Cultura

Rogelio Guedea: “Los mexicanos vivimos en una cadena de impunidades”

En su reciente novela “Bisturí” narra la historia de Santiago, un joven que busca vengar la muerte de su padre a causa de una presunta negligencia médica

entrevista

El escritor Rogelio Guedea.

El escritor Rogelio Guedea.

Gaceta UdeG

La impunidad y la violencia han normalizado que los mexicanos piensen que no hay mejor memoria que el resentimiento, así lo expresa Rogelio Guedea (Colima, 1974) a propósito de su novela “Bisturí” (FCE), donde Santiago, un joven músico, decide vengar la muerte de su padre a causa de una presunta negligencia médica.

“Este joven músico que venga a su padre y que se mete en una vorágine de acontecimientos en los cuales no se imaginó, entra en esa frase: no hay mejor memoria que el resentimiento, pero es una frase en la que está contenida lo que se ha normalizado en el país, la violencia, en especial la violencia contra la mujer”, indica el autor.

Esa frase la puede utilizar cualquiera de los miembros de la sociedad que vivimos en México, añade. “Una sociedad en donde al final del día las instituciones no hacen su trabajo y las personas piensan que no queda más que tomar justicia por mano propia”.

La novela.

La novela.

Guedea comenta que todos en algún momento han vivido situaciones de impotencia. “De una impotencia tan grande donde hemos sido objeto de alguna problemática en la que hemos tenido que recurrir a las instancias adecuadas buscando una respuesta pronta, expedita, pero encontramos la nada y entonces se genera en la sociedad el sentido de rabia, de coraje”.

“Santiago no hace más que responder en contra de su voluntad porque él estaba en la música, en el arte y las circunstancias lo llevan a cometer un crimen que le cambiará la vida a él y a muchas personas porque hay inocentes que pagan por la impunidad. Es esa cadena de impunidades en la que vivimos los mexicanos con un sistema que no da respuestas”, indica.

El autor expresa que la negligencia va “muy junto” con la ignorancia de la clase política y de todos los sectores de la sociedad en donde faltan mecanismos para evitar que la ola de injusticias se den de manera serial.

“Tenemos hoy el asesinato de mujeres, los feminicidios, que son una negligencia que se está cometiendo sistemáticamente”, señala.

Sobre la importancia de abordar el tema de la violencia en la literatura, Guedea considera que las novelas, aunque no son propagandas ni cartillas morales, deben de servir para evidenciar temas de hoy, temas que deben abordarse.

“Puede ser un arma de doble filo, no quiero hacer una apología de la violencia, no quisiera que alguien cayera en algo así, pero sí que con una lectura guiada los jóvenes reflexionen para acabar con la normalización de la violencia”, considera.

En la novela se narra algo que sucede a diario: personas que son el chivo expiatorio y que nada tiene que ver con la historia de un crimen pero que son condenadas cuando no debería de ser así, añade.

“Es decir, se cometió un acto de injusticia con Santiago, pero él respondió de la misma forma y de esa misma forma se cometió una injusticia en contra de una persona y así estamos toda la sociedad, permeados por la injusticia, por la impunidad, el poder político superior al poder de la ley que como país nos está llamando a poner un alto. Eso no es lo que debería de estar pasando, pero es lo que tenemos y debería de terminarse”, indica.

Las tensiones que “Bisturí” logra se desarrollan alrededor de la familia de Santiago, una familia tradicional mexicana que tiene secretos que les son negados a los hijos.

“En ocasiones, los hijos nos enteramos poco de la realidad de la vida de los padres hasta que el problema explota y todo mundo se entera que el esposo golpea a la madre o que tiene una doble vida. Eso se trata en la pareja como algo que se queda en la pareja, que los hijos no se involucren, que no se vean afectados. Eso traté de reflejar, que Santiago y su hermana no se dan cuenta de las problemáticas que existen entre sus padres y él idealiza al padre, lo venga, porque desconoce lo que hay detrás”, expresa.

Mentiras como herencia de la impunidad

Rogelio Guedea comenta que los secretos son reflejo de nuestra sociedad. “Las cosas se mantienen en silencio al igual que las grandes verdades de nuestro país, porque vemos que sale un presidente o político a decir que todo está bien, que ya no hay corrupción pero te das cuenta que no es así, a veces tardas años en descubrir que no es así y piensas en cómo hubieras actuado si hubieras tenido la verdad de ese pasado”.