El conocimiento es la suma de los pequeños factores y conceptos que constituyen el ajedrez. Puede ser que aprendamos la variante MacCutcheon de la Defensa Francesa, el empate de Vancura o el método triunfal de Romanovsky en los finales de torre; el mate de Anastasia puede caber en nuestro arsenal combinatorio o vislumbrar con rapidez los dobletes de caballo. Ni que decir de las docenas de técnicas posicionales como el avance restringido, la profilaxis preventiva, el bloqueo y la tensión, entre muchas otras. Sin embargo, esta riqueza de conocimientos termina en un inevitable estancamiento. El motivo: simplemente no basta con aprenderlo todo. Lo resumió Tarrasch con toda precisión hace más de un siglo: “No es suficiente ser un buen jugador. También debes jugar bien”.

La habilidad consiste en saber calcular y visualizar, además de otras virtudes, como manejar adecuadamente el tiempo disponible en los torneos y la energía mental (lo que nos conduce a temas tan lejanos pero fundamentales como una buena dieta y horas de sueño). Influye quizá en un 70% a 80% en el resultado del juego. Es decir, la habilidad supera, por mucho, la acumulación de conocimientos.

• Cálculo y visualización se adquieren en la práctica

Además, hay una mala noticia: es mucho más fácil y cómodo acrecentar nuestros conocimientos que afilar nuestra habilidad. Para seguir progresando necesitamos cambiar algo y eso depende de cada jugador en forma individual. El cálculo y la visualización se adquieren en la práctica, aunque es posible hacerlo en casa. Cuando Fischer declaró que el ajedrez es 10% talento y 90% sudor se refería a ese esfuerzo adicional.

Combinar, tema de un artículo previo, es una herramienta muy útil para calcular. Esto consiste en poder analizar mentalmente una posición, no ya una simple secuencia de dos a cuatro jugadas. Visualizar es “ver” el tablero en la mente, como si jugara a la ciega. Por ejemplo, diga rápido: ¿de qué color es la casilla b6?

Hagamos ahora un ejercicio para mejorar las dos habilidades, el cálculo y la visualización.

Morphy – Barnes, Londres 1859, en una simultánea contra 5 maestros, sumó 3.5 puntos

• Defensa Petrov

1 e4 e5 2 Cf3 Cf6 3 Ac4 Cxe4 4 Cc3 Cxc3 5 dxc3 f6 (Barnes, con su característico estilo posicional, fue uno de los pocos maestros británicos que alcanzaron un resultado decoroso contra Morphy)

6. 0-0 De7 7 Ch4 d6 8 Dh5+ Rd8 9 f4 Ae6 10 Axe6 Dxe6 11 fxe5 dxe5 12 Cg6 Ac5+ 13 Rh1 Te8 14 Dxh7 Dg8 15 Dh5 Cd7 16 b4 Ad6 17 Ad2 Df7 18 Dg4 De6 19 De4 Cb6 20 Dxb7 Dg4 21 a4 Tc8 22 Tad1 Dxg6 23 Ae3 Cc4 24 Dc6 Df7 25 Axa7 e4? 26 Td4? Dh5 27 Tf4 e3 28 g4 e2 29 gxh5 e1:D+ 30 Rg2 Te2+ 31 Rh3 f5 32 Dxc4 Df1+ 33 Rh4 Txh2+ 34 Rg5 Dg2? 35. Tg4 fxg4

El ejercicio consiste en calcular mentalmente la secuencia que no vio Morphy y que le costó la única derrota en la exhibición. Intente ver cómo gana después de 36 Txd6+ cxd6 37 Dg8+

En la partida se jugó 36 Df7? Dc6 37 b5 Dd7 38 Txd6 Dxd6 0-1

Repasemos el análisis: 36 Txd6+ cxd6 37 Dg8+ Rd7 38 Dxg7+ Re8 39 Qg6+ Re7 40 Df6+ Re8 41 De6+ Rd8 42 Dxd6+ (eliminados los peones, el alfil opera con máxima eficiencia) Re8 43 De6+ Rd8 44 Ab6 + Tc7 45 Dd6+ Re8 46 Axc7 con una arrolladora ventaja.

• Mate en 2, Sam Loyd 1868

Respuesta a la semana anterior

1 d6 exd6 2 Rd3 Axg3 3 a5 d5 4 a6 Ab8 5 a7 Axa7 ahogado