Cultura

Peio Aguirre:“El punk hizo del estilo de las subculturas un producto comercial”

En su origen, las subculturas utilizaron el estilo de manera política como una reivindicación de clase, añade

entrevista

Peio Aguirre presenta su libro

Peio Aguirre presenta su libro "Estilo. Estética, vida y consumo", una obra de teoría crítica con tintes de humor.

¿En qué momento el estilo permeó la cotidianeidad de las personas y reorganizó el consumo, los núcleos urbanos y la industria cultural? Es una de las preguntas que responde el crítico de arte Peio Aguirre (España, 1972) en su libro "Estilo. Estética, vida y consumo" (Turner), una obra de teoría crítica con tintes de humor.

"Es en los años 90, la última década del siglo XX, cuando el arte contemporáneo es contaminado de la cultura popular pero también de la moda y es cuando surge, a través de varias revistas británicas y francesas, la idea del estilo como un término que engloba todo, que viene a definir la hibridación y el mestizaje", indica en entrevista el autor.

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El término estilo, a partir de los años 2000, se convierte en sinónimo de estética sin distinción entre las artes. “Es cuando se produce una estetización de todo, es decir, dejamos de interrogar el estilo como dilema y tema filosófico, lo asumimos como parte del consumo”, explica.

Aguirre detalla en su libro que en el siglo XIX inició la catalogación y separación de estilos en función de las civilizaciones.

“Es el siglo de la historiografía cuando los grandes historiadores clasificaban el pasado y lo ordenaban a partir de las culturas o civilizaciones; el estilo ha sido en la historia de las artes un distintivo de grupos, problemática que se agudizó con la modernidad entrados en el siglo XX, con la inclusión de la sociedad de masas y con las grandes ciudades”, señala.

En palabras del autor, Georg Simmel fue uno de los grandes sociólogos de la modernidad, quizá el primer acuñador del término “estilo de”, y quien notó una ambivalencia entre el ser individual y el ser social.

Como ejemplo, el crítico habla del camuflaje. “Usamos la ropa del camuflaje, conseguimos una distinción única, lo cual es contradictorio porque los primeros punks que empezaron a usar esa ropa querían construirse un código para sí mismos, pero también formar parte de un grupúsculo, todo esto era antes de que la ropa de camuflaje se convirtiera en un boom y que hoy la tengamos en mil productos que van desde ropa para bebés hasta fundas para celulares”.

GENTRIFICACIÓN Y SUBCULTURAS

Otro término que explora Aguirre es la subcultura: un fenómeno juvenil que no busca oponerse a la sociedad, sino que, a través del ocio, empieza a adquirir vestimenta, música y otros códigos.

“En su origen, las subculturas utilizaron el estilo de manera política como una reivindicación de clase, apropiándose de la moda de las elites, ingiriéndolas y presentándolas como versiones adaptadas, marcando un sentido de clase. El punk fue el primer fenómeno que hizo del estilo de las subculturas un producto comercial y que se asimiló muy rápido, el punk fue una creación de un gurú del marketing, Malcolm McLaren, y de la diseñadora de modas Vivienne Westwood”, indica.

¿Otro ejemplo de estilo es la gentrificación?

Hablo de gentrificación cuando el estilo permea y penetra en la ciudad, en el espacio urbano tenemos el fenómeno de la bohemia chic y de todos los cambios urbanos que se producen a partir de la renta, de la ciudad creativa, de la encantación de franquicias que son emporios globales. La gentrificación forma parte de la ciudad posmoderna y en México, la Condesa está a la orden del día.

“La gentrificación la asocio al fenómeno hípster que ya estamos abandonando, hubo un boom en Europa en 2010. Lo hípster supone el acta de defunción de las subculturas históricas e incluso utiliza el nombre de una de las primeras subculturas de la generación beat, de los años 50 y del hípster original: Jack Kerouac, pero completamente desideologizado.

“Nadie se reconoce como hípster, pero todos hemos puesto nuestro granito de arena, lo mismo con la gentrificación porque decimos que sólo la producen los grandes capitalistas y no es cierto, la pequeña persona que alquila su habitación para Airbnb se convierte en agente gentrificado”, responde.

Aguirre señala que en México la arquitectura moderna de los años 50 y 60 está diseminada en la capital, pero el fenómeno de la gentrificación es una especie de barniz que va expulsando a los residentes habituales de zonas muy concretas.

El libro.

El libro.