Cultura

Fernando Lozano Rodríguez: Hicimos una trampa para traer instrumentos musicales a México mediante ambulancias


El músico cuenta su odisea en los años 80 para formar orquestas y bandas infantiles y juveniles, un sistema vigente al cual la actual administración cultural no ha pedido asesorías ni reconocido su trabajo

enseñanza musical 

El director de orquesta Fernando Lozano Rodríguez.

El director de orquesta Fernando Lozano Rodríguez.

INBAL

Fernando Lozano Rodríguez (Ciudad de México, 1940), en los años 80, ocupó ambulancias para transportar instrumentos musicales adquiridos en Estados Unidos, sólo así trompetas y saxofones cruzaron la frontera sin que la aduana pusiera pretextos, su destino eran diversas comunidades del país para hacer realidad el proyecto impulsado por este compositor mexicano: crear orquestas y bandas infantiles y juveniles en todo el país.

Crónica presenta una entrevista con el fundador de un sistema que hasta la fecha sigue vigente y a quien la actual administración cultural, dirigida por Alejandra Frausto Guerrero, no ha pedido asesorías ni ha reconocido la autoría de su trabajo.

“Hice una gira con la Filarmónica de la Ciudad de México, iniciamos en Cuba, después Perú, Argentina, Brasil y finalmente en Venezuela. Regresé a México y meses después me habló Manuel de la Cera, secretario de Educación Pública, y me dijo que en Venezuela estaba ocurriendo algo sensacional, se estaban formando orquestas juveniles y me dijo que fuera para ver qué está pasando y si lo podíamos replicar el país”, narra Lozano Rodríguez.

El músico fue a la misión y en Venezuela lo estaba esperando José Antonio Abreu, impulsor de las orquestas comunitarias. “Abreu me informó que estaba ensayando la Orquesta Simón Bolívar, entré y estaba un director polaco dirigiendo Shostakóvich y una orquesta de 110 músicos en perfecto orden, tocando maravillosamente, eran puros jóvenes de 20 años; entonces me dije: ¿cómo es esto posible? Y Abreu me respondió: hay más orquestas”.

“Regresé al hotel y le hablé a Manuel de la Cera y le dije: esto es sensacional, vente para acá”, recuerda Lozano Rodríguez. “Visité en la tarde otras orquestas juveniles, todas muy buenas y llegó Manuel de la Cera, platicamos con Abreu y regresando a México lanzamos el programa de orquestas y coros juveniles, junto con mi asociación civil que existe todavía y de la yo soy presidente, después tuvimos el apoyo de Rafael Tovar y de Teresa”.

Lozano Rodríguez comparte que previamente había organizado unos cursos de dirección de orquesta en Veracruz con jóvenes directores que llegaban de todas partes de la República.

“Estando con la orquesta de Xalapa haciendo un concierto en Apizaco, Tlaxcala, llegaron dos sujetos antes del concierto y me comentaron que la gobernadora de Tlaxcala quería saludarme. Hicimos el concierto, llegó la funcionaria y me dijo: esto de las orquestas me interesa y después de algunas pláticas arrancamos con tres orquestas”, recuerda.

Luego me invitó el gobernador de Campeche, recuerda el compositor mexicano. “Me dijo que había siete municipios y quería hacer una orquesta en cada uno. Le respondí que empezaríamos formando dos, pero se molestó y al final acordamos que serían cuatro y luego el resto. Empezamos la formación y a comprar los instrumentos, sillas y a conseguir los lugares de ensayo, a hablar con la gente que veía eso como una actividad extraña porque se preguntaban ¿qué hace una orquesta sinfónica en mi pueblo?”.

Lozano Rodríguez platica que llegaron los instrumentos y se apoyaron con la Orquesta Sinfónica Carlos Chávez para enseñar a los jóvenes. “Arrancamos con las cuatro orquestas, las visitábamos dos veces al mes, mandábamos maestros y un día me habló el director de cultura y me informó: oye Lozano, viene el presidente Salinas y el gobernador quiere que la orquesta toque, a lo que respondí: ¿cómo va a tocar si llevamos tres meses apenas?”

No quedó de otra, el compositor mexicano eligió piezas sencillas y dio la instrucción de que los jóvenes ensayaran todos los días de manera exhaustiva. “No pude viajar a tiempo, no había lugares disponibles porque en mi vuelo iba el presidente y la siguiente salida a Campeche era hasta el otro día”, comenta.

“Tuve que ir una agencia de aviación y alquilar un avión, costó carísimo, pero a las 7 de la noche era concierto con la asistencia del Presidente. Al final, los muchachos tocaron muy bien, Salinas pegó un brinco y felicitó a los maestros y a los niños”

Sin embargo, los problemas para Lozano Rodríguez no terminaron ahí. “Tres presidentes municipales se quejaron con el entonces presidente de que no hacía el trabajo. Entonces llamaron a su tesorero y éste les dijo: Lozano comprará los instrumentos de las tres orquestas que faltan, denle dinero y que traiga los instrumentos. Así fue. En total formamos ocho orquestas”.

“El interés por la música duró ese sexenio y el siguiente porque los gobernadores estaban entusiasmados, pero al siguiente gobierno ya no le interesó, le interesaba más el béisbol, abandonó las orquestas y se fueron desbaratando”, platica.

¿Cómo solucionó la compra de instrumentos para tantas orquestas?

De diferentes formas, por ejemplo, en Oaxaca se formó una orquesta, pero la población hizo una colecta, es decir, cada lugar era diferente, dependía del entusiasmo y de sus posibilidades.

“Casi todos los instrumentos los comprábamos en Estados Unidos, después los diversificamos en China y Alemania, pero la bronca era que los guardias de la aduana los detenían, les decíamos que eran para hacer orquestas, pero ellos no entendían nada de eso e inventamos una trampa”, confiesa.

El músico platica que los gobiernos de los estados fronterizos le avisaban cuando compraban ambulancias de Estados Unidos.

“Metíamos los instrumentos ahí, pero los de aduana nos dijeron: los instrumentos sí pasan, pero las ambulancias no. Son aventuras que se tuvieron por todos lados y que se tienen cuando uno hace cosas poco comunes como formar orquestas, eso era algo inusitado y es algo que ha funcionado bien, casi puedo decir que no hay un solo estado que no tenga orquesta juvenil”, afirma.

En palabras del compositor, es necesario que las orquestas tengan los apoyos necesarios para subsistir.

“Estamos sufriendo una descomposición social tremenda, el caso de Guerrero es fatal, Tamaulipas también, si buscamos en cada estado todos tienen problemas sociales, pero la formación de orquestas encamina a los niños y a los muchachos a que se vayan por buen camino. Con los delincuentes actuales no se puede hacer gran cosa, es un asunto de dinero, de poder y las pugnas que hay ahora son de grupos contra grupos, ya ni siquiera es la autoridad, a la autoridad ya ni la fuman”, opina.

¿Recientemente lo han buscado para asesorías sobre formación de orquestas?

No me han buscado.

Lozano Rodríguez comenta que el objetivo su programa no era crear profesionales de la música sino que únicamente los jóvenes se acercaran al arte. “Llegamos a tener cerca de 110 orquestas con 7 millones de muchachos que se renovaban porque en la preparatoria abandonaban su instrumento, pero ya tenían la música dentro, ya era parte de su vida y formación”, añade.

¿Con la música se acaba la violencia?

La música ayuda. El problema hoy de la violencia es más grave. Hay una falta de control sobre la delincuencia, se pelean entre ellos por tener más, no sé cómo las autoridades van a detener eso porque crece día con día, no es mi asunto, ni veo cómo le harán.

Ahí está el periódico, matan a cinco jóvenes y se les obliga a matarse entre sí. Si queremos que este país se salve hay que salvar a los niños y jóvenes, antes de los 5 años. De los 6 a los 18 son años son momentos en que se debe formar el futuro del país, si hacemos eso bien, este país se salvará y si no esos muchachos serán delincuentes o víctimas de un asalto. No veo al actual presidente y a su gente con ánimo de ver la verdad de lo que se debe hacer.