Cultura

María Katzarava inaugura con emotivo recital la edición 50 del Cervantino

Estuvo acompañada por la soprano coreana Hera Hyesang Park y  la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, dirigidos por la batuta de Scott Yoo

guanajuato

La soprano María Katzarava, acompañada de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México.

La soprano María Katzarava, acompañada de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México.

EFE

Entre shusheos del público a los reporteros que transmitían en vivo, expresiones de emoción y una Alhóndiga abarrotada de entusiasmo, la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México arrancó la 50 edición el Festival Internacional Cervantino, en Guanajuato.

Dirigidos por la batuta de Scott Yoo, la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México presentó un programa de 70 minutos, en el que participaron Hera Hyesang Park (Corea) y María Katzarava (México). Antes de que se unieran las cantantes, los músicos tocaron la Obertura de "El rapto en el serrallo" (Die Entführung aus dem Serail), del compositor Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791).

En las pantallas del escenario se enfocaron los rostros de concentración y muchas sonrisas de los intérpretes al ejecutar y terminar cada pieza.

La soprano surcoreana Hera Hyesang Park, conocida por su canto, presencia y mente cosmopolita, fue recibida con vítores tanto de locales como extranjeros. Luego, de rojo flamante y con una brillante tiara acomodando su peinado, apareció la soprano mexicana y Premio Crónica, María Katzarava, acompañada de fuertes aplausos que se repitieron entre cada pieza, sin amainar, durante todo el concierto.

Las cantantes interpretaron juntas el dueto “Sull’aria…”, de Las bodas de Fígaro (Le nozze di Figaro, de Wolfgang Amadeus Mozart) con gestos de complicidad que conmovieron al público. Después de eso se sintió el clímax durante sus interpretaciones individuales de “La tarántula…”, de La Tempranica (Gerónimo Giménez, 1854-1923) y “Carceleras…”, de Las hijas del Zebedeo (Ruperto Chapí, 1851-1909).

El “Dueto, Barcarolle…”, extracto de Los cuentos de Hoffmann (Jacques Offenbach, 1819-1880) fue la última canción del programa oficial. Hera Hyesang Park soltó una lágrima, que se limpió con un dedo y enorme sonrisa en la cara. Después, empezaron los jugueteos musicales latinos, reminiscencias de una llorona y un danzón que se inmiscuyeron en los acordes arrebataron aplausos y júbilo.

“No se pueden ir de aquí sin cantar”, agregó María Katzarava y tanto las cantantes, como la orquesta y la asistencia entera se entregaron a los “Caminos de Guanajuato”.

La inauguración culminó con 360 grados de pirotecnia. Fuegos artificiales que iniciaron a destiempo, agarraron vuelo y terminaron por envolver a la audiencia de la Alhóndiga de Granaditas.

SOPRANOS.

Al finalizar el concierto y retirarse la Orquesta y los asistentes, las sopranos regalaron correteadamente algunas palabras a la prensa.

“Disciplina, fuerza, una meta cimbrada y se puede llegar tan lejos como sus sueños estén plasmados. Estoy muy conmovida, feliz, agradecida, es uno de los festivales más hermosos en los que he podido estar”, expresó María Katzarava.

Para ella, la música une lazos porque, como el amor, es universal y señaló que se vio reflejada en la soprano coreana. “Me llamó la atención que, cuando llegué al camerino, ella estaba meditando. Es la primera soprano que conozco, aparte de mí, que llega y medita. Estuvimos meditando juntas y me gusta porque llevamos la misma sintonía”, comentó.

“Piérdanle el miedo y el respeto a la ópera, conózcanla, es un género maravilloso que tienen que vivir en vivo”, agregó, antes de salir corriendo, porque en la madrugada se va a San Diego a ensayar para el estreno de “El último sueño de Diego y Frida”, cuyo estreno mundial será el 29 de octubre y se presentará oficialmente el próximo año.

Por su parte, Hera Hyesang Park dijo que, a veces, a través de la música decimos cosas que resultan difíciles, sin decir qué hay detrás, pero lo sentimos y lo entendemos. “En vez de hablar y hablar. Agradezco mucho ser cantante y poder compartir esta belleza de la humanidad a través de la voz”.

“Ustedes son muy emocionantes y muestran sus emociones muy directamente, mientras que en Corea la gente tiende a ser mucho más tímida, entonces realmente disfruté comunicarme con ustedes que comparten y sentir su pasión sin miedos. Me divertí mucho y sentí que realmente estábamos compartiendo un momento bello, así que les agradezco mucho”, añadió.