Deportes
'Para entender el deporte...'  --

​Dr. Mario Antonio Ramírez Barajas

"La Gestión Emocional: El secreto para disfrutar plenamente del deporte y maximizar su impacto en nuestra vida"

"La gestión emocional en el deporte

es el arte de equilibrar la pasión y la serenidad, donde el cuerpo se convierte en un lienzo donde pintar la alegría y el desafío superado."

Emoción y ejercicio

Acabo de regresar de una caminata de media hora. Mis pies aún sienten la vibración de cada paso y mi cuerpo está bañado en ese calor reconfortante que sólo el ejercicio puede proporcionar.

Mientras reflexiono sobre mi práctica, me doy cuenta de que la gestión emocional es el secreto para disfrutar plenamente del deporte y maximizar su impacto en nuestra vida. Desde mi perspectiva personal, puedo afirmar que las emociones que experimentamos durante la actividad física son tan importantes como el propio acto en sí.

Cuando salí a ejercitarme esta mañana, mi mente estaba llena de pensamientos y preocupaciones que habían estado dando vueltas en mi cabeza durante días. Sin embargo, a medida que avanzaba por la calle y mi cuerpo se ponía en movimiento, comencé a sentir cómo esas preocupaciones se desvanecían lentamente.

Mi respiración se volvió más profunda y rítmica, y mi mente comenzó a despejarse. Ese es el momento de la conexión profunda entre mi cuerpo y mis emociones. Y para ti, si te das la oportunidad, lo será también.

La respiración como conductor de la orquesta interior

Imagínate una orquesta sinfónica, donde cada instrumento representa una emoción. Tu aliento, como el conductor, guía a cada uno de los músicos, permitiéndoles expresarse plenamente. Los violines lloran con notas melancólicas, los tambores retumban con la fuerza de la determinación y los violonchelos susurran con suavidad la paz interior.

En ese momento de conexión profunda, el cuerpo se convierte en el escenario de un ballet emocional. Cada inspiración y exhalación es como un movimiento fluido y elegante, donde las emociones fluyen en perfecta armonía. Es como si tu respiración abriera las puertas de un teatro, invitando a las emociones a salir al escenario y expresarse sin reservas.

Cada inhalación trae consigo la energía vital, la exhalación libera las tensiones y los pensamientos negativos. Es un baile entre el cuerpo y las emociones, donde se entrelazan y se nutren mutuamente.

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Foto: Autor

Explorando emociones en movimiento

El ejercicio físico nos brinda una oportunidad única para explorar y gestionar nuestras emociones. A medida que nos movemos estas también se activan. Pueden surgir sentimientos de alegría y satisfacción al superar nuestros límites, así como de frustración y agotamiento cuando enfrentamos desafíos. En ese proceso de autodescubrimiento, encontramos una clave esencial para disfrutar del deporte: la aceptación emocional.

No debe ser una carrera desenfrenada contra el tiempo ni una competencia para superar récords inexistentes, representa la oportunidad de disfrutar con el simple acto de moverse y de cuidar ti mismo en cada paso dado.

La actividad física y el deporte son mucho más que un medio para alcanzar metas externas. Representan un viaje interno, una oportunidad para explorar las profundidades de nuestras emociones y descubrir nuevas facetas de nosotros mismos. Cada paso, cada movimiento, nos invita a adentrarnos en un territorio desconocido, donde encontramos la fuerza para superar nuestros límites y la valentía para enfrentar nuestros miedos.

Somos artistas de nuestro propio cuerpo

Nos enseña que todas las emociones son válidas y necesarias, incluso aquellas que pueden parecer incómodas o desafiantes, a aceptar que la frustración y el agotamiento forman parte del proceso, y la alegría y la satisfacción son recompensas en sí mismas.

Así, nos convertimos en artistas de nuestro propio cuerpo, danzando en la sinfonía de nuestras emociones, permitiendo que cada movimiento sea una expresión auténtica de quiénes somos. En ese espacio sagrado, nos regalamos la libertad de ser nosotros mismos, de explorar las profundidades de nuestro ser y de descubrir la plenitud que surge cuando nos conectamos con nuestra verdad emocional.

Un viaje hacia el autodescubrimiento

El ejercicio físico, entonces, se convierte en un viaje hacia el autodescubrimiento y la transformación. Es aprovechar su poder renovador y la sensación de libertad al dejar atrás las preocupaciones y un refugio en medio del vasto territorio de los pensamientos y aceptar las emociones sin juicios ni recriminaciones, como quien acoge a un viajero solitario bajo su techo.