Deportes

‘Es martes y el cuerpo lo sabe’

Dormir también es entrenar

.. .

Hay un error común que comparten quienes empiezan a entrenar con entusiasmo: creer que el progreso ocurre mientras se ejercitan.

  • Que los músculos crecen cuando uno levanta pesas.
  • Que la condición mejora al correr.
  • Que el cuerpo se fortalece mientras suda.

Y no. Lo cierto,y lo irónico, es que todo eso ocurre mientras duermes.Dormir también es entrenar. Aunque no se suba al podio. Aunque no tenga playlist. Aunque nadie aplauda.

EL GIMNASIO INVISIBLE

El sueño no es descanso pasivo. Es un taller nocturno.Durante la fase profunda, esa que casi nadie respeta porque hay series que ver y correos que contestar, el cuerpo entra en su modo más eficiente de reparación. Las fibras musculares que se microlesionaron durante el día se regeneran. Se liberan hormonas de crecimiento. Se reconstruyen reservas energéticas. Se reorganizan conexiones neuronales.

Pero no solo se repara el músculo. También se consolida el aprendizaje.

Todo lo que tu cuerpo practicó despierto, la técnica, la postura, el equilibrio, incluso la coordinación, se fija mejor si duermes bien. El cerebro selecciona qué memorias motoras vale la pena guardar y cuáles puede desechar. Como un editor que trabaja en silencio mientras tú sueñas.

Hay estudios que demuestran que un deportista privado de sueño reacciona más lento que alguien bajo efectos del alcohol. El cuerpo se mueve, pero sin precisión. Es como si tuviera que empujar la voluntad a través del lodo.

Y aquí hay una paradoja maravillosa: no necesitas estar consciente para seguir aprendiendo a moverte. Solo necesitas dormir con disciplina.

NO ES PEREZA, ES FISIOLOGÍA

Vivimos en un mundo que glorifica la productividad, incluso a costa del cuerpo. Dormir menos se presume como virtud. “Yo con cuatro horas tengo”, dicen algunos, como si fuera medalla olímpica. Como si el cuerpo no tuviera límites, ni mecanismos de defensa.

Pero el cuerpo no negocia con frases motivacionales.Si no duerme, no rinde.Y si no rinde, se lesiona.

Privarte del sueño ralentiza la recuperación, debilita el sistema inmune, aumenta la inflamación, reduce la síntesis de proteínas y eleva el riesgo de lesiones.

Y lo más curioso: también te hace más torpe. Literalmente. La falta de sueño afecta el equilibrio, la coordinación fina, la velocidad de reacción. Todo lo que necesitas para moverte bien… se pierde cuando no duermes.

No, las siestas de domingo no compensan cinco noches cortadas. El cuerpo necesita ciclos completos de sueño. Entrar, salir, entrar otra vez. Como una respiración larga y oscura.

Dormir bien es también una forma de decirle al cuerpo: “confío en ti”. Y el cuerpo, como todo ser vivo al que se le confía algo, responde mejor.

EL DESCANSO COMO ESTRATEGIA

Entrenar sin dormir es como estudiar sin entender: solo acumulas cansancio.

Por eso, los planes de entrenamiento serios incluyen descanso. No como pausa, sino como parte del sistema. Como si fuera otra sesión más, pero con pijama.

Dormir bien no es solo una cuestión de salud. Es una cuestión de respeto.

El cuerpo que te llevó hasta la meta merece reposar. No como premio, sino como derecho fisiológico y emocional. Además, hay algo poético en dormir después de haberse movido.

Como si el cuerpo, cansado pero satisfecho, se entregara al sueño como quien se mete al mar por la noche.

Se duerme distinto cuando se ha usado el cuerpo con sentido.

Y eso también es entrenamiento: saber detenerse.Saber rendirse ante el descanso, no por flojera, sino por sabiduría.

Porque sí: mientras tú sueñas, el cuerpo trabaja para que mañana puedas volver a intentarlo.Y a veces, lo que no lograste con esfuerzo… lo consigues durmiendo.

Tendencias