
El tenor Javier Camarena (Xalapa, 1976) señala en entrevista que ser parte de las óperas consideradas clásicas es una especie de primera vez en el escenario porque representa grandes exigencias de voz, pero al mismo tiempo es una evolución natural a sus 20 años de trayectoria artística. Así lo externó a propósito de su participación en la gira por Japón con la Royal Opera House de Londres.
Los días 28 y 30 de junio en dicho país asiático se presentará “Rigoletto”, de Verdi, y el mexicano cantará ahí por primera vez el rol del Duque de Mantua junto con la soprano Nadine Sierra en el papel de Gilda y el barítono Etienne Dupuis en el papel titular, bajo la batuta del maestro británico Antonio Pappano.
“Este año me han invitado para que conforme parte del elenco de “Rigoletto” en Yokohama y Tokio, lo tomo como un regalo de vida, es un país que tenía muchísimas ganas de visitar. Soy feliz de que sea la música la que me lleve a conocerlo”, expresa Camarena.
Sobre su rol comentó que es emblemático y del que se desprende uno los fragmentos operísticos más reconocidos: La donna è mobile.
“El duque es el villano, es la única ópera en la que puedo ser el malo y es una propuesta escénica que representa a los personajes en su naturaleza más cruda. Se está convirtiendo en parte de mi repertorio habitual, es una celebración laboral de 20 años de carrera”, destaca.
Otros debuts de Camarena sucederán en septiembre (14, 18, 22, 25 y 28) y octubre (1 y 6) con la Lyric Opera de Chicago, en el rol del Duque de Mantua. Después, los días 18, 20, 23 y 26 de octubre se presentará en la Ópera de Dallas, cantando por primera vez en la producción de la “Traviata”, de Verdi, junto con dos artistas mexicanos: el barítono Alfredo Daza y el maestro Iván López Reynoso.
“En el Teatro de Ópera de Chicago no he estado, sí había tenido la oportunidad de visitar esa ciudad un par de veces haciendo recitales con el maestro Ángel Rodríguez, pero será la primera vez que estaré en su teatro de ópera y sé que es de los más importantes de Estados Unidos junto con el Metropolitano Nueva York y el de Ópera de Los Ángeles”, indica.
¿Qué significa presentarse con dos connacionales?
A Alfredo Daza e Iván López Reynoso los conozco desde hace mucho tiempo, conozco su trayectoria, su proceso como artistas, lo que han trabajado por estar vigentes.
Es una gran alegría que haya este tipo de representación de México en escenarios internacionales y que haya compatriotas con quienes compartir la cultura y la forma de ver la vida.
En 2025, el tenor iniciará sus presentaciones en el Liceu de Barcelona cantando el rol de Alfredo en la “Traviata”, esto será los días 17, 20, 22, 27 y 30 de enero, y el 1 de febrero. Posteriormente, en febrero debutará en el Teatro San Carlos de Nápoles con “Romeo y Julieta”, de Gounod.
¿Qué representa la interpretación en óperas muy conocidas?
Estas óperas representan una evolución de mi repertorio, son obras ya no tan ligeras, tienen una trama más dramática y, a la vez, le exigen a la voz una mayor presencia en cuanto al color y la potencia. Es parte de una evolución por la que pasan todos los tenores.
Me encuentro en este punto en donde mi repertorio cambia y el gran reto es enfrentarlo con todas las herramientas que me dan 20 años de experiencia. Estos nuevos roles tienen diferentes exigencias para la voz, entonces el reto es encontrar el justo balance entre la parte emotiva, emocional y la dramática con las posibilidades seguir desarrollando mi voz.
A la pregunta sobre las metas que se plantea aún a dos décadas de trayectoria, el artista responde que los retos y proyectos son muchos porque siempre habrá roles que abordar.
“Estoy cumpliendo 48 años, con que alcance otros 20 de vida…mi ideal es trabajar hasta los 65 años y ya de ahí ir bajando el ritmo. Quiero seguir teniendo está pasión y seguir viendo como misión de vida el realizar este trabajo tan maravilloso y que tanta belleza trae a la gente: la música”, afirma.
El compromiso del tenor es con el hoy, agrega. “Hacer hoy mi trabajo lo mejor posible, estar muy consciente del cuidado que debo tener con mi cuerpo y mi voz para que pueda responder a todos los compromisos que he hecho con tanta antelación”.
Después de cada función, Camarena confiesa que lo más importante para él es el descanso, comer bien y despejar la mente.
“Hoy la competencia es cada vez es más feroz, cada vez hay jóvenes que tienen una preparación mucho más profesional a edades cortas, pero los años pasan y si hay algo que es absolutamente cierto es que en cualquier ámbito todos los excesos tarde o temprano pasan factura. Si he de dar un consejo a las nuevas generaciones es que sean conscientes de su propia realidad, que sepan decir sí y no, tomar riesgos conociendo sus límites”, comenta.
Camarena añade que el demostrar quién es quién se logra sólo con el tiempo y con madurez. “No hablo únicamente en términos de voz, también de madurez emocional y de las propias experiencias de vida. Es cierto que siempre se está buscando a la nueva gran estrella, pero hay que tener mucho cuidado con nosotros mismos”.
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