Cultura

"Octavio Paz en la poesía mexicana" (Fragmento)

En conmemoración del 25 aniversario luctuoso del Nobel de Literatura, El Colegio Nacional nos comparte el fragmento de un discurso dictado por Vicente Quirarte en la Casa de Poesía Silva de Bogotá, Colombia, el 8 de noviembre de 1990 · El miércoles se llevará a cabo homenaje 

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Octavio Paz falleció el 19 de abril de 1998.

Octavio Paz falleció el 19 de abril de 1998.

A 25 años del fallecimiento de Octavio Paz, El Colegio Nacional llevará a cabo una mesa de reflexión en honor al Nobel mexicano el próximo miércoles 19 de abril. En conmemoración de esta efeméride, compartimos con los lectores de Crónica el fragmento de un discurso dictado por Vicente Quirarte en la Casa de Poesía Silva de Bogotá, Colombia, el 8 de noviembre de 1990.

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[…] comencemos por un texto que me deslumbró desde mi adolescencia. En él se plantea la disyuntiva del poeta en ese instante cuando la capacidad instintiva de la juventud se enfrenta a la certeza de que estamos siendo expulsados del paraíso. Es el texto que abre el libro "¿Águila o sol?", la elección en el aire, el azar y sus prodigios:

"Comienzo y recomienzo. Y no avanzo. Cuando uno llega a las letras faltantes, la pluma retrocede: una prohibición implacable me cierra el paso. Ayer, vestido de plenos poderes, escribía con fluidez sobre cualquier hoja disponible: un trozo de cielo, un muro (ha habido ante el sol y mis ojos), un prado, otro cuerpo. Todo me servía: la escritura del viento, la de los pájaros, el agua, la piedra. ¡Adolescencia, tierra arada por una idea fija, cuerpo tatuado de imágenes, cicatrices resplandecientes! El otoño pastoreaba grandes ríos, acumulaba esplendores en los picos, esculpía plenitudes en el Valle de México, frases inmortales grabadas por la luz en puros bloques de asombro.

Hoy luchas a solas con una palabra. La que me pertenece, a la que pertenezco: ¿cara o cruz, águila o sol?". 

El texto está firmado en 1950, cuando el poeta tiene 36 años. Es, al mismo tiempo, una elegía y una alabanza a la inocencia de la escritura. Nunca como en la adolescencia somos animal más omnívoro. Pensamiento y acto, sueño y realización, parecen verdades que no imaginamos divididas. El poeta levanta castillos en el aire y la frustración comienza: toda construcción demanda oficio y éste precisa del tiempo.

Desde que aceptó emprender la traducción del mundo, Octavio Paz supo que el tiempo estaba de su lado, pero que a la vez era el enemigo más temible. Sólo el poeta es capaz de cazar el instante por todos vivido y sólo sacralizado cuándo es fragmentado de nuestro transcurso encuentra las palabras que le han pertenecido desde siempre.

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Redacción
Cartelera de El Colegio Nacional.

Cuando Octavio Paz escribe "¿Águila o sol?", experimenta la crisis de la segunda juventud que nos pone frente a la gran prueba […] Paz confesaba cómo las palabras ya no parecían fluir con la magia del chorro de agua que brota al mínimo mandato […] El privilegio de los lectores de Octavio Paz es verlo más allá de la prueba de fuego que escasos logran superar: sus visiones de adolescencia, intento por reintegrar el mundo con el hombre, refulgen y crecen con el paso del tiempo.

Todo poeta moderno está consciente de vivir en un mundo escindido, y pasa dedicado a numerosas páginas para descifrar esta visión. Pocos como él han logrado cerrar la herida del hombre mediante ese atisbo a la eternidad que es el poema o el encuentro con la poesía. Para demostrar cómo la inspiración de la juventud permanece en la meditación de la madurez, veamos la siguiente estrofa de "Bajo tu clara sombra", perteneciente a la primera época del poeta: 

Tu largo pelo rojizo,
relámpago del verano,
vibra con dulce violencia
en la espalda de la noche. 

Escribir con esa determinación, esa frescura y ese aplomo a los 25 años no es extraordinario […] Celebramos, y hasta exigimos, el nacimiento de los niños prodigio, pero hay otra clase de escritores, aquellos que no cesan de experimentar, de probar cosas nuevas. La fecunda existencia de Octavio Paz le ha permitido ser testigo y actor de los cambios fundamentales de la sensibilidad poética de nuestro tiempo, desde la lección técnica de la Generación del 27 en España hasta la interrelación con otras áreas, los “signos en rotación” y la exploración del lenguaje. Y es esta renovación constante la que convierte a Paz no en uno sino en varios escritores […] Los grandes escritores constituyen, en sí mismos, una generación.

En los versos de juventud anteriormente citados, Octavio Paz ya era él. Además de su dominio formal, que tenía clara idea de la conciliación de los contrarios a través del amor […] En un poema de su libro "Árbol adentro", vuelve a un tema central de su poesía: el instante eterno que se expande y revela simultáneamente todos los tiempos y el espacio que hemos sido:

ENTRE IRSE Y QUEDARSE

Entre irse y quedarse duda el día,
enamorado de su transparencia.
La tarde circular es ya bahía:
en su quieto vaivén se mece el mundo.
Todo es visible y todo es elusivo,
todo está cerca y todo es intocable.
Los papeles, el libro, el vaso, el lápiz
reposan a la sombra de sus nombres.
Pierde el tiempo que en mi cien repite
la misma terca sílaba de sangre.
La luz hace del muro indiferente
un espectral teatro de reflejos.
En el centro de un ojo me descubro;
no me mira, me miro en su mirada.
Se disipa el instante. Sin moverme,
que me quedo y me voy: soy una pausa.

Cartelera de El Colegio Nacional

Cartelera de El Colegio Nacional