Cultura

“La literatura infantil de nuestro tiempo es en gran medida, discúlpenme, intrascendente”: Alberto Manguel

Los libros de nuestra infancia nos enseñan que el arte de la empatía se aprende a través de la literatura, añade. Ofrece la charla “No paz, sino espada”

fil de guadalajara

Ningún libro puede forzar a ese lector hacia una meta obligatoria, ni siquiera imponerle una dirección determinada, explica Alberto Manguel.

Ningún libro puede forzar a ese lector hacia una meta obligatoria, ni siquiera imponerle una dirección determinada, explica Alberto Manguel.

UdeG

Una literatura infantil intrascendente que promete la atroz mentira de ‘sé bueno y honesto y serás feliz’, así como la muerte de todo lo que amamos, es lo define nuestro presente. Así lo expresó el escritor argentino Alberto Manguel (1984) durante la charla “No paz, sino espada”, en el marco del Encuentro de Promotores de Lectura de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.

“Los mercaderes que Cristo echó con tanta razón del templo han regresado y se han instalado en todos los ámbitos de nuestra vida: las canciones de protesta forman ahora parte de los catálogos de las grandes editoriales de discos, las ropas harapientas de los indigentes desfilan ahora en las pasarelas de las casas de moda más exclusivas, las series de televisión más subversivas son producidas por cadenas reaccionarias como Fox”, dijo.

Así, el panfleto más incendiario convertido en producto de consumo se vuelve inocuo y banal, añadió Manguel.

“Por eso la literatura infantil de nuestro tiempo es en gran medida, discúlpenme, intrascendente. Como objeto de consumo se ha convertido en inofensiva y obvia o lo que es peor: pedagógica. La imaginación no caza en manadas. Para imaginar eficazmente un joven necesita independencia mental. Entre las páginas de un libro, si tiene suerte, descubrirá por sí mismo el hilo de una historia secreta que también es historia de su vida”.

El actual director del Centro de Estudios de la Historia de la Lectura de Lisboa indicó que los libros de nuestra infancia se convierten, con el paso del tiempo, en parte de nuestra autobiografía y son los que nos enseñan que el arte de la empatía o de la compasión se aprende a través de la literatura.

Manguel refirió algunas de sus primeras lecturas: “Las mil y una noches”, “Pinocho”, “Tarzán”, “Mujercitas”, “Corazón”, así como sus primeras lecciones de anarquismo humanista: “La isla del tesoro” y “Alicia en el país de las maravillas”. Sin embargo, destinó su plática a uno personaje entrañable: el capitán Nemo, héroe de “Veinte mil leguas de viaje submarino”, de Julio Verne.

LIBROS

Este capitán, recordó, tiene una biblioteca al interior del submarino Nautilus con 12 mil obras de ciencia, ética y ficción escritas en muchos idiomas.

“Los libros han servido a Nemo como guías hacia el conocimiento, pero un libro sólo puede iluminar el camino que el lector ha elegido, ningún libro puede forzar a ese lector hacia una meta obligatoria, ni siquiera imponerle una dirección determinada”, dijo.

El autor de “El libro de los elogios” y “Mientras embalo mi biblioteca” narró que al leer por primera vez “Veinte mil leguas de viaje submarino” le impresionó el extraordinario viaje, la poderosa personalidad del capitán y la violencia de sus acciones.

“Aprendí que en la época de Verne también fue una de violencia: las guerras napoleónicas, la guerra franco-prusiana, la guerra de Crimea. Verne creó a Nemo como respuesta a la violencia de su mundo”, indicó.

Hoy, agregó Manguel, la democracia lucha por sobrevivir en algunos rincones del planeta y se cuestionó ¿qué podría hacer Nemo si viviera hoy entre nosotros siendo testigos de la destrucción de todo lo que ama quiere y venera?

“Tendría tres opciones. La primera es dejar atrás su biblioteca submarina y aceptar la educación de la estupidez que los poderes, que los gobiernos quieren imponernos. Segundo, puede ignorar las enseñanzas humanísticas de su biblioteca y estallar en actos de violencia, violencia contra la violencia, ojo por ojo, diente por diente”, dijo.

La tercera opción es intentar imaginar una nueva estrategia para ayudar a sus congéneres a volver al reino de la razón.

“Quizá sus libros, su biblioteca, puedan ayudarlo a tratar de imaginar una atracción más fuerte que la codicia material y el derramamiento de sangre para intentar acabar con nuestro aislamiento egoísta e insistir en que todos pertenecemos a un rebaño humano común”, expresó.

Para Manguel, hasta ahora, las democracias son los mejores sistemas que hemos soñado pero su destrucción, así como la explotación ilimitada de los recursos naturales y la concesión de poderes absolutos, no significará la muerte sólo para los más pobres y desafortunados sino para toda la vida del planeta.

“Nemo sabe que la lucha contra las leyes injustas que causan tanto sufrimiento es una lucha por la supervivencia, pero Nemo emplea una estrategia equivocada. Si queremos sobrevivir como especie, tenemos que pensar y actuar colectivamente, tenemos que encontrar la manera de dialogar, de contrarrestar egoísmo con empatía, el impulso suicida con el impulso de la vida. Tenemos que actuar como actúan los bibliotecarios y promotores de la lectura: por amor”, aseveró.

EN 2024 ABRIRÁ BIBLIOTECA DE MANGUEL

En la charla, Alberto Manguel recordó cuando embaló su biblioteca de 40 mil que tenía en Francia y cuando en febrero de 2020 recibió una propuesta del alcalde de Lisboa: donarla a Portugal para que se aloje en el Palacio de los Marqueses de Pombal, como parte del Centro para el Estudio de la Historia de la Lectura.

“Es un palacio increíble y me dijeron que habría un presupuesto de adquisiciones, con un equipo de seis bibliotecarias y dos asistentes; pensé que estaba soñando o que era una promesa que no se iba a cumplir, pero se cumplió. Y como a dónde va mi biblioteca voy yo, este centro será inaugurado el 25 de abril de 2024 cuando Portugal cumplirá 50 años de democracia después de la dictadura de Salazar”, detalló.

Mi biblioteca será el corazón de ese centro, agregó.

“Quiero que sea un centro abierto a todo el mundo, el centro se llama Centro Atlántida, como esa Atlántida que visita el capitán Nemo porque es un mito que siempre resurge, es una metáfora de la cultura”, dijo.

Manguel recordó una charla con el escritor haitiano Dany Laferrière, quien después del terremoto en su país le dijo: cuando todo se derrumba queda la cultura. “Y eso lo voy a poner como lema en el espacio Atlántida… están invitados todos, quiero tener un gran evento de cultura mexicana y quizá le pida a mis amigos de Artes de México hacer un diálogo de la cultura portuguesa y otros sitios del mundo”.