Cultura

Narran la historia del hallazgo de Pakal y el gran poder que detentó


La restauradora Laura Filloy Nadal presenta su libro “Pakal El Grande. Soberano maya de Palenque”

entrevista

Pakal me permitió abordar el desarrollo multidisciplinario de la antropología, dice Laura Filloy.

Pakal me permitió abordar el desarrollo multidisciplinario de la antropología, dice Laura Filloy.

INAH

Hablar de Pakal El Grande, gobernante de Palenque del 615 al 685 d.C., no sólo es mencionar al gran estratega militar o al hombre que conservó su dentadura casi intacta al momento de su muerte, también es hablar de cómo hace 200 años la antigua ciudad maya que administró fue de interés para diversos arqueólogos, entre ellos, Alberto Ruz Lhuillier quien halló la tumba donde fueron depositados los restos de este soberano con un rico ajuar de jade verde.

La historia sobre dicho descubrimiento y de cómo los análisis de los objetos hallados hicieron posible conocer más sobre el poderío palencano, es narrada por la restauradora Laura Filloy Nadal en el libro “Pakal El Grande. Soberano maya de Palenque”.

La obra editada por el Fondo de Cultura Económica (FCE) se presentará este jueves 9 de mayo a las 18:00 horas en la librería del FCE Octavio Paz. Estará presente la autora; Eduardo Matos Moctezuma, Premio Princesa de Asturias 2022; y el editor Enrique Vela.

“Me gusta abordar la cultura material y los restos del pasado contando historias diversas. En este caso, el personaje histórico Pakal me permitió abordar el desarrollo multidisciplinario de la antropología y el desarrollo que ha tenido la investigación de la cultura material”, comenta la curadora asociada de Arte Americano Antiguo del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.

Una figura clave en la historia de Filloy Nadal es el trabajo de Ruz Lhuillier, quien en 1952 descubrió la tumba de Pakal y se dedicó al estudio del Templo de las Inscripciones, el basamento el más grande de Palenque donde el propio gobernante maya plasmó y legitimó su entronización.

“Me gusta mucho el personaje de Alberto Ruz porque escribió en diferentes medios y nos relata diferentes tipos de historias, desde la visión científica y la divulgación. Fue alguien a quien le interesó platicar la historia de lo que él vivió en sus excavaciones. No tuve la suerte de hablar con él, pero sí con otro de los actores del momento del descubrimiento: el profesor y antropólogo físico Arturo Romano”, narra Filloy Nadal.

Un testimonio que aún permanece inédito de ese momento, de noviembre de 1952, son dos películas de 16 mm, una en manos de Jorge Ruz, hijo de Alberto Ruz, y la segunda en manos de la familia de José Servín Palencia.

“Quizás sería importante promover que al igual como se han ido adquiriendo diferentes documentos por parte de la Biblioteca Nacional de Antropología, a lo mejor que a través de la Fototeca o del Archivo Histórico del INAH se hiciera un esfuerzo institucional para tener algunas de estas copias que están en manos de las familias de quienes hicieron del descubrimiento”, comenta.

¿QUIÉN FUE PAKAL?

K’inich Janaab’ Pakal, mejor conocido como Pakal El Grande, ascendió al trono a sus 12 años de edad, en marzo del año 615. Durante sus 35 primeros años de mandato emprendió guerras e inició grandes construcciones como el Templo de las Inscripciones. Se sabe que se casó el 22 de marzo de 626 con Tz’akb’u Ajaw Ajaw y tuvo tres hijos, además presentaba una deformación craneal, estrabismo y su esperanza de vida fue muy larga, vivió 68 años.

¿Fue un gran estratega militar?

Sí, gracias a los estudios regionales, por ejemplo, los realizados por Rodrigo Liendo, hemos visto que la extensión territorial del reino de Palenque fue amplia y podemos registrarlo a través de las diferentes urbes y sitios que estaban bajo su influencia.

Por otro lado, Pakal tuvo acceso a productos que iban más allá de su reino, productos difíciles de obtener, bienes de lujos, y solamente aquellos con poder económico, político y de estrategia pudieron tener acceso a ellos. Son piezas que vienen de lugares tan lejanos como el Río Motagua en Guatemala y la costa del Pacífico.

Ejemplo de ese alcance es su ajuar funerario que reunió orejeras, anillos, sandalias, collares, diademas, conchas y una máscara hecha con más de 340 teselas de jade verde que pesaba cerca de 500 gramos, a la que se suman más de tres kilos de piedra verde contenida en toda su indumentaria.

“El desarrollo de la antropología física a lo largo de todas estas décadas ha permitido conocer al personaje de manera detallada, sabemos que conservó casi todos sus dientes, sus molares no tenían desgaste, eso quiere decir que le preparaban la comida muy procesada, que no comía alimentos con mucha textura”, señala Filloy Nadal.

La autora explica que los metates empleados para cocinarle a Pakal eran de buena calidad porque no hay evidencia de abrasión en sus molares. “Lo cual significa que se molía el maíz qué comía, se procesaba en metates de buena calidad que no desprendían parte de la misma piedra y, por otro lado, no necesitaba masticar mucho, le preparaban cosas suavecitas, eso no era lo común”, agrega.

El libro.

El libro.

SOBERANAS MAYAS

Otra de las historias que plasma Filloy Nadal en el libro es que en Palenque existieron dos mujeres gobernantes. Una de ellas fue la señora Yohl Ik’nal, (año 583) periodo que coinciden con una intensidad de conflictos con ciudades vecinas: Calakmul, Piedras Negras y Bonampak. Y la segunda Sak Ku’uk, la madre de Pakal, quien lo entronizó y administró la ciudad mientras el heredero abandonaba la infancia.

“La lectura de los glifos y de la iconografía maya nos permiten ver cuál era el papel real de los personajes femeninos que se encuentran en los muros y en las estelas. Ahora sabemos que había dignatarias señoras, mujeres que ejercieron el papel de dignatario en toda la extensión de la palabra, no eran regentas ni consortes, eran personajes que ocupaban un rango y una posición social de dirección”, afirma la investigadora.

En el caso de Palenque, Pakal legitimará su presencia en el trono a través de su linaje iniciado por su abuela y después por su madre quien actuó como regente mientras él era un niño. “Tuvo que pasar cierto tiempo para que dejara la niñez y tomara el cargo; lo que es interesante es que la madre es quien le entrega los símbolos de poder que lo distinguen como gobernante en función”