Cultura

“Por qué Jill Magid convirtió cenizas de Luis Barragán en un diamante”

Laura Ayala recorre los senderos estéticos de la artista estadunidense para ofrecer respuestas. El volumen es editado por Artes de México

libro

“La arquitectura de Barragán aspira a la belleza y el arte contemporáneo de Jill aspira a algo completamente diferente, ella aspira a cuestionar, dice Laura Ayala.

“La arquitectura de Barragán aspira a la belleza y el arte contemporáneo de Jill aspira a algo completamente diferente, ella aspira a cuestionar, dice Laura Ayala.

UdeG

Hace 20 años la artista estadunidense Jill Magid se interesó por la figura del arquitecto Luis Barragán, empezó a indagar quién era y por qué no es accesible su archivo que se resguarda en Suiza, fue así que la creadora mandó cartas a Federica Zarco, directora de la Barragan Foundation, hizo ready-made con imágenes de la obra del arquitecto y finalmente convirtió parte de las cenizas de Barragán en un diamante.

“Cuando me enteré de que habían hecho un diamante con las cenizas de Barragán se me hizo algo sorprendente y por eso empecé a investigar qué había pasado. Fuera de los sentimientos en contra tan fuertes que despertó Magid, me pregunté quién es esta artista, indagué en su trayectoria, su forma de gestionar y los alcances de sus proyectos”, señala en entrevista la investigadora Laura Ayala Castellanos.

La especialista en arte moderno y contemporáneo responde esas inquietudes en su libro “525 Gramos. Jill Magid: la transformación de Luis Barragán”, editado por Artes de México. En la obra también nos recuerda que en septiembre de 2015 se exhumaron de la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres los restos del arquitecto con el aval de familiares y autoridades.

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En ese momento, de la urna funeraria se extrajeron 525 gramos de cenizas que se transformaron en un diamante (colocado en un anillo) y a manera de intercambio, en la urna se dejó un caballo de plata del mismo peso que lo extraído. Ese año nadie dijo nada, pero en los siguientes las críticas y polémicas entre autoridades y especialistas no tardaron en aparecer.

“La arquitectura de Barragán aspira a la belleza y el arte contemporáneo de Jill aspira a algo completamente diferente, ella aspira a cuestionar, a poner en el ojo del público y de los críticos la forma en que se gestiona el uso de un archivo profesional. Las motivaciones son distintas y eso me dio la oportunidad de comparar estas dos artes, un arte contemplativo como puede ser el arte moderno y un arte de intervención como es el de Jill Magid”, indica Ayala Castellanos.

El libro.

El libro.

La autora quiso alejarse de los hechos para tener una perspectiva sobre la obra de ambos artistas.

“Pensé que el tiempo iba a sanar ciertas heridas de la gente pero no. No soy vocera de Jill, ella es muy coherente en su postura y fue muy abierta a proporcionarme fotografías e información sobre mis dudas para hacer este libro. Cuestiono la obra de Jill de cómo se apropia de la obra de Josef Albers y del tapete de flores, de cómo una manifestación de arte popular se convierte en una obra de museo a la hora que la firma un artista visual”, comenta.

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Definitivamente ella pone un momento de atención de decir quién tiene acceso y quién no. El archivo profesional ya lo están exhibiendo: una parte con facsímiles en Alemania, eso se dio después de la publicación del libro, pero pregunté qué habían hecho en los últimos años la Barragan Foundation de Suiza y realmente la actividad que tuvieron fue muy escasa. Sabemos que a la propia Jill le fue negado el acceso a los archivos.

“Es un archivo profesional que no es para que lo consulte toda la gente, es un archivo muy delicado, el papel, los soportes son sumamente frágiles, son susceptibles a la humedad, a la luz, son documentos que se tienen que conservar de una manera apropiada y no es que todo el mundo pueda tener acceso a ellos”.

En opinión de Ayala Castellanos, Jill logró su objetivo: plantear preguntas. “Pongamos los ojos en que las obras construidas de Barragán las hemos dejado que las destruyan, mal mantenidas, a merced de su suerte cuando deberían de ser de máxima importancia mantenerlas en buen estado”.

ARTE CONTEMPORÁNEO

Me han dicho que el trabajo de Jill sucedió aquí porque México es corrupto, pero no lo creo, esta mujer es hábil, ella se asesora y su arte contemporáneo incluye una serie de componentes muy distintos al arte moderno: tiene un cuerpo de asesores legales para que su obra no caiga en una demanda, ella busca la forma de hacer obras a partir de la prohibición, del que se le niegue representar algo, externa la autora.

“Las reacciones mediáticas que generó su proyecto, si bien ella no sabía el alcance que iban a tener, sí forman parte de la obra. La obra no es en sí el anillo, los libros enmarcados, las maquetas o los contratos, es todo este cúmulo de obras reacciones que se generan a partir de una propuesta”, señala.