Cultura

Juan Villoro: “La obra de Ibargüengoitia era fácil de disfrutar, pero no siempre asimilable”

Es de los escritores mexicanos más leídos y disfrutados, “pero no ha sido un autor que haya tenido equivalente resonancia en el canon crítico”, añade

ciclo

Jorge Ibargüengoitia.

Jorge Ibargüengoitia.

Jorge Ibargüengoitia (1928-1983) ha sido de los autores mexicanos más leídos y disfrutados, “pero no ha sido un autor que haya tenido equivalente resonancia en el canon crítico. Durante mucho tiempo fue visto como autor ameno, divertido y por lo tanto no necesariamente serio”, consideró el escritor y Premio Crónica, Juan Villoro.

Así introdujo la primera sesión de la serie “Sálvese quien pueda: llegó Jorge Ibargüengoitia”, que la Fundación Mexicana de la Lengua transmite en el marco del 40 aniversario luctuoso del escritor, a través de los canales (Youtube y Facebook) de Casa Cien Años de Soledad, los jueves del 9 al 30 de noviembre y los martes 5 y 12 de diciembre a las 18:00 horas.

El ciclo lleva un título satírico para aludir al políticamente incorrecto Ibargüengoitia, quien no dejaba un jinete con cabeza y pudo ofender a todos los sectores de la sociedad mexicana al poner en tela de juicio la condición humana “que, por supuesto, lo incluía”.

“No hay alguien que se salve” indicó Villoro como cuestión fundamental de obras famosas, como “Los relámpagos de agosto”.

En su charla “Jorge Ibargüengoitia y la mirada del pícaro”, Juan Villoro ahondó en las cualidades humorísticas del cronista, cuentista, ensayista y dramaturgo.

De inicio, el académico apuntó que se ha hablado de él “un pariente divertido, un poco malediciente, de anécdotas inolvidables, pero al mismo tiempo no había la interpretación de la obra que la incorporara a la gran literatura mexicana, se puede decir que había un desencuentro entre el gusto por leer a Ibargüengoitia y la falta de resonancia crítica”.

MIRADA PICARA.

En medio de una tradición literaria que Juan Villoro califica como “desgarrada”, por haber dado cuenta de realidades atroces –“la historia mexicana está llena de dolor y sufrimiento de modo que algunas obras cumbre de nuestra literatura llevan títulos como ´El luto humano´, ´Nostalgia de la muerte´, ´El llano en llamas´, ´Laberinto de la soledad’…”- la obra de Ibargüengoitia era fácil de disfrutar, pero no siempre asimilable.

“No es un lugar ligero para expresar la literatura. En ese concierto de literatura tan desgarrada y muchas veces justificadamente crítica de una realidad desigual, violenta corrupta, etc, Ibargüengoitia era una excepción difícil de catalogar”.

Por esta razón inmediata, Juan Villoro consideró que la cultura mexicana tardó en aceptar la seriedad del sentido del humor y la ironía.

“El sentido de humor no es como muchas veces se piensa, una evasión, sino una forma de entender la realidad con una profundidad distinta”, recordó.

“En Ibargüengoitia el humor opera como una reconciliación crítica de una realidad absurda y descompuesta. En ese sentido, es algo que nos reconcilia de alguna manera con el mundo imperfecto que sobrellevamos. Esta relación de ida y vuelta entre el cuestionamiento de la realidad y la posibilidad de sobrellevarla a través del sentido del humor le dio un tono especial a su literatura”.

Asimismo, el autor de “La noche navegable” (Joaquín Mortiz, 1980); “¿Hay vida en la Tierra?” (Almadía, 2012) y las aventuras del Profesor Zíper destacó el poder subversivo del humor y concluyó citando a una tía de Ibargüengoitia, pues a él le encantaba recurrir a epigramas y proverbios de gente ‘común’ que decía cosas sabias.

“La vida quiso que yo fuera desgraciada, pero no me dio la gana: ahí está la estética y sobre todo la ética de Jorge Ibargüengoitia, el deseo y atrevimiento de enfrentar una realidad adversa, quebrada, pero decidir voluntariamente que, en medio del horror, la risa puede ser posible y que, incluso en las circunstancias más terribles, se puede ejercer el valor disidente de la ironía”.

SESIONES.

Además de Juan Villoro, en “Sálvese quien pueda” participan Luis de Tavira, Andrés Lira, Alejandro Lámbarry, Maria Cristina Secci, Hugo Chaparro Valderrama y Geney Beltrán quienes hablarán de la primera etapa del autor, que fue convulsa y difícil pero para muchos es muy interesante y solo tardíamente valorada; así como distintos aspectos generacionales y renovadas miradas críticas sobre el autor.

La siguiente sesión estará a cargo del historiador, escritor y jurista Andrés Lira, investigador emérito de El Colegio de México quien ofrecerá la plática Los pasos de Jorge (por la historia de México), el 16 de noviembre.