Cultura

“El mono que hago es introspectivo, no habla de política ni de lo actual, sino de lo que sientes”

Las redes han impulsado mucho el género de los monos fuera del tema político, pero además subes tus dibujos al ritmo que quieras, sin textura o formato determinado, explica. “Eso es lo que se puede llamar monero de internet o redes”

entrevista

Un cartón de Carlos Dzul.

Un cartón de Carlos Dzul.

“Creo que no sirvo para vivir. No me gusta el mundo material y todo lo que tienes que hacer para llegar a un objetivo. Me gusta beber chelas, pero me molesta tener que ir a comprarlas”, explica el monero y cuentista, Carlos Dzul también conocido como ‘changosperros’.

A través de viñetas que sube a sus redes sociales, ‘el changos’ como le dicen, ha conseguido armar su proyecto de monos en el frente digital, a partir de líneas medio chuecas y temas como la soledad, la tristeza y todo aquello relacionado al no-encajar.

Sentado en la cocina-comedor del departamento donde renta una habitación, pidió que iniciáramos la entrevista con una cerveza, con la evidente esperanza de relajarse un poco.

“El mono que hago es introspectivo, no habla de política que es un género muy popular, ni intenta hablar de situaciones actuales concretas, sino de lo que sientes. Es el que me interesa y puedo hacer”, opina respecto de su trabajo.

Le parece difícil encontrar humor en el contexto político de nuestro país y concede que quizás se debe a que no se mantiene “muy al tanto”, ni tiene opiniones tajantes o claras al respecto. “Creo que el humor político generalmente sale de criticar a algún bando, al presidente o a los críticos del presidente… ayuda si tienes una postura determinada”.

El humor que él hace parte de la autocrítica. “Me la paso criticándome a mí mismo… ¿que si es sano?… pues creo que me ha ayudado, sí”.

Admite que se trata de “una cosa muy egocéntrica”, pero reafirma que se siente mucho más autorizado para hablar de sí mismo que de cualquier otro tema. “Porque es lo que conozco y es muy cómodo porque ahí ¿qué te van a corregir si estás hablando de tus pensamientos y tus cosas?”.

Carlos Dzul.

Carlos Dzul.

¿Esto ya existía o eres un nuevo tipo de monero?

-“No me sé la historia perfectamente, pero creo que las redes han impulsado mucho el género de los monos fuera del tema político”.

Explica que si bien antes ya existían moneros experimentales, que dibujaban ‘feo’ o hacían cosas ajenas a la industria, su trabajo todavía se difundía en medios impresos y eso implicaba un filtro distinto a lo que permiten las redes sociales.

“Por ejemplo, hay editores que te dicen que no se entiende tanto, que las viñetas deben tener medidas y te ponen un modelo que hace que el trabajo no sea tan espontáneo, como sí puede ser en las redes, donde la imagen ni siquiera tiene que estar bien escaneada”.

“El ritmo es el que tú quieras, puedes subir una cosa cada 10 minutos y te permite no clavarte en textura o formato. No sé desde cuando exista, pero sí que hay algo que se puede llamar monero de internet o redes”, continúa.

Carlos Dzul se considera a sí mismo un híbrido. Inició sus monerías en formato impreso, haciendo fanzines como una forma de monetizar el trabajo creativo, pero las redes sociales rápidamente se convirtieron en un mejor medio para la difusión.

“Ahorita ya no iría a una fotocopiadora a sacar 100 ejemplares para estar doblando y engrapando…lo veo como una fase que me gustaría superar. Lo vería como un retroceso –volver al fanzine, pero sé que puede ser otra cosa también”, comenta.

LA DIVERSION ME DEPRIME.

Actualmente, Dzul atraviesa una ruptura amorosa difícil, que ha marcado sus producciones y lo ha vuelto incluso más popular. "Parece que la tristeza vende mucho y hasta más que la felicidad", observa, aunque concede que quizás tenga que ver con su perspectiva del momento.

“De pronto me pregunto qué estoy haciendo, pero intento hacer los cartones muy honestos y aunque no era mi intención hacer de eso un producto es muy evidente que a partir de subir viñetas tristes la cantidad de seguidores en mi Instagram se fue para arriba”, confiesa.

Agrega que pone a la venta todas sus viñetas por lo que, un poco sin querer, convierte sus emociones en un producto. No puede evitarlo porque su trabajo es muy personal: para crear viñetas, el changos retrata su perspectiva más sincera de la cotidianidad que vive.

¿Cómo concibes el humor?

- “No he tomado clases o leído teoría, lo fui aprendiendo poco a poco. Al inicio era frustrante porque hacia las viñetas y no había un remate o chiste gracioso. Me parecía que era una magia, que había que tener esa chispa y si no, no puedes escribir algo chistoso. Cuando dejé de intentarlo, decidí poner ahí una situación de la manera más honesta sin preocuparme por sacar la carcajada, fue un primer paso. Después, con observación y un poco de sentido común vas descubriendo los mecanismos del humor”.

Como ejemplo de esos mecanismos, el monero señala que una estrategia simple y estructura básica de chiste es la exageración de una situación en tres partes.

“Creo que los memes permiten ver la estructura de un chiste muy resumido y puedes clasificarlos para ver qué estructuras ejemplifica cada uno. Por ejemplo, el de expectativa vs realidad. A veces puedes copiar la estructura de un meme en tu chiste”.

Otro cartón de Carlos Dzul.

Otro cartón de Carlos Dzul.

¿En qué punto tus viñetas dejan de ser cartones y empiezan a ser memes?

-“Yo los considero cartones. El meme tiene sus características y me parece que, primero, no hay un autor. Incluso cuando les ponen sello no aparece una persona que diga ‘yo hice este meme’. Las imágenes son moldes y creo que en el cartón sí hay un sentido de autoría y de creación. Esa viñeta que hago no la voy a repetir, lo que ha pasado es que alguien más toma mi viñeta, le pone otra cosa encima y se convierte en un meme, pero eso es algo que hacen las redes, yo hago el cartón. Y sí me interesa que la gente sepa que yo soy el autor de ese cartón”.

KEASIENDO?

Entre los proyectos que realiza, Carlos Dzul se encuentra completando una residencia en La Casa del Autor Zapopan (CAZ, Jalisco). “Se supone que haré un cómic de 60 páginas sobre un wey que nace sin brazos y decide ser músico, pero no encuentra su verdadero estilo hasta que encuentra el amors. Se va llamar Playing Flauers”, informa.

Próximamente, el monero tendrá participación como expositor en Ficómics BUAP, donde presentará su libro de “Lovestoris”; y en el Festival Pixelatl, donde impartirá un taller de humor gráfico, además de participar en la última etapa del concurso “Secuenciarte”, donde fue seleccionado como finalista. En caso de ganar, se publicaría su cómic con las historias “Pewito” y “van got fingue”.

“El changosperros”

Carlos Dzul nació en Villahermosa, Tabasco en septiembre de 1983. Es autor de “Ese día la ciudad estaba muy encabronada”, (Editorial Vozed, 2015), “Existir es de Nacos”, “Mi Mundo Idial”, “Lovestoris” y “Choto”. De vez en cuando publica sus “textos culeis” en Facebook y tiene una cuenta en patreon donde sube contenidos exclusivos para quienes lo apoyan.

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