
El poemario “Presagio Lóbrego”, de Ruperta Bautista Vázquez resultó ganadora del 12° Premio de Literaturas Indígenas de América (PLIA), de entre 47 propuestas participantes de 7 países.
“Está fundamentado en el pensamiento tsotsil de Huixtán. Cada verso expresa el dolor, la sensación de orfandad, desconsuelo, abatimiento al ver cómo se va la vida”, expresó la escritora Ruperta Bautista Vásquez.
Durante la conferencia en la que se anunció el fallo de la edición 2024, la ganadora del PLIA manifestó su emoción y declaró que este poemario está dedicado a mujeres y madres que “sin llegar su tiempo alguien cortó el hilo de su vida. Dedicado a todas las mujeres que dejaron su legado en diferentes manifestaciones comunitarias, un poemario a las personas que han perdido a la persona que les dio la vida”, ahondó.
En su participación, la galardonada consideró que uno de los pendientes más urgentes en las comunidades indígenas de Chiapas, su estado de origen, es la educación.
“Que sea realmente una educación que atienda las necesidades de los pueblos originarios a partir de nuestro concepto, de nuestras necesidades. Esto permitiría que se construya realmente un respeto a nuestras culturas, eso es lo que yo creo que se necesita principalmente”, declaró.
Para ella, la escritura es el lugar desde el que aborda y participa en la visibilización de las culturas y lenguas indígenas
“Como escritoras y escritores estamos haciendo nuestro pequeño aporte desde lo que somos, con nuestros textos, nuestros escritos”, añadió.
Por otra parte, de acuerdo con el anuncio que dio Angélica Ortiz López, representante del jurado, la obra elegida “cumple con los criterios de la convocatoria del día 2024 y sostiene la tensión poética de principio a fin”.
También sobresalen el uso de recursos literarios vinculados a las deidades de los cerros sagrados, los trabajos humanos vinculados con la siembra y el bordado, y “la danza de la vida y de la muerte".
“Es un trabajo muy cuidado que evidencia un estilo propio, expresa la sabiduría milenaria de su pueblo que ha aprendido a bien convivir con los seres visibles e invisibles humanos y no humanos de su territorio, da cuenta de la vitalidad de su lengua originaria, tomando decisiones sobre la traducibilidad de las palabras, recrea los elementos propios de su cultura. Y expresa la preocupación contemporánea porque la muerte de las ancianas y los ancianos, en la continuidad de esa sabiduría”, ahondó la representante del jurado.
IMPORTANCIA DEL PREMIO
Además de la portavoz del jurado y la ganadora misma, en el evento participaron autoridades universitarias, representantes de instituciones federales y estatales.
Entre ellos, el director del Centro Universitario del Norte de la UdeG, Uriel Nuño Gutiérrez, quien habló de la urgente necesidad por incorporar literatura en lenguas indígenas en los programas educativos, dado que es una manera eficaz de promover el respeto por la diversidad cultural desde una edad temprana.
"Los estudiantes que tienen la oportunidad de leer textos en lenguas indígenas traducidos desarrollan una mayor sensibilidad hacia las culturas diferentes a la suya. Esto fomenta el respeto y permite compartir", apuntó
En ese sentido, resaltó la importancia del Premio de Literaturas Indígenas de América, como una plataforma de revaloración y difusión.
"En un mundo cada vez más globalizado donde la homogeneización cultural amenaza con borrar las particularidades de los pueblos originarios, la difusión de la Literatura en lenguas indígenas se erige como un acto esencial de resistencia y reivindicación", opinó.
La edición 2014 registró postulaciones de Bolivia, Argentina, Ecuador, Perú, Guatemala, Colombia y México, en lenguas participantes como hñahñú, náhuatl, quechua, entre otras.
Asimismo, Uriel Nuño Gutiérrez mencionó que para esta convocatoria participaron 30 hombres y 17 mujeres.
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