Cultura

Myriam Moscona: “León de Lidia”, un acercamiento a esa cosa terrible, cabrona y magnífica que es la condición humana

La poeta se introduce en las hendiduras humanas para mostrar esa incompletud del ser y a la constante búsqueda para darle sentido a la vida o como dice ella: “Para que chingaos venimos a este mundo”

entrevista

Lo único que me importa, es que al lector el libro le transmita una verdad, aunque esta verdad sea la más descarnada de las emociones, señala Myriam Moscona.

Lo único que me importa, es que al lector el libro le transmita una verdad, aunque esta verdad sea la más descarnada de las emociones, señala Myriam Moscona.

EFE

La prosa de Myriam Moscona cabalga entre los senderos de la transgresión y el desafío. Muestra de esto es “León de Lidia” (Tusquets), una suite literaria que se acerca a la condición humana, esa cosa terrible, cabrona y magnífica con sus bondades y miserias, a esa incompletud del ser y a la constante búsqueda para darle sentido a la vida o como ella dice: “Para qué chingaos venimos a este mundo”.

Es la segunda obra narrativa de la poeta y se distingue por su estructura literaria inusual: No hay protagonista principal, sin cénit ni desenlace, sino partes que se amalgaman como protones y neutrones alrededor de un núcleo para crear estelas donde transitan las historias de personajes como la Tante, la suicida Ruth o el hombre que ayudó a Thomas Mann a crear su “Montaña mágica”, la abuela enérgica o el embajador que no tiene formularios para hacer trámites, la niña que juega con el tiempo e incluso la ejecución de un soldado nazi…

Todos son ficción y fantasía que describen la condición humana, ésa que toda la literatura y todos los escritores aspiran a alumbrar y entenderla mejor. O como explica la autora del poemario “El que nada”, esa cosa “tan llena de catedrales y, por otro lado, de gente que escupe las catedrales”.

El libro es editado por Tusquets.

El libro es editado por Tusquets.

–¿León de Lidia mira esas hendiduras que muestran parte de lo que somos como humanos?

–Mi interés al contar esta historia era entrar, lo dijiste muy fino, a esas hendiduras que tienen la capacidad de reflejar al hombre. Es verdad que este libro nada tiene que ver con una novela convencional y hasta te diría que las novelas convencionales en la segunda década del siglo XXI, me aburren. Hay que renovar los géneros. Hay mucha poesía narrativa en la que se usa el periodismo para dar testimonio de tal cosa u otra y no deja de ser poesía. El ensayo también puede ser personal y tiene como resultado textos entrañables. Lo mismo pasa en la novela.

Por eso, en “León de Lidia” no hay conflicto alguno que llegue a su cénit, pero me pregunto si esas definiciones que estudié cuando era joven para entender lo que definía un género de otro, siguen realmente vigentes. A mí, esta cuestión de derribar fronteras es algo que me interesa más allá de los géneros literarios.

En este punto, la autora de poemarios como “Negro marfil” y “Ansina” y ganadora de premios como el Nacional de Poesía Aguascalientes y el Xavier Villaurrutia, hace una pequeña pausa para profundizar en este libro, durante la entrevista que se realiza por Zoom.

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Myriam Moscona: “León de Lidia”, un acercamiento a esa cosa terrible, cabrona y magnífica que es la condición humana

–Me interesa explorar esa confusión que puede haber entre sueño y vigilia, entre vida y muerte, entre tu vida y tus muertos, porque ahí es más tajante: los que están muertos ya no están aquí, no los ves, pero de alguna manera, sí fueron importantes en tu vida, están dentro de ti y el diálogo, aunque ellos ya no estén, continúa, pero de una manera distinta.

Pero también me interesa la infancia y orfandad, narrada a través de una historia con una abuela enérgica; o las tribulaciones del personaje que más se repite: la Tante, saber si realmente tuvo amantes a finales del siglo XIX y principios del XX, si realmente era como se describe o si guardó toda la vida en una botella con formol al feto de su único hijo. Es la mujer insatisfecha a la que se le llama en el libro la Madame Bobary de Bulgaria y un personaje muy distinto a lo que hoy pueden ser las mujeres liberadas.

Hay otro personaje que conoce a Thomas Mann y gracias una conversación, le cuenta al escritor la existencia de un hospital, el cual se convertiría en el escenario de la novela “La montaña mágica”.

De todo esto, lo único que me importa, es que el libro le transmita al lector una verdad, aunque esta verdad sea la más descarnada de las emociones que forman parte de la vida, de la vida política, de la vida social, de la vida de las mujeres, de la vida de los migrantes, de la vida del exilio…

–¿Una suite literaria llena de momentos emotivos, dolorosos, crueles…?

–En las sonatas hay un tema musical que se repite, se desarrolla y luego vuelve, por eso también hay una sonata en la estructura de “León de Lidia”.

Y en esta suite, como la llamas, hay un rompecabezas al que siempre le faltarán piezas para estar completo, porque en esa incompletud podemos encontrar una verdad que puede ser dolorosa o explosiva. Y esta incompletud también nos remota a la orfandad y al desasosiego, pues las cosas no solamente son las que te pasan, sino lo que haces.

Encarnar los extremos

Lo único que me importa, es que al lector el libro le transmita una verdad, aunque esta verdad sea la más descarnada de las emociones, señala Myriam Moscona.
“La condición humana es esa cosa tan llena de catedrales y, por otro lado, de gente que escupe las catedrales. Es decir, somos capaces de encarnas esos dos extremos”

Aunque también hay un homenaje al idioma judeo-español (ladino), que se expresa con textos en cursivas para que el lector tenga o no conocimiento, sepa que en estas citas es otra lengua cercana al castellano. Criticamos a quienes hablan así y decimos que no tienen educación, pero en realidad los que no saben son éstos que acusan, porque el ladino es la primera lengua que trajeron y mantenerla tiene su grandeza.

–¿El libro muestra que la vida es una embestida llena de situaciones que tenemos el privilegio de vivir, sufrir y soñar?

–Sí. La vida es una embestida y la literatura tiene que dar cuenta de ello. Toda la literatura, del tema que quieras, sea histórico, político, de un suceso de la existencia humana o de la guerra, al final lo que se propone la escritura es alumbrar eso que narra.

¿Qué se propone Juan Rulfo al hablar de este lugar imaginario que es Comala?, ¿no es la condición humana?, en una especifidad, o para ser más exactos: hablar del campo en México.

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Sin embargo, uno tiene que hacer zoom out, y en éste con toda obra literaria al final lo que se persigue es abonar a entender mejor la condición humana, esa cosa tan llena de catedrales y, por otro lado, de gente que escupe las catedrales. Es decir, somos capaces de encarnas esos dos extremos.

Porque alumbrar esto es complejo, aunque algunas veces se puede lograr de una manera modesta. Eso es lo que todo escritor quisiera. Alumbrar de una manera distinta o dar un ángulo diferente que pueda ayudar a comprender mejor a qué chingaos venimos a este mundo.

–¿Ver la vida con rumbo, con sentido?

–Eso. Darle un sentido a lo que te pasa, porque lo que vives no es sólo como individuo, sino como parte de un núcleo donde primero es la familia, luego el vecindario, luego es la sociedad, sigue el país y después el continente, es decir, vivimos dentro de muchos núcleos y en éstos siempre prevalece esa cosa terrible, cabrona y magnífica, que es la condición humana.

EPÍLOGO

El corpus literario de Myriam Moscona ha sido traducido al inglés, francés, búlgaro, ruso, alemán, neerlandés y árabe, entre otros idiomas y es una autora cuyo trabajo corre transversalmente por la escritura, la traducción y el periodismo.

Ahora, con su reciente obras, la poeta mexicana de origen búlgaro sefardí, cuenta que con “León de Lidia” -su segundo libro de narrativa, “Tela de sevoya” fue el primero- “me destripe. Lo dejé todo y no sé si podré seguir escribiendo de esta forma. No porque el libro sea bueno o malo, sino por lo que me pasó en el transcurso de su desarrollo”.

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