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Columna: Ajedrez Clásico

Estudiar los clásicos

En la historia de la música, los compositores románticos se inspiraron en los clásicos, estos en los barrocos, y los barrocos en diversas tradiciones musicales.

Pero, ¿quién dio origen a estas tradiciones y dónde comenzó todo? ¿Habría existido la música clásica sin la genial Hildegard von Bingen en la Edad Media? ¿Y de qué fuentes se nutría ella?

Algo similar ocurre en el ajedrez: para imaginar el futuro, primero hay que conocer el pasado. Un aspirante a maestro debe empaparse de la sabiduría de los grandes ajedrecistas de antaño. Pero, entonces, surge una pregunta inevitable, tanto en música como en ajedrez: ¿Con quién empezar?

TODOS MERECEN UN ANÁLISIS PROFUNDO

En el ajedrez, la respuesta es más clara. Muchos jóvenes desconocen las partidas del legendario match Fischer-Spassky y nunca oyeron hablar de Marshall, Pillsbury, Tarrasch o Rubinstein, ¡Grave error! Todos merecen un análisis profundo. Podemos retroceder aún más, hasta Steinitz, Zukertort y Chigorin.

Algunos entrenadores se detienen ahí, pero no debemos olvidar a Morphy y Andersson. Philidor enseñó el ajedrez posicional antes que Steinitz.

Los primeros textos de ajedrez surgieron con la imprenta, pero, a diferencia de la música- con anotaciones de hace 4000 años en Mesopotamia y cuya práctica seguramente se remonta a la prehistoria- el ajedrez tiene un origen más definido: las reglas modernas se formalizaron con la captura al paso en 1497.

 Allí comienza la historia, en detrimento de la formidable fuerza ajedrecística de las damas, quienes, desde la reclusión de sus castillos, dominaban el ajedrez primitivo con maestría, mientras sus esposos se dedicaban con fervor a las justas y la caza.

ES UN DEBER Y UN PLACER

Desde Philidor en adelante, estudiar a los grandes es un deber y un placer. Basta con analizar unas pocas partidas de Deschapelles, La Bourdonnais o McDonnell, ya que en esa época el juego era posicionalmente incierto. Sin embargo, Morphy fue de otro mundo.

Presentamos uno de sus juegos menos conocido:

MORPHY – BODEN, GAMBITO ESCOCÉS

LONDRES 1858

1 e4 e5 2 Cf3 Cc6 3 d4 exd4 4 Ac4 Ac5 5 0-0 d6 6 c3 Cf6 7 cxd4 Ab6 8 Cc3 (Parece un Gambito Evans, pero las negras tienen su caballo en f6 a cambio del peón en b2)

8….0-0 9 d5 Ca5?? (9….Ce5 casi mantiene la igualdad)

10 Ad3 c5 11 Ag5 h6 12 Ah4 Ag4 13 h3 Ah5 14 g4 Ag6 15 Dd2 Te8 16 Tae1 Ac7 17 Cb5 Kh7?! 18 Axf6 gxf6 19 Cxc7 Dxc7 20 Dc3 Dd8 21 Ch4 b6 22 f4 Kg7

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23 Cxg6 (Tras 23 f5, el alfil negro queda fuera de combate, aunque las torres blancas, para su gran frustración, tardarían en activarse. La jugada del texto es válida, pero el avance directo 23 e5 resulta más contundente)

23….fxg6 24 e5 Tc8 25 Bb1 Kf7 26 e6+ Kg7 27 Dd3 f5 28 gxf5 Df6 29 fxg6 Dxb2 30 f5 Df6 31 e7 c4 32 Dg3 c3 33 Te6 Dd4+ 34 Df2 Dxd5 35 f6+ 1-0

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