
El español Carlos Alcaraz, número 2 del mundo y defensor del título en Roland Garros, se clasificó a los octavos de final en un partido que se complicó ante el bosnio Damir Dzumhur, 69 del ranking a sus 33 años, y que acabó cerrando 6-1, 6-3, 4-6 y 6-4 en 3 horas y 14 minutos.
El español encadena diez triunfos consecutivos en el torneo, donde solo ha cosechado tres derrotas y se medirá por un puesto en cuartos con el estadounidense Ben Shelton, favorito número 13, al que ha derrotado en los dos duelos anteriores.
Se le complicó el partido
El español rozó el drama, tuvo que sudar tinta para sacar adelante un encuentro que se le complicó, un melodrama en dos actos, que a punto estuvo de costarle el buen ritmo que lleva en la tierra batida.
“Es difícil jugar a alto nivel tantas horas”, aseguró el español, que señaló que por la noche la bola es más pesada lo que le obligó a ir “a tope”.
Superó la trampa que le tendió Dzumhur para seguir adelante en su búsqueda de revalidar el título de Roland Garros, algo que solo dos tenistas han conseguido en el siglo XXI, el brasileño Gustavo Kuerten y su compatriota Rafa Nadal.
Tuvo asistencia médica
Alcaraz sufrió una desconexión total tras apuntarse los dos primeros sets de forma sencilla y después de que con el marcador 3-2 en el tercero el balcánico pidiera asistencia médica.
Ahí empezó otro duelo, en el que el bosnio se creció, se quitó la piel de cordero que había mantenido hasta entonces y el partido cambió de signo.
Sereno hasta ese momento, convencido de poder solventar sin rasguños el duelo nocturno, al español le entraron prisas y dudas que le dejaron a merced de un rival astuto, provisto de un amplio abanico de golpes que le pusieron al borde del precipicio.
Dzumhur empezó a dominar la madeja, a hechizar al español, que multiplicó los fallos, seis bolas de rotura derrochadas y 20 errores en el tercer set, que se escapó como centella.
El bosnio rompió de entrada en el primer juego del cuarto set y todos los fantasmas empezaron a sobrevolar la Philippe Chatrier, se olía el drama del campeón, que no lograba concretar su tenis. Otras tres bolas de rotura partían a la nada y Dzumhur se frotaba ya las manos con un saque para 4-2.
Ahí le tembló el pulso al balcánico y Alcaraz encontró oxígeno, encadenó de nuevo buenos golpes y recuperó el servicio, empató la contienda, encadenó cuatro seguidos y dispuso de un servicio para cerrar el partido.
Pero de nuevo se enredó y alargó todavía más la agonía. Fue al siguiente juego de servicio de su rival, a la segunda bola de partido cuando consiguió cerrar el duelo que empezó feliz y acabó dramático.
En su camino a los cuartos de final aparece Shelton, que jugará los octavos por vez primera en su carrera a costa del italiano Matteo Gigante, procedente de la fase previa, 6-3, 6-3 y 6-4, uno de los responsables del renacer del tenis estadounidense en este Roland Garros, que contará con tres octavofinalistas por vez primera en 30 años.
El de Atlanta no ha logrado sobre arcilla sus mejores resultados y tras superar en cinco sets su primera ronda contra el italiano Lorenzo Sonego, quedó eximido de la segunda por la retirada del francés Hugo Gaston y venció en tres a Gigante.
En los dos duelos anteriores contra Alcaraz no se apuntó ningún set. En 2023 perdió en el Masters 1.000 de Canadá y el año pasado en la Laver Cup.