Cultura

La historia de El Colegio Nacional, además de arquitectónica, es una historia política: Javier Garciadiego

Se revisó la historia del edificio de la institución, coordinada por el arquitecto Felipe Leal

El Colegio Nacional: historia del edificio
La conferencia. La conferencia. (La Crónica de Hoy)

La historia del edificio de El Colegio Nacional abarca casi dos siglos, desde que fue Convento de la Enseñanza, fundado en 1754, cárcel y escuela de ciegos; pero también sede de la Suprema Corte de Justicia, del Tribunal de Justicia, Casa del Estudiante y del Archivo de Notarías. Hoy esta edificación es sede de la casa de la libertad por el saber, desde su creación en 1943.

Pero “como nueva institución pública de un país con grandes limitaciones económicas —como era el caso del México posrevolucionario, condición que se agravó con la crisis del 29— y por los gastos traídos por la expropiación petrolera”, El Colegio Nacional nació con instalaciones “insatisfactorias”, recordó el historiador Javier Garciadiego, miembro de la institución.

El colegiado participó en la mesa redonda, junto con Fernando Álvarez del Castillo, responsable del Centro de Documentación de El Colegio Nacional y la curadora y arquitecta Mara Vázquez, en la que se analizó las peripecias y transformaciones del edificio de la institución a lo largo de los años. La jornada, coordinada por el también colegiado Felipe Leal, incluyó la proyección del documental Un día en El Colegio Nacional y una visita guiada por la exposición “De La Enseñanza a El Colegio: Historia del edificio de El Colegio Nacional”.

Poco después de la creación de El Colegio Nacional, repasó Garciadiego, “la sede que se le asignó tenía entrada por la calle de Luis González Obregón número 23, la parte del edificio que había ocupado la Escuela de Ciegos, incluyendo el tercer patio, o Patio de los Naranjos, que no pertenecía a la Secretaría de Educación Pública (SEP), sino a la Secretaría de Salubridad y Asistencia, lo que era muy característico de esa época: no edificar construcciones nuevas sino aprovechar los edificios cívicos y religiosos del periodo novohispano o algunas construcciones porfirianas”.

Aunque las cosas no iban bien. “Para comenzar, un año después de fundado El Colegio Nacional aún no se publicaba el decreto presidencial que le asignaba formalmente el inmueble”; además, un salón seguía siendo ocupado por el Instituto Politécnico Nacional y “por otro lado, aprovechando la vecindad del edificio con el de la SEP, atravesando la calle, seguramente algunos funcionarios de ésta pretendieron ubicar en El Colegio algunas dependencias suyas necesitadas de espacio, a este problema se buscó darle una solución ‘entre caballeros’, porque fue la expresión usada en unos de los plenos de los miembros de El Colegio”.

Así, “se ofreció al secretario Jaime Torres Bodet que mientras no hubiera necesidad de las varias oficinas que ahora ocupan la Secretaría en este edificio, éstas quedarían a su entera disposición hasta que las necesitara El Colegio Nacional para sus actividades; sin embargo, al poco tiempo, los colegiados modificaron su postura y le solicitaron a Torres Bodet que concediera todo el edificio de González Obregón 23 para uso exclusivo de El Colegio Nacional, pues en realidad sólo utilizaban el último piso, insuficiente e incómodo. Lo cierto es que dos años después la SEP seguía ocupando varios espacios”.

“Fue hasta principios de 1951 cuando la Dirección de Asuntos Jurídicos de la SEP redactó un nuevo decreto por el que se daría a El Colegio Nacional el carácter de usufructuario del edificio, no propietario, usufructuario”, refirió el colegiado, quien prepara una historia de El Colegio Nacional. “Obviamente no me meto en cuestiones arquitectónicas, es una historia política de El Colegio Nacional”, dijo.

El Colegio Nacional tenía de 15 a 40 miembros, y con las instalaciones de la Universidad, que se mudaron a Ciudad Universitaria, al sur de la Ciudad de México, comenzó a plantearse pedir una nueva sede o ampliar las existentes.

Tras una larga historia, que incluyó la creación de una Comisión del Edificio, tras el sismo de 1985, que afectó seriamente varios inmuebles del Centro Histórico, se acordó adquirir y sumar al ubicado en la calle de Donceles, cuyas reparaciones y adecuaciones tuvieron a un colegiado como protagonista: el arquitecto Teodoro González de León, quien había sido electo miembro de la institución el mismo año de la adjudicación del edificio.

Las instituciones, señaló en su oportunidad Fernando Álvarez del Castillo, responsable del Centro de Documentación de El Colegio Nacional, “nunca son obra de una sola persona y no se dan por arte de magia, hay todo un proceso”.

En 1988 se adjudicó Donceles 104, después de que en el 81 se planteara la posibilidad de ampliar El Colegio. Por decreto del 21 de noviembre de 1988 se retiró del servicio del Departamento del Distrito Federal el inmueble y se le otorgó a El Colegio Nacional, relató.

Finalmente, “la remodelación del edificio se hizo por Teodoro González de León en marzo de 1990. En el 1993, el gobierno federal destinó los recursos para la remodelación del Convento de la Enseñanza. Luego, la remodelación se inició el 4 de enero de 1993 y el 22 de noviembre de 1994 se llevó a cabo la entrega de las nuevas instalaciones”, agregó.

Repositorio fundamental

Fernando Álvarez del Castillo detalló los pormenores del Centro de Documentación de El Colegio Nacional, creado en 2005. “Su misión es resguardar, organizar y poner a disposición de los usuarios el patrimonio documental de la institución, de forma libre y gratuita, al igual que las conferencias, este espacio está abierto a todo público. El acervo del Centro Documentación es la más completa reunión de las ideas y aportaciones expuestas de viva voz por los 111 mexicanos, mujeres y hombres, con un vasto reconocimiento nacional e internacional, que han formado parte de la institución hasta hoy”.

En el repositorio, “se resguardan libros, imágenes, artículos periodísticos y de revistas, audios y videos, así como un archivo histórico en el que se consignan las actividades académicas y culturales realizadas por los miembros de la institución y sus invitados, en las que exponen los avances más recientes en investigaciones científicas y humanísticas, así como sus valiosas reflexiones sobre el pasado, presente y futuro de la humanidad”, señaló.

En 2022, el acervo audiovisual de El Colegio Nacional, “fue registrado en la Memoria del mundo de la UNESCO. El Centro de Documentación está conformado por una biblioteca, una mediateca, una hemeroteca y un archivo histórico. La biblioteca es un espacio especializado en la memoria de sus miembros, ofrece una colección muy completa producida por cada uno de los colegiados o lo que otros autores han escrito sobre ellos, está constituida por cerca de 36 mil volúmenes, distribuidos en cuatro colecciones”.

Además, existe una mediateca constituida por una videoteca y fototeca: “La videoteca está integrada por más de ocho mil videos y audios de las actividades realizadas en la institución desde 1953 hasta el presente, conferencias anteriores a esa fecha no hay, porque no se grababan; la mayoría de estos materiales ya se encuentran digitalizados”.

“La iconoteca conserva materiales producidos para la difusión de las actividades realizadas por los miembros de El Colegio Nacional, aquí tenemos seis mil materiales gráficos y 973 digitales que está conformada por carteles, trípticos, programas de mano; y luego la fototeca cuenta con más de 31 mil fotografías impresas, cerca de 30 mil digitales y 25 mil negativos”.

La colección, enfatizó Álvarez del Castillo, “documenta la vida académica y personal de los colegiados y está conformada por dos acervos, una colección “Miembros”, que reúne fotografías de cada uno de los 111 miembros de El Colegio Nacional, y una colección Colegio Nacional, que congrega fotografías en general del edificio y de las presentaciones. Se cuenta con imágenes tomadas por fotógrafos reconocidos internacionalmente como Lola y Manuel Álvarez Bravo, María y Héctor García Cobo, Gabriel Figueroa, Rogelio Cuéllar, Walter Reuter, Rafael Doniz y Mariana Yampolsky”.

Gran parte de este acervo sirvió para organizar la exposición “De La Enseñanza a El Colegio: Historia del edificio de El Colegio Nacional”, con guion y proyecto museográfico de Mara Vázquez. “Este proyecto dio inicio con una propuesta del arquitecto Felipe Leal a El Colegio Nacional para hacer una exposición sobre la historia de la sede de esta institución en el marco de la celebración de sus 80 años”.

“El Centro de Documentación de este Colegio nos proporcionó un resumen de la historia del edificio, con el cual revisamos y comenzamos el proceso de la elaboración de la primera versión del guion museográfico; la decisión del eje conductor de la exposición sería cronológica o temática y la conclusión fue separar la cronológicamente en dos áreas la primera desde la historia de la fundación, en 1754, del Convento de la Enseñanza en México por doña María Ignacia de Azlor y Echeverz”.

La segunda área, agregó Vázquez, “fue la historia, a partir de 1943, con la creación y fundación de El Colegio Nacional, por sus primeros 15 miembros en la primera sede y la ampliación e intervención en 1990, por el también miembro, el arquitecto Teodoro González de León, dando como resultado esta maravillosa sede”.

Para concluir la jornada, el colegiado Felipe Leal presentó el documental Un día en El Colegio Nacional, que “resume la vida de un día en El Colegio Nacional, desde el amanecer en el Centro Histórico hasta el acontecer cotidiano del propio Colegio Nacional. Aparece la comunidad de El Colegio Nacional, los trabajadores, todo el equipo de trabajo del Colegio, así como miembros”. El trabajo está acompañado con música de los tres compositores que hasta ahora han formado parte de la institución: Gabriela Ortiz, Mario Lavista y Carlos Chávez.

De La Enseñanza a El Colegio. Historia del edificio de El Colegio Nacional, título de la jornada que se llevó a cabo la noche del jueves, se encuentra disponible en el Canal de YouTube de la institución: elcolegionacionalmx.

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