Arabia Saudí lava su imagen a través del deporte, denuncia la HWR
Lo anterior tras la fusión del PGA Tour, DP World Tour y el LIV Golf para combinar los negocios y derechos comerciales del fondo soberano saudí
polémica en el golf
La organización Human Rights Watch (HRW) denunció este miércoles que la unión entre el PGA Tour, el DP World Tour y el LIV Golf permiten que Arabia Saudí lave su imagen a través del deporte y coloca a su Gobierno "en una posición de influencia y control sin precedentes en los niveles superiores del golf profesional".
"Al parecer, el fondo estatal de Arabia Saudí controlará en gran medida el golf profesional y, al mismo tiempo, el pésimo historial hará 'sportwashing' de los derechos humanos del país", afirmó en un comunicado la investigadora sobre Arabia Saudí de HRW, Joey Shea.
"El sorprendente anuncio revela la hipocresía del PGA Tour: los derechos humanos pasaron claramente a un segundo plano ante los beneficios económicos de la fusión", arguyó.
El martes, el PGA Tour anunció un acuerdo que combinaba los negocios y derechos comerciales de fondo soberano saudí (PIF, por sus siglas en inglés) relacionados con el golf, incluido LIV Golf, con el PGA Tour y el DP World Tour en "una nueva entidad de propiedad colectiva con ánimo de lucro".
Según el anuncio, el "PIF será inicialmente el inversor exclusivo en la nueva entidad". El FPI saudí también tendrá "el derecho exclusivo de invertir más en la nueva entidad".
La PGA acusó previamente a LIV Golf de tratar de hacer "sportwashing" de "la reciente historia de atrocidades saudíes", en un proceso judicial en Estados Unidos, pero las partes "acordaron poner fin a todos los litigios pendientes entre las partes participantes" como parte de su fusión.
Las partes y la nueva empresa tienen la responsabilidad de "respetar los derechos humanos en todas sus operaciones", dijo HRW.
El Gobierno saudí ha gastado miles de millones de dólares en la organización de grandes eventos de entretenimiento, culturales y deportivos como estrategia deliberada para desviar la atención de la imagen del país como violador generalizado de los derechos humanos, aseguró HRW.
"La cuestión para los jugadores y patrocinadores de esta nueva liga es si quieren que se les asocie con los abusos de su accionista más influyente, o mirarán hacia otro lado si el dinero del premio y el perfil son suficientes", concluyó Shea.