Cultura

Mondiacult cierra con crítica a Rusia y aprobación de Declaración por la Cultura

Se retiran 48 ministros cuando tomó la palabra el representante ruso. Acuerdan que la cultura es “bien público mundial” 

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El cierre de la Mondiacult se realizó en el Auditorio Nacional.

El cierre de la Mondiacult se realizó en el Auditorio Nacional.

SCF

Con un llamado a que Rusia se retire de las fronteras de Ucrania y con el abandono del pódium de algunos los 48 ministros de cultura que apoyaron dicho llamado cuando el ministro de cultura ruso, Sergey Obryvalin, tomó la palabra, cerró Mondiacult 2022 en el Auditorio Nacional.

“Nos hemos reunido esta semana en México para fomentar la cooperación multilateral para apoyar el desarrollo de este sector multicultural y para ver la aportación al desarrollo sostenible, la promoción de la paz y la seguridad. Mientras sostuvimos estos intercambios uno de nuestros miembros, Rusia, siguió teniendo una intervención, una guerra de agresión injustificable e ilegal sobre Ucrania”, dijo Simonas Kairys, ministro de cultura de Lituania.

La voz de Kairys fue en nombre de 48 países que rechazan la participación de Rusia en un evento destinado a políticas de protección del patrimonio cultural material e inmaterial. Algunas de esas fueron: Albania, Andorra, Australia, Ecuador, Canadá, Georgia, Guatemala, Islandia, Japón, Mónaco, Montenegro, Nueva Zelanda, República Macedonia del Norte, Noruega, Suiza, Ucrania, Estados Unidos, Reino Unido, Irlanda del Norte y los países miembros de la Unión Europea.

“Es una guerra que está violando la ley internacional, incluyendo la Carta de las Naciones Unidas y el mandato de la UNESCO. Desde su creación en 1945, la tarea que se estableció la UNESCO fue construir la paz en los hombres y mujeres y con la responsabilidad que hemos asumido esta semana de poner a la cultura al centro de nuestra agenda”, expresó.

Los grupos regionales de la UNESCO subrayamos la importancia de la cultura para la paz, la seguridad y enfatizamos la necesidad de tener medidas, investigaciones y acciones coordinadas para abordar las amenazas al patrimonio cultural tangible e intangible, añadió.

“Y aun así, al 24 de septiembre la UNESCO ha verificado daños a 193 sitios desde la invasión de plena escala de Rusia a Ucrania, 81 museos, 37 edificios históricos, 35 edificios dedicados a actividades culturales, 17 monumentos y 10 bibliotecas”, detalló.

Las cifras de Ucrania son todavía más altas, externó. “El ministerio de política cultural de Ucrania calcula daños a 545 sitios culturales, incluyendo 38 museos, 174 sitios religiosos y 257 edificios históricos, además hay muchos informes en los medios en donde se dice que las fuerzas rusas están saqueando las propiedades incluyendo 2 mil exhibiciones que han desaparecido de los museos en Mariúpol”.

Se han hecho diversos compromisos en la UNESCO por parte de Rusia incluyendo las Convenciones de 1954, 1972, 1970, nosotros no podemos seguir contemplando cómo un país puede intentar borrar la cultura e identidad de un país, señaló.

“No podemos aceptar acciones continuas en contra de la constitución de un país, así que llamamos a Rusia a que se retire de las fronteras reconocidas con Ucrania y exigimos un fin de la agresión con Ucrania para garantizar la protección de mayor daño al patrimonio cultural mueble e inmueble de Ucrania en todas sus formas”, dijo.

Antes de que los ministros aplaudieran por casi un minuto ante tal exhorto, Kairys comentó que los países participantes en Mondiacult reconocen las acciones de la UNESCO para salvar la cultura de Ucrania, por lo que esperan “sus aportaciones para reconstruir Ucrania”.

Sin que Alejandra Frausto emitiera una respuesta, algún comentario o un aplauso, cedió la palabra al ministro de cultura de Sudáfrica, Nathi Mthethwa, quien recriminó la falta de auspicios de la UNESCO para monitorear la economía cultural global.

“La Unión Africana tiene como principal objetivo para su agenda 2063 silenciar las armas del continente africano, por lo tanto, la emisión de un conflicto no nada más está ocurriendo entre Ucrania y Rusia, hay otros estados que han sido avasallados y están tratando de reconstruirse y volverse a desarrollar como Malí”, externó.

Por ello pidió que la gobernanza global como las Naciones Unidas deben de tener oportunidad de intervenir y cerciorarse que los conflictos se resuelvan de manera amigable, “no es posible quedarnos sentados aquí viendo un tema que tiene que ser resuelto por la comunidad internacional”.

También dijo que existe la necesidad de crear un mecanismo que sea uniforme bajo los auspicios de la UNESCO para monitorear la economía cultural y creativa basada en la investigación y el desarrollo.

“Lo que quiero decir es que si vamos a tomar en serio esta cuestión de la economía creativa y cultural se le debe dar un lugar a la creación y ese enfoque es grave para que se logre la sostenibilidad de la industria cultural, clave para el progreso social. Uno no puede gestionar lo que no se puede medir”.

La respuesta del ministro de cultura ruso, Sergey Obryvalin, fue que ninguno de los 48 países que hicieron el llamado miran la guerra de 8 años en Donetsk donde hay niños desaparecidos. “Dichas declaraciones son inaceptables”, dijo.

CULTURA COMO DERECHO

En el cierre de Mondicault 2022, se informó que la cifra de participantes fue de 2,750 de 150 estados, así como 136 ministros y viceministros, y más de 100 organizaciones no gubernamentales.

Dichos representantes adoptaron por unanimidad una Declaración por la Cultura, en la cual se afirma que la cultura es un “bien público mundial”, define un conjunto de derechos culturales que deben ser tomados en cuenta en las políticas públicas, que van desde los derechos sociales y económicos de los artistas, pasando por la libertad artística, hasta el derecho de las comunidades indígenas a salvaguardar y transmitir sus conocimientos ancestrales, y la protección y promoción del patrimonio cultural y natural.

Sobre el tráfico de bienes y la destrucción intencional de patrimonio, se advirtió que tiene consecuencias devastadoras en la identidad y memoria de las comunidades, por lo que se requieren acciones más deliberadas con miras a la devolución y restitución; la comunidad internacional también debe de invertir en la construcción y rehabilitación de museos después de los conflictos armados.