Cultura

Gallina gigante en el MACG critica la indiferencia del poder ante asesinatos

La instalación “Muerte y funerales de Caín (no homenaje a Siqueiros)” fue un proyecto de los años 90 de Juan José Gurrola que ahora se concreta

instalación

La  instalación se encuentra en el techo y fachada del Museo de Arte Carrillo Gil.

La instalación se encuentra en el techo y fachada del Museo de Arte Carrillo Gil.

El cadáver de una gallina de 15 metros reposa sobre la fachada del Museo de Arte Carrillo Gil. Se trata de una macro instalación originalmente diseñada por Juan José Gurrola en 1996 para este recinto ubicado al sur de la Ciudad de México y que en ese momento no se pudo realizar. Ahora, la instalación estará hasta el 5 de diciembre como símbolo de protesta ante la indiferencia del poder hacia los muertos.

“Es un proyecto que propuso Gurrola en 1996 a Sylvia Pandolfi, directora del museo en aquellos años, nunca se llevó a cabo por razones de múltiples factores desde presupuestales hasta burocráticos porque representaba una complejidad llevar a cabo una obra así desde el espacio público, además de un sinfín de trámites administrativos que pidieron hacerla”, comentó el curador Mau Marcin.

Esta gallina aparece originalmente en el cuadro “Muerte y funerales de Caín”, hecho por David Alfaro Siqueiros en 1947, obra que retomó Gurrola -con apoyo del fotógrafo Héctor García- en 1996 como un no homenaje al muralista y para subvertir los principios de la espectacularidad.

Siqueiros planteó su obra como una crítica a la muerte del hombre a manos de otros hombres y la indiferencia de aquellos que ostentan el poder y lo utilizan para matar, así como la lucha de clases generada por la desigualdad de riquezas.

De acuerdo con el curador, la pintura retoma el mito bíblico en el cual Caín mata a su hermano Abel y mediante la presencia de una gallina gigante, Siqueiros posiciona a los espectadores frente a Caín muerto, es decir, frente a la muerte alegórica de la injusticia.

“La estructura empezó hace tres meses, se inició haciendo la carcasa de metal de acuerdo a las indicaciones de un análisis estructural que se hizo para saber si el edificio soportaría el peso y asegurar la resistencia de la instalación a los vientos”, narra Marcin.

El trabajo intenso fue el montaje de la estructura, añade. “Lo realizó la empresa Procuraduría Mexicana de Exposiciones y un artesano con un equipo de colaboradores y colaboradoras que estuvieron haciendo papel maché; está hecha como un alebrije. Fueron tres semanas de montaje y el jueves se inició la maniobra de ensamblaje con grúas”.

la exposición “Un lugar en un momento. Prácticas de sitio específico”, que se muestra en el segundo piso del Museo de Arte Carrillo Gil.

la exposición “Un lugar en un momento. Prácticas de sitio específico”, que se muestra en el segundo piso del Museo de Arte Carrillo Gil.

ARTE DE LOS 90 Y 2000

“Muerte y funerales de Caín (no homenaje a Siqueiros)” de Gurrola dialoga con la exposición “Un lugar en un momento. Prácticas de sitio específico”, que se muestra en el segundo piso del Museo de Arte Carrillo Gil y estará abierta hasta mazo del 2023.

“Es una investigación de seis meses que tiene que ver con algo que pensábamos que era un giro conceptual en las prácticas artísticas de los 90 y primera década de los 2000, prácticas heterogéneas que sucedieron en la Ciudad de México, acciones, instalaciones, performance y cosas que pasaron en pocas instituciones porque no todas estaban abiertas a este tipo de manifestaciones. El Carrillo Gil y el Ex Teresa Arte Actual acogieron algunos de estos proyectos”, detalla Marcin.

Por ejemplo, Helen Escobedo en 1993 realizó “El pan nuestro de cada día” en el Ex Teresa donde el sagrario se convirtió en un horno en el que desfilaba una larga fila de panes hasta llegar a una sala en donde éstos llegaban crudos como referencia a la tragedia del terremoto de 1985. En esta manifestación participaron Felipe Ehrenberg y Marcos Kurtycz.

La exposición la forman fotos de objetos, videos, carteles o algún registro documental de esas expresiones que fueron efímeras y que sucedieron en distintos lugares: la calle, el zócalo, en espacios independientes, departamentos y mercados.

“También se pone en la reflexión al México de 1994 cuando se firmó el Tratado de Libre Comercio e inicia una comercialización del arte marcada por la globalidad, cuando los artistas salen a hacer residencias, es un momento de globalidad y este tipo de obras resisten al comercio del arte porque no buscan crear un objeto”, expresa Marcin.

Crítica a la estética

El curador destacó una obra sobre la crisis económica del 94: Declive. “Habla de la globalidad a través de la avalancha, un juguete que se inventó en México y que era muy famoso pero que en dos segundos la empresa que lo creó, tras la firma del TLC, tronó”, narra.

Hay otras manifestaciones que hablan de la frontera, de migración, de feminismo, del sismo. “Hay reflexiones estéticas, políticas, sociales y al final podemos ver que la preocupación por el medioambiente está presente”, indica.

El MACG se ubica en Avenida Revolución 1608, colonia San Ángel, alcaldía Álvaro Obregón.