“Nadie lee literatura, mucho menos poesía, pero todos leen el periódico, El libro vaquero, los letreros de los camiones, los subtítulos de las películas de moda, su timeline del Facebook, leen su Twitter, su correo (los que tienen acceso a internet)” (Córdova, 2021, p.57).
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En México, la lectura consumida por su población son contenidos gráficos o de corto alcance, los cuales no demandan gran capacidad intelectual para su análisis, por lo que, la poesía como género literario complejo, cada día pierde lugar dentro del escenario de la literatura, por lo que es de suma importancia la revalorización de este genero literario, para que vuelva a cobrar el auge que alguna vez tuvo como en épocas anteriores; por ejemplo, en los Siglos de Oro o más recientemente en el Modernismo. 

La poesía busca nuevos espacios y en épocas post pandémicas la palabra y la literatura también se reforma y explora expresiones emergentes.

El slam de poesía, es un fenómeno alternativo literario urbano, el cual utiliza en conjunción el texto, voz, cuerpo, escenario e interacción con el público. Es decir, va más allá del recital habitual de un poema, donde la interacción con el público puede ser evitable o no tan necesaria, en el slam de poesía, las personas del público, la movilidad resultan bastante atractivos, utilizando como principal herramienta la palabra, la proyección de la voz, y el juego de la corporeidad.

Es por esa necesidad que hay detrás de la palabra y la poesía de ser reconocida y revalorizada que nacen estos eventos (Slams poéticos) desde hace años atrás en la Ciudad de México y Rojo Córdova resulta un personaje importante dentro de esta literatura emergente y eventos para la expresión de la palabra en la ciudad. 

Con una carrera de 15 años, ha participado y organizado múltiples eventos de slam y micrófonos abiertos. Participó en el largometraje Hecho en México (dir. Duncan Bridgeman, 2012), ha estado en dos obras de teatro dirigidas por Richard Viqueira en 2017, e hizo su residencia artística en el teatro kvs de Bruselas, Bélgica, presentando el proyecto “The Belgican Link” (2019) y por supuesto, celebrando sus 15 años de carrera, recientemente lanzó su primer libro llamado “15 años 15 textos rojos”.

En 2008 gracias al festival de poesía en voz alta organizado por la Casa del Lago de la UNAM, Rojo Córdova comienza su camino por el universo de los slams poéticos. Su primera presentación fue en el Zinco Jazz Club, donde encontró el gusto por la dinámica particular del escucha; combinado con el factor lúdico, por lo que decidió dar un salto y pasar de los slams poéticos a los micrófonos abiertos.

Si bien el slam poético goza de libertad en las estructuras literarias ya establecidas académicamente, también se entiende como un concurso, donde hay jueces (muchas veces personas del mismo público) mientras que, en los emergentes micrófonos abiertos se puede encontrar libertad total, sin pautas, ni reglas. 

Los micrófonos abiertos permiten ser escuchado y ser parte del evento, una creación colectiva, enfocado en la palabra, buscando reivindicar la literatura y la poesía en México.

“Algo que me interesa es que todos los sabores de palabra puedan tener el mismo micrófono, es lo que he hecho durante 46 micrófonos organizados en el museo del Chopo, la idea era tener invitados especiales, pero también chavitos que escribían; premios nacionales de poesía, estudiantes de letras, cineastas, pintores, emprendedores, amas de casa bajo el mismo micrófono y premisa” menciona Rojo.

De 2012 a 2019 Rojo Córdova organizó más de 60 sesiones de slams poéticos en el Centro Cultural Digital “transitábamos todo el centro cultural bajábamos al auditorio, entrabamos a jugar al cuarto de luz, de repente llegaban cosas extraordinarias y de eso se trataba, a estar atento a que lo inesperado sucediera y saliera desde cualquier disciplina”.

Los productos culturales se han segmentado y estratificado, con pocos espacios para los artistas emergentes, el surgimiento de nuevas redes y espacios abiertos al arte y literatura emergente resultan ser de gran importancia. Con la pandemia se han restructurado los espacios culturales, así que se deben buscar nuevas formas de interacción que se ajusten justamente a esta nueva normalidad.

“En vez de buscar grandes escenarios, estaría bueno que las personas organizaran los slams o micrófonos abiertos con la gente que tienen alrededor, que inviten al vecino, las verbenas callejeras, periféricas, sin tener que ir a alguna institución formal de cultura, faltarle el respeto a la cultura apropiándonos de ella, llamaría a una resurrección y un apropiamiento de la palabra, ya no solo como evento, sino como lugar y organización”, comenta Rojo Córdova.

Antes era bien visto las reuniones para intercambiar puntos de vista, palabras, objetos, maneras de ver la vida, sin embargo, hoy no resulta de la misma manera. En un momento difícil donde muchas veces las personas ya no saben si está bien o mal reunirse, la formación emergente de estos nuevos espacios para la expresión resulta ser complicado.

“En post pandemia lo que necesitamos es que surjan más gestores culturales y armen sus eventos donde sea que estén, no se trata de centralizar sino de viralizar la escucha radical y las letras, ser periféricos y ser punks, no tenemos que ir y esperar a que las instancias grandes de cultura nos den su bendición sino nosotros mismos hacer este arte combativo, vivo” refiere Rojo Córdova.

¿Llegará el día en que la escena mexicana esté ligada con una escena latinoamericana aún más grande de la ya existente? ¿Llegará el día en que haya torneos delegacionales de eslam en pos de seleccionar a los participantes del Gran SLAM Nacional o el Gran SLAM Iberoamericano? ¿Llegará el día en que, como en la escena norteamericana, haya moldes y escuelas eslameras tan identificadas que surjan acres enfrentamientos y rivalidades entre ciertos grupos? ¿Llegará el día en que los eslams sean herramientas de inserción social para grupos en riesgo como sucede en Chicago o en Alemania? (Córdova, 2021, p. 64)