Cultura

El humor, ante todo, nos tiene que dejar pensando, dice Valeria Loera

Mujer joven con piercing en los ojos
Tengo un humor agrio, sarcástico o hasta simplón, dice Valeria Loera. Tengo un humor agrio, sarcástico o hasta simplón, dice Valeria Loera. (Facebook)

A Valeria Loera le parecía gracioso nombrar “¡Violencia!” a la obra de teatro con la que resultó ganadora del Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo Trejo 2020, porque ella es de Chihuahua y seguramente la gente pensaría que abordaría las muertas de Juárez, la guerra del narco o alguna otra temática “propia” de la región.

“Tengo un humor agrio, sarcástico o hasta simplón. Desde ahí ya me daba risa el título de la obra”, confiesa la dramaturga.

En conversación sobre esta obra de teatro, recientemente publicada por Tierra Adentro y el Fondo de Cultura Económica, la autora explica que al nombrar a su personaje buscaba una palabra que sirviera de sentencia. Pasó por “Dolores” y “Socorro”, pero no terminaron de englobar lo que era esta mujer, el personaje epónimo.

“Sobre lo que caracteriza al personaje me di cuenta de que era una mujer bastante violenta, no ya con el mundo, o bueno sí… pero en mayor medida es violenta consigo misma y todas las cosas que se está exigiendo o se dice. Yo creo que se llama Violencia”, comenta.

La obra narra el proceso de Violencia, una compositora de jingles que atraviesa una crisis existencial. Su egocéntrico y repulsivo novio actor ha cortado con ella; su madre decide volver a casarse, lo que tensa su ya complicada relación; y la presión por cumplir con las expectativas familiares y estar a la altura de su hermana le abren heridas entorno a la muerte de su padre: asfixiado por la madre de Violencia durante un encuentro sexual.

Los personajes principales de la obra son las Violencias -que la autora indica deberían ser interpretadas por actrices casi idénticas, o trillizas-, un muñeco inflable perdidamente enamorado, una madre desinteresada, un exnovio narcisista y una cabeza en un refrigerador.

Mediante notas al pie, compuestas tanto de texto como imágenes, Valeria humoriza la estructura teatral del libro con elementos poco utilizados en este género.

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“Es una búsqueda muy personal de mis obras el querer involucrar de otra forma a los lectores. La mayoría de las personas que no se dedican al teatro lo consumen a través del montaje, es raro que a alguien se le antoje leer una obra… es este afán de tener algo que resulte atractivo de la propia lectura, el proceso anterior a que sea montada”, detalla Valeria.

Indica que en otros libros y obras ya ha experimentado con distintas tipografías e ilustraciones para complementar información que no puede plasmar en palabras. “Aunque mi trabajo como escritora es encontrar las palabras, no siempre puedo y digo, ¿por qué no valerme de otras cosas?”.

En Violencia, la dramaturga resolvió con notas al pie de página porque necesitaba un lugar donde poner pensamientos sobre situaciones que le parecían ridículas y graciosas.

“A veces se me ocurren cosas que cuando pasan por el filtro no siempre se quedan. Acá dije ¿qué tal si me construyo a mí misma, yo-autora, como un personaje más, una violencia más que está ahí sumándole otra voz a las múltiples que ya tiene la protagonista?”

Añade que esto viene del humor, que considera ser la mejor manera de enfrentar la fatalidad de la vida. “A veces puede ser bastante terrible y no queda más que reírte”.

RISA.

“El humor, ante todo, nos tiene que dejar pensando. Lo más sencillo es hacer el chiste por el chiste, pero si tenemos la capacidad de reírnos de cosas tan fuertes, también habría que tener la capacidad de preguntarnos por qué nos reímos de eso”, reflexiona Valeria.

Entre los temas que aborda dentro de esta publicación destaca la salud mental. La depresión y ansiedad son asuntos fundamentales en la obra y la autora señala que no porque tratarlos desde una perspectiva risible dejan de ser importantes o cosas que debemos cuestionarnos. Incluso, considera que transmitir esta idea a través de la risa es una forma de “hacerle foco”.

“Es terrible y tremendo. Hay que hablar de esto y bien dicen por ahí que si quieres decirle sus verdades a la gente la mejor forma es haciéndolos reír. Por eso funciona el formato de standup comedy que se agarran hablando de aspectos negativos de sí mismos y los demás, exaltando los defectos del gobierno, la sociedad y formas de pensar. Creo que la risa viene cargada de una crítica a estas cosas”.

- Dentro de esa exploración humorística también juegas con la curiosidad del lector ¿por qué incluir elementos reales, como tu número telefónico?

“Es como cuando ocurre algo que parece un error en escena y el público se pregunta si es parte de la obra o se equivocaron. Quise generar algo similar acá, que no se sepa si es ficción o es real se me hace padrísimo. Siento que toda buena obra dramática apela a la curiosidad del público y eso es lo que hace querer seguir leyendo o en la butaca viendo la obra”.

OBRA GANADORA.

En un principio, la intención de la autora era contar una historia de desamor porque, así como Violencia, estaba pasando por una profunda decepción amorosa. “Genuinamente les recomiendo que no salgan con actores”, bromea.

“Decidí hacer un texto para desahogarme de esta relación, pero conforme iba escribiendo me di cuenta de que no era una historia sobre una relación de pareja, sino de una relación madre e hija y, al final, lo más importante es cómo ellas buscan sanar este lazo que por falta de comunicación o malos entendidos estaba dañado”.

Ahonda que la minuciosa descripción del escenario responde a su deseo de ver la casa de Violencia como una casita de muñecas y de tener en escena un muñeco sexual inflable. “Independientemente de si en el montaje deciden poner un actor, a mí me gustaba imaginar un muñeco de verdad, inerte, porque era una imagen poderosa”.

Parte del Premio Nacional de Dramaturgia Joven Gerardo Mancebo del Castillo Trejo 2020 conlleva el montaje del texto dramático. La producción estará a cargo del Centro Cultural Helénico, en colaboración con la Compañía Nacional de Teatro.

“Me emociona ver la obra puesta en escena. Tentativamente, será en agosto, en el Centro Cultural Helénico”, señala Valeria Loera.

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