Cultura

“Traces”, una evocación a los instintos que el hombre está perdiendo

Wim Vandekeybus presentará su coreografía los días 5 y 6 de agosto en el Teatro Esperanza Iris de la Ciudad de México

danza

En la obra, el oso entra en el humano para recordarnos la relación que tenemos con la naturaleza, dice Wim Vandekeybus.

En la obra, el oso entra en el humano para recordarnos la relación que tenemos con la naturaleza, dice Wim Vandekeybus.

FEDERICA CAPO

“Traces” es una evocación a los instintos, a los rituales ancestrales del hombre con su mitología y a la relación de la Naturaleza con el humano… elementos que dejamos de lado por la modernidad y la materialidad del mundo contemporáneo, dice el artista belga Wim Vandekeybus.

El coreógrafo, bailarín, cineasta y fotógrafo regresa a México con su compañía Última Vez para presentar esta coreografía los días 5 y 6 de agosto en el Teatro Esperanza Iris de la Ciudad de México y, en entrevista con Crónica, señala que esta obra “está hecha para que el público recuerde sus instintos, esos que antes le daban la supervivencia y pertenencia a un lugar”.

Sin embargo, Wim Vandekeybus cuenta que, aunque busca que el público recuerde esos instintos, “la obra no está hecha para educar porque sólo busca presentar lo que el hombre no recuerda: el instinto salvaje o si le queremos llamar intuición”.

Por ello, la coreografía “Traces” se desarrolla en una carretera que parte un bosque con personas que viven en sus lados. “Está inspirada en los Cárpatos de Rumania y las fotografías de gitanos que realizó Josef Koudelka. En ese bosque ellos conviven con osos, lobos y otros animales”, agrega.

Es también, añade Wim Vandekeybus, mostrar como este bosque es el pulmón de Europa y donde “conocí un ritual rumano sobre el primero de enero para la fiesta de renovación del año. En este, la gente entra en la piel del oso y se transforma en el animal”.

“Se trata de un ritual muy antiguo y mitológico con lo que buscan calmar a sus dioses. Pero en mi coreografía hay un cambio: Pongo las acciones al revés y oso toma la piel humana al final del espectáculo. Es también el momento en que los bailarines se transforman en ciervos, un animal muy elegante, muy dócil, frente al oso que es más salvaje y revelan esa ambigüedad de la existencia y la libertad”.

PÉRDIDA

Wim Vandekeybus señala que no se debe buscar un mensaje explícito, sino mostrar que hemos perdido rituales e instintos con la modernidad. “Hemos domesticado a los osos, los maltratamos, somos sus peores depredadores y por eso es tiempo de pensar la relación que tenemos con los animales”.

En la actualidad, añade, hay muchas especies de animales extintos por la acción humana, pero algo mayor: “Los humanos somos los únicos animales que se destruyen a sí mismos y ahí están las guerras para probarlo”.

OBRA.

El coreógrafo señala que no debemos ser tan negativos sobre los relacionado con la existencia humana. Por ejemplo, está la danza y el teatro, donde hay reglas y estudios, y aunque no me forme en ese ambiente, sino aprendí de muchos de bailarines increíbles y por eso me atrevo a realizar mis coreografías.

Pero no solamente trabajo en la danza, explica Wim Vandekeybus, “también hago teatro. Recientemente monté “Bodas de sangre”, de Federico García Lorca, en Holanda. Eso es lo grande de la humanidad, que puedes buscar otros campos que no sean la destrucción”.

La compañía Última Vez se presenta el 5 de agosto a las 19:00 horas y el 6 a las 18:00 horas en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris (Donceles 36, Centro Histórico).