Cultura

“Me voy porque me voy”, un retrato de la migración de profesionistas mexicanos a EU


En 1982 eran 18 mil y para el 2019 el número escaló hasta los 338 mil. “México ocupa el primer lugar en América Latina y el sexto a nivel mundial en migrantes calificados”, señala Laura Vázquez


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Las investigadoras de la Facultad de Economía de la UNAM, Lilia Domínguez Villalobos y Laura Vázquez Maggio.

Las investigadoras de la Facultad de Economía de la UNAM, Lilia Domínguez Villalobos y Laura Vázquez Maggio.

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“Recuerdo que daba clases de las 9:15 de la mañana, a las 12:15 y de ahí ya nada hasta a veces en la noche. Entonces no era un horario fijo, ni trabajo fijo; tenía que ir de una universidad a otra buscando más trabajo. Y, por supuesto, no tienes ningún tipo de beneficios”, narra María, maestra de lenguas extranjeras que se graduó en México en ciencias de la educación y quien ante la falta de oportunidades laborales decidió migrar a Estados Unidos.

Ése es un testimonio de los más de 300 mil profesionistas mexicanos que viven en Estados Unidos y que las investigadoras de la Facultad de Economía de la UNAM, Laura Vázquez Maggio y Lilia Domínguez Villalobos, contactaron a algunos para analizar el fenómeno migratorio de este sector, resultados que se plasman en el libro “Me voy porque me voy”, editado por Turner.

“La migración de profesionistas no es nueva. A nivel mundial es importante y para México empezó en los años 80 del siglo pasado, pero en los 90 fue cuando alcanzó un ritmo importante; es un fenómeno que no estaba estudiado, es algo que se tiene que analizar porque las razones de las personas pueden ser el contexto del país y también motivos individuales”, expresa Lilia Domínguez Villalobos.

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Las investigadoras identificaron cifras del censo estadunidense (American Community Survey) y notaron que en 1982 los mexicanos profesionistas en Estados Unidos eran 18 mil y en 2019 el número aumentó a 338 mil.

“Tomamos un criterio para seleccionar a las personas: aquellas nacidas en México y que llegaron a Estados Unidos con 25 años o más y que en el censo reportaron una educación terciaria (grados universitarios). Esto es, que seguramente estudiaron su licenciatura en México”, detalla Laura Vázquez Maggio.

Otra cifra que destaca la experta es que, en términos de migración global, India ocupa el primer lugar, seguido de México, es decir, no de migrantes calificados sino de migrantes totales.

“Cuando nos fijamos en las cifras de migrantes calificados, México ocupa el primer lugar en América Latina y el sexto a nivel mundial; y en Estados Unidos ocupa el cuarto lugar, es decir, tiene una presencia importante dentro del fenómeno. Lo que más se ha estudiado es la migración tradicional, no particularmente haciendo énfasis en sus grados educativos ni en su formación”, indica.

El libro reúne testimonios de algunos de los más de 300 mil profesionistas mexicanos que viven en Estados Unidos.

El libro reúne testimonios de algunos de los más de 300 mil profesionistas mexicanos que viven en Estados Unidos.

¿Es fuga de cerebros?

Ese concepto se utilizó mucho hace varias décadas, surgió en el contexto de la preocupación por el desarrollo económico. Después de la Segunda Guerra Mundial se hicieron esfuerzos por desarrollar a los países que en ese entonces se identificaron como no desarrollados, muchos habían sido colonias.

“Los académicos empezaron a señalar como problemático que los profesionistas migraran hacia el mundo desarrollado. El concepto fuga de cerebros está asociado a que la migración es algo negativo para el país de origen, sobre todo si se trata de países subdesarrollados porque merma sus capacidades de desarrollo.

“Eso ha cambiado en el mundo académico, después de hablar de fuga de cerebros, ahora se habla de circulación de cerebros. La globalización contemporánea nos muestra que la gente con estas características se mueve con facilidad alrededor del mundo, las empresas demandan su fuerza de trabajo, les ofrecen empleos mejor pagados y mejores condiciones”.

Al respecto, Domínguez Villalobos enfatiza que no es fuga de cerebros porque no son profesionistas con un empleo en el país.

“El cambio estructural generó un problema serio de la ocupación de profesionistas, los salarios para esta población crecieron menos que el resto de los salarios y se crearon menos puestos de trabajo, es gente que no estaría necesariamente ocupada en México, por eso no se puede hablar de fuga de cerebros”, agrega.

IDIOMA Y RANKING

¿Por qué enfrentan problemas algunos de los profesionistas que migran?, fue una pregunta que plantearon las investigadoras de la UNAM en su estudio que incluyó encuestas virtuales y presenciales, de septiembre de 2016 a septiembre de 2017, en las ciudades de Los Ángeles, Houston y Chicago.

“Hay un porcentaje que no habla inglés perfecto e incluso que lo aprendió en el curso de la migración y son los que tienen más problemas. Otro asunto es su acento, resulta una desventaja y pueden sufrir alguna discriminación por ello. Obviamente a mayor educación y mayor dominio del inglés, hay mayor posibilidad de obtener un empleo”, afirma Vázquez Maggio.

Un elemento adicional es el imaginario sobre las jerarquías de las universidades alrededor del mundo. Si un mexicano estudió la licenciatura en la UNAM, pero la maestría o el doctorado en la Universidad de Cambridge, se les abren las puertas automáticamente.

“No es que la UNAM no pese, pero en términos de países anglosajones lo que conocen son las universidades inglesas. Lo mismo ocurre en esa jerarquía con los países en donde estudiaron, quizá no son las universidades inglesas, pero si dicen que estudiaron en Alemania, el empleador abrirá las puertas y no cuestionará su título mientras que un título de México o de algún país de menor grado de desarrollo lo puede cuestionar un poco más”, indica.

Domínguez Villalobos comenta que la inserción laboral de los profesionistas que llegan a Estados Unidos es muy heterogénea.

“Varios llegan con el pie derecho, unos inclusive ya tienen empleo antes de irse y hay una minoría que no puede revalidar sus estudios hechos en México, los ingenieros no tienen problema, pero los médicos y abogados sí, los primeros tienen que certificarse”, explica.

El libro.

El libro.

INSEGURIDAD

Uno de los factores para que los profesionistas dejen el país es la inseguridad.

“No me gusta hacerle mala publicidad a la Ciudad de México porque hay mucha gente que nunca ha tenido un mal incidente. Personalmente tuve dos asaltos ultraviolentos que, en verdad, te puedo decir, me marcaron al grado de que en la noche al ir manejando iba con el corazón saltando”, narra Sonia, mexicana que se mudó a Los Ángeles.

La poca creación de empleo y las malas condiciones laborales accionaron, desde los años 80, la inseguridad a nivel nacional.

“Ese cambio ha orillado a muchas personas a financiarse la vida a través del crimen. Entre las personas que entrevistamos hay de todo, desde los que han vivido una mala experiencia con la inseguridad hasta quienes no lo han padecido directamente pero saben que ahí está, lo escuchan en los medios y a través de familiares y amigos”, indica Vázquez Maggio.

La investigadora advierte que es un elemento más que da paso a la migración y no es el único ni el más importante. “Hay muchas motivaciones interrelacionadas, la gente ve en la migración una salida a una situación, no siempre, desfavorable”.

IDENTIDAD

Esos miles de profesionistas en Estados Unidos cómo se identifican: ¿cómo mexicanos, estadounidenses o una mezcla de ambas nacionalidades? Es otra pregunta analizada por las académicas de la UNAM.

“Pareciera que cuando estudiamos migración calificada el énfasis se hace en la cuestión económica: qué tan exitosos son o no son y cuáles son las implicaciones económicas. Creíamos que para ver el lado humano de estas diferentes historias de migración había que revisar qué más pasaba en otras áreas que impactan en la vida de estas personas, por ejemplo, la identidad”, indica Domínguez Villalobos.

Las investigadoras encontraron que la gran mayoría no deja de sentirse mexicano y adquiere una segunda cara de identidad: la americana.

“Nos interesó mucho señalar que está fuertemente asociada la parte americana cuando adquieren la ciudadanía, eso nos pareció crucial porque las personas que han pasado mucho tiempo en Estados Unidos si no adquieren la ciudadanía no tienen derechos plenos, no se sienten que pertenecen a esa sociedad, sienten que en cualquier momento los echarán”, detalla Vázquez Maggio.

En las entrevistas, las investigadoras percibieron que los profesionistas que se sienten mexicanos es gracias a su cultura de origen y si adquieren la identidad americana es porque ese país les dio buenas condiciones materiales y sociales.

“Sin embargo, la gran mayoría menciona que nunca se sentirán plenamente pertenecientes a la sociedad norteamericana porque perciben que los propios norteamericanos ponen una barrera, por más que hablen bien inglés, que tengan un buen trabajo y vivan con el mismo estándar de vida que ellos, no los consideran pertenecientes a su grupo”, expresa Vázquez Maggio.