Cultura

La resistencia artística de los esclavos rebeldes viaja a París

La exposición  "Marronnage, el arte de romper los grilletes" se presenta en la  Casa de América Latina en París  con obras del Quai Branly-Jacques Chirac 

muestra

La Casa de América Latina en París.

La Casa de América Latina en París.

La desconocida historia de resistencia del pueblo Bushinengue, nacido en la Guayana Francesa y en Surinam de los esclavos rebeldes traídos de África para trabajar en plantaciones a partir del siglo XVIII, ha sido condensada en la exposición parisina "Marronnage, el arte de romper los grilletes".

La Casa de América Latina en París acoge esta exposición hasta el próximo 24 de septiembre y en ella se exhiben obras procedentes de los fondos del Quai Branly-Jacques Chirac -uno de los museos etnográficos referentes en Europa- y otras de artistas contemporáneos, además de cesiones de coleccionistas privados y de fundaciones.

Cuadros, fotografías, peinetas, objetos domésticos, textiles y cartográficos inspirados en el arte "marronage" (el producido por los esclavos huidos), reflejan la cultura de los Bushinengue, que viven a caballo entre Suriman (antigua colonia holandesa) y la Guyana francesa, a orillas del río Maroni.

La comunidad, formada por unas 10.000 personas, ha sobrevivido a varios avatares de la Historia. Llegados a mediados del XVIII en barcos negreros del África oriental fletados por holandeses, desembarcaron en Surinam. Allí, algunos huyeron de la costa hacia la selva amazónica en busca de su libertad.

"Ellos huían de unas condiciones inhumanas, pero también sufrieron al adentrarse en la Amazonía. No era sencillo sobrevivir allí", contó a EFE una de las comisarias de la exposición, Genevieve Wiels.

De ese espíritu tenaz y resistente nació el arte de los Bushinengue. La madera, abundante en la zona, es su materia prima predilecta para la confección de una gran gama de peinetas -usadas como una forma de seducción-, de platos de cocina y de pórticos de sus casas.

Las alambicadas y laberínticas formas de la madera tallada y sus colores vivos resisten hasta nuestros días, gracias a artistas como Carlos Adaoudé (alias "Kalyman"), perteneciente a la quinta generación de artistas (conocidos como tembeman) y uno de los autores de la exposición.

"Esa continuad artística me emociona, lo que más me gusta es esa resistencia artística después de haber sufrido tanto y de haber convertido ese sufrimiento en una especie de resilencia encontrando felicidad en la belleza plástica", reflexionó Wiels, gran conocedora de la Guyana francesa y de Surinam.

Los Bushinengue, que originalmente son una mezcla de etnias de origen africano Djuka, Saramaka, Matawaï, Kwinty, Paramaka y Boni, también han logrado conservar su propia lengua, añadió la comisaria.

De entre las obras contemporáneas de "Marronnage, el arte de romper los grilletes", destaca la melancólica y resignada mirada de la curandera Ma Atema, fotografiada en 2019 por Karl Joseph.

La muestra apunta también a hechos menos conocidos de la historia de la esclavitud, como la colonización del Surinam por parte de judíos holandeses. André Schwartz-Bart, escritor francés de origen judío y premio Goncourt en 1959 por "El Último de Justo", plasmó su horror cuando la conoció.

"El caso de los judíos propietarios de esclavos en Surinam refleja la universal capacidad de los hombres para actos de inhumanidad", sentenció Schwartz-Bart, en una de las frases más impactantes rescatadas en la exposición.