacional Electoral (INE).

Juan Villoro (centro) presentó el libro “¿Cuántos borradores necesita la patria? Democracia y literatura”, editado por el Instituto Nacional Electoral (INE).

@FIL/RafaeldelRio

Ha habido una literatura mexicana que ha hecho la gran crítica de los abusos antidemocráticos del siglo XX, sin embargo, los escritores del siglo XIX son ejemplo de lecciones éticas ya que formaron al país sin ambicionar las riquezas del poder. Así lo expresó Juan Villoro durante la presentación del libro “¿Cuántos borradores necesita la patria? Democracia y literatura”, editado por el Instituto Nacional Electoral (INE) y presentado en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.

“La novela de la Revolución que desde el principio criticó injusticias y abusos, la novela de la post Revolución habló de las intrigas del poder y cómo las sucesiones presidenciales se resolvían en lo oscurito, Martín Luis Guzmán dijo que el verbo que conjuga la política mexicana es madrugar porque lo que hacen los enemigos políticos es tratar de prever lo que está haciendo su adversario y darle un madruguete, entonces el que se adelanta al rival es el que gana la contienda”, señaló el Premio Crónica.

Villoro mencionó también a Carlos Fuentes como el crítico del triunfo de la Revolución porque, decía, se convirtió en un magnífico negocio en nombre de ideales progresistas, hizo espléndidos negocios y creó una nueva casta al amparo de los ideales.

“La literatura nos ha preparado para tener un escenario diferente: el de la libre elección y voluntad popular”, comentó el autor.

El Premio Herralde de Novela 2004 recordó que los fundadores no sólo de la democracia sino del país fueron escritores como: Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez ‘El Nigromante’ y Manuel Altamirano. “Eran gobernadores, diputados, ministros…nuestra literatura del siglo XIX no es tan poderosa como la de Europa pero ellos estaba corrigiendo los borradores de un país”.

Estos escritores generaron un nivel de discusión extraordinario, añadió y compartió la anécdota de cuando el ex presidente Benito Juárez presentó a Manuel Altamirano ante el embajador de Bolivia, a quien se refirió como su oponente y un magnifico escritor; actitudes que hoy no se observan en los círculos de poder.

Villoro también citó a José Emilio Pacheco ya que escribió sobre estos fundadores de México, describió sus actos como una lección ética porque no se quedaron con el dinero de la enajenación de bienes eclesiásticos y nunca cobraron cifras exageradas de sueldo.

“Si México no se ha desangrado es porque existieron hombres como ellos, si en México queda alguna esperanza, a pesar de todo, siguen en pie el ejemplo de la generación de 1857”, citó Villoro.

CRÓNICA DE LA DEMOCRACIA

Juan Villoro explicó que el libro “¿Cuántos borradores necesita la patria? Democracia y literatura” combina la crónica con reflexiones de corte ensayístico sobre cómo llegó la democracia a su vida cívica. “De una manera poco alentadora, ahora como para tantos mexicanos, porque en 1976 tenía 20 años y fue la primera ocasión en que pude votar”

El escritor mencionó que en ese momento sólo hubo un candidato: José López Portillo. Después Jesús Reyes Heroles, en 1977, inició la reforma política que sentó las bases para las transformaciones democráticas y Villoro también narró que él estuvo afiliado al Partido Mexicano de los Trabajadores y debía sumar simpatizantes para que fuera un partido formalmente constituido.

“Íbamos a los distintos lugares de la Ciudad de México y la gente al vernos llegar a sus casas, primero se asombraba de que alguien los fuera a visitar para pedirle la firma de afiliación porque decían: ‘me están vigilando’, ‘me tienen fichado porque estoy apoyando a un partido rebelde no establecido y voy a perder mi trabajo’. Entonces se asustaban y no nos daban la firma”, compartió.

Finalmente narró el momento en que trabajó para un suplemento de La Jornada donde realizó, junto con su equipo editorial, entrevistas sobre la democracia, uno de los entrevistados fue José Woldenberg, de quien Villoro hoy toma una distancia.

“Fue un destacado militante de la izquierda, pero en aras de un profundo reformismo ha vendido su ideología, corazón y alma. Lo entrevistamos con un enfoque particular: entender que la democracia es un acontecimiento cultural”, dijo.