
En el Museo de Antropología se puede imaginar el fin de los tiempos hasta mayo del 2024, de la mano de fantasías apocalípticas creadas por Rufino Tamayo, Juan O’Gorman, David Alfaro Siqueiros, Rafael Cauduro, Manuel Álvarez Bravo, Mariana Yampolsky y José Guadalupe Posada, así como objetos paleontológicos, arqueológicos y reproducciones de códices que suman un total de 150 piezas.
“Imaginar el fin de los tiempos: historias de aniquilación, apocalipsis y extinción” se exhibe en colaboración del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Centro de Estudios Apocalípticos y Post Apocalípticos (CAPAS) de la Universidad de Heidelberg, de Alemania.
“CAPAS es un instituto global trans-disciplinario, creado por el gobierno alemán para hacer equipos de trabajo que produjeran investigaciones novedosas. En ese campo fue el primer receptor del proyecto, se les planteó desarrollar una investigación de la manera en que en México se han figurado estos múltiples tipos de ver …”, relata el curador Adolfo Felipe Mantilla, en una entrevista posterior a la inauguración de la exposición.
En tanto que investigador asociado del CAPAS, Adolfo Mantilla explica que el primer planteamiento del que se originó esta muestra fue un proyecto de investigación que inició en 2021. Desde entonces a la fecha se ha consolidado en su versión expositiva y editorial.
“Es un proyecto académico en el sentido amplio de lo que supone serlo, es decir que el espacio expositivo y la dimensión museológica curatorial también son componentes académicos”, detalla el curador.
RECORRER EL FIN DEL MUNDO.
El planteamiento curatorial está sostenido en una concepción topológica. “En el sentido en el que se establecen conexiones o interfaces o relaciones entre nodos específicos, como las topologías de red en información y sistemas funciona: pueden cuatro o cinco dispositivos estar conectados y entrelazados, transmitirse información”, según plantea Adolfo Mantilla.
Desde su perspectiva, los cinco espacios que conforman el recorrido expositivo no necesariamente tienen que verse en una secuencia para capturar un sentido. La idea era conjuntar una serie de objetos de referencias que “meten la actualidad y hacen un ejercicio de reflexión prospectivo y retrospectivo en torno a una idea”.
El primer espacio hay ejemplos de restos fósiles y mega-fauna, en conjunto con piezas de arte contemporáneo y pintura moderna, lo que de acuerdo con el curador permite situar al público en un “aquí y ahora”, un momento esténcil para revisar fenómenos que han ocurrido a lo largo de la historia del planeta.
Asimismo, a través de la distribución espacial se reiteran aspectos de las maneras en que las conciencias nahuas, en el momento de contacto con las presencias europeas reaccionaron a los eventos y sus interpretaciones.
También sobresalen las presencias de códices y piezas de arte contemporáneo que integran incluso piezas de obras de teatro documentadas y ejemplos de cómo configuran estos imaginarios en experiencias recientes como la pandemia por covid-19.
Es la misma reflexión desde distintos puntos de vista, el imaginario del fin de los tiempos desde una perspectiva nahua, rarámuri, artística, paleontológica… es el mismo asunto pero desde una perspectiva trans-disciplinaria como lo exigía el proyecto”.
¿Cómo juntas los objetos paleontológicos de creación anónima con obras artísticas de grandes nombres que valen muchísimo en el mercado del arte?
“La investigación siempre exige un ejercicio más o menos complicado de análisis. Este ejercicio desde su origen es trans-disciplinario o una antropología de amplio espectro, pues claro que hay un trabajo de restricción de objetos de orden paleontológico, que en sí mismos solamente registran un fenómeno, pero que artistas como Juan O’Gorman forman desde su perspectiva poética”
Para Adolfo Mantilla, cuando uno ve una pintura de Siqueiros o una fotografía con todos los ‘planteamientos curatoriales, museográficos y museológicos, solo se trata de poner los objetos en un espacio donde sus relaciones produzcan una “experiencia de sentido”.
En ese sentido, destacan la presencia de series como Apocalipsis de San Juan, de Rufino Tamayo; la serie Terremoto de Salvador Toledano; facsimilares de los códices Florentino y Vaticano y Borbónico y una réplica de una punta Clovis, que tiene más de 13,000 años, así como modelados de cráneos de los primeros americanos, entre ellos el de la “Mujer de Las Palmas”.
Además de los nombres ya mencionados, en las obras se encuentran creaciones de Minerva Cuevas, Lourdes Almeida, Salvador Elizondo, Ernesto Muñiz, entre muchos otros.
“La intención es la misma que puede tener cualquier producto de divulgación científica: facilitar información o conocimiento para que todos aquellos que están relacionándose con esto puedan tomar decisiones”, agrega Adolfo Mantilla.
De todas las épocas históricas del ser humano, el curador e investigador opina que en ésta nos caracteriza la colectividad de la conciencia que antes no había, en parte por las redes sociales y en parte por otros procesos históricos que hacen de la actualidad una experiencia mucho más compartida y que, por lo tanto, permite e invita a reflexionar sobre el fin del mundo
EXPOSICIÓN
La inauguración de “Imaginar el fin de los tiempos: historias de aniquilación, apocalipsis y extinción” se acompañó con una serie de conferencias impartidas por académicos del CAPAS: Emily Ray, Robert Kirsh, Patricia Murrieta Flores, Alejandra Bottinello, Robert Folger y el mismo curador Adolfo Mantilla Osornio.
En enero posiblemente haya otro ciclo de conferencias con investigadores del Inah e Inbal, según informa Adolfo Mantilla. Las fechas están por confirmarse.
La muestra permanecerá hasta el 12 de mayo de 2024, en el MNA (Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec) y puede visitarse de martes a domingo, en un horario de 9:00 a 17:00 horas. El museo permanecerá abierto en Navidad y Año nuevo.
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