
En una calle sin asfaltar de Fayum, al suroeste de El Cairo, sólo hay una pared blanca, el escenario ideal para que allí se desarrolle una de las tradiciones egipcias más pintorescas para el "Eid Al Ahda", la mayor fiesta religiosa para los fieles musulmanes que comienza formalmente este viernes.
Allí, Ramadán, un hombre de 65 años, remata con brocha gorda el luminoso mural dedicado a los propietarios del edificio, que en estos momentos se encuentran en La Meca para cumplir con el 'hach', la peregrinación anual de los musulmanes a la ciudad natal de Mahoma y la más sagrada del Islam.
La tradición manda que las personas que peregrinan muestren su orgullo por haber cumplido con uno de los cinco pilares fundamentales del islam con murales en las fachadas de sus viviendas, para subrayar también el nuevo estatus social que se alcanza tras haber hecho la peregrinación.
El trazo de Ramadán es reconocible en las obras fruto de esta tradición existentes en el barrio de Manshit Abdala, empezando por las pinturas coloridas de la "Kaba", el edificio de piedra en forma de cubo cubierto de tela negra y ubicado en el centro de La Meca, y los fieles que la rodean.
También se ven aviones en pleno vuelo con el logo de la aerolínea estatal Egypt Air y buques o camellos, los medios de transporte utilizados en el pasado para la travesía en el mar Rojo y el desierto arábigo.
A todo ello le acompaña habitualmente un retrato esquemático de la persona del hogar que realiza el viaje y versos ornamentados del Corán, así como la firma y el número de teléfono de Ramadán, quien espera atraer así a más clientes.
El pintor, que lleva más de 40 años en el oficio y 400 casas decoradas, aseguró a EFE desconocer "el origen de la tradición", muy común en diferentes lugares de Egipto desde "hace cientos de años".
La presencia de estos murales de culto otorga un estatus especial a los peregrinos dentro de su comunidad, quienes pasan a ostentar el apodo 'hach' de por vida.
El viaje de una vida
"Estamos muy felices por ellos", explicó Nora, una de las vecinas de la calle que mira desde una silla el desarrollo del particular "grafiti", quien espera poder visitar el lugar del nacimiento de Mahoma "alguna vez en la vida" y pintar también su fachada de blanco.
El 'hach' es obligatorio al menos una vez en la vida para cada musulmán cuya salud y recursos se lo permitan, como en el caso de los habitantes de esta casa, que han enviado a cinco de sus miembros a los lugares sagrados.
El viaje desde Egipto a La Meca durante este momento señalado tiene un coste medio de 4.900 dólares por persona, por lo que muchas familias con ingresos bajos eligen a un único miembro para hacerlo, "normalmente ancianos o madres, a los que les quedan menos oportunidades para vivir la experiencia", explicó la vecina.
La época del Eid al Adha (fiesta del sacrificio, en árabe) reserva cinco días para hacer el "hach". A la su llegada a La Meca, los peregrinos, ataviados con túnicas blancas en señal de pureza, dan siete vueltas a la Kaba y hacen siete veces el camino entre Safá y Marwa para recordar el episodio bíblico de Agar y su hijo Ismael, el antecesor de todos los musulmanes según la religión islámica.
El segundo día, en la región de Mina, los peregrinos cumplen con varios rezos rituales antes de ascender, a primera hora del día siguiente, al monte Arafat para realizar "el Waqfa" o estancia.
Ese mismo día se dirigen a la vecina zona de Muzdalifa donde pasan la noche y celebran el Eid al Adha en el tercer día de la peregrinación, en el que sacrifican corderos en recuerdo al sacrificio de Abraham.
En el cuarto día, los peregrinos vuelven a ir a Mina, pero esta vez para recoger piedras para lapidar tres columnas que representan al diablo. El último día del 'hach' se vuelve a visitar la Kaba para despedirse con otras siete vueltas alrededor de su edificio, denominado en árabe "casa de Dios".
Este año, se espera que cerca de dos millones de fieles de todo el mundo, entre ellos 55.000 egipcios, converjan en La Meca, un número que se suma a más de 10 millones que visitan los lugares sagrados del islam durante todo el año en Arabía Saudí, donde nació el profeta Mahoma y desde donde propagó su religión hace más de 1.445 años.
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