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Hay una luz en Pittsburgh

Cuando arrancó la temporada baja del 2022, muchos de los seguidores de los Acereros de Pittsburgh se daban de golpes en la pared ante la incertidumbre en la posición de quarterback tras el retiro de Ben Roethlisberger, y aunque tildaron de paliativos la llegada de nuevos pasadores al equipo, parecen no darse cuenta de que quizá tienen a un muy buen jugador que quizá sólo necesita pulirse un poco para demostrar que la campaña que esta por empezar no será un tobogán de decepciones.

En efecto, nos referimos a Mitch Trubisky, y del que la gran mayoría que no lee o no procura estar enterado de las noticias en la Liga, ignora que este mariscal de campo fue en su momento una segunda selección global del Draft en 2017, cuando fue la primera selección colegial de los Osos de Chicago y a quien vislumbraban como su jugador franquicia para los siguientes 10 años.

Mitch Trubisky

Mitch Trubisky

Y aunque mucha agente podría argumentar que esa clase de situaciones siempre se han dado en la NFL (pasadores destacados a nivel colegial pero un fracaso en el profesional), en el caso de Trubisky parece ser diferente, pues aunque es verdad que tuvo muchos altibajos con los Osos, y que pareciera que su desarrollo como jugador fue en retroceso y nadie daba un centavo por él, la realidad es que el talento esta ahí, y algo muy diferente fue que nunca tuvo un buen tutor que le ayudara a crecer como quarterback.

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Los destellos siempre existieron, la inconsistencia fue su sello, pero en más de las ocasiones eso se debe al mentor que cada mariscal tenga. Con Chicago ese papel le correspondió a Matt Nagi, el entrenador en jefe y que llegó con un gran cartel procedente de los Jefes de Kansas City y arropado por el prestigio del coach Andre Reid, sin embargo, la teoría no igualó a su pedagogía como maestro para Trubisky, quien sencillamente se fue perdiendo hasta que, al igual que Nagi, salió del equipo por la puerta trasera.

El año anterior Trubisky fue parte de los Bills de Buffalo, y ciertamente no tenía más futuro en ese equipo que ser suplente de Josh Allen, el explosivo y temperamental pasador, no obstante, cuando se le requirió, Mitch mostró que aún tiene la calidad para ser titular en otro lugar, no por nada la directiva de los Acereros se fijó en él.

Porque siendo sinceros, para haber sido considerado como el pasador más prometedor en aquel Draft del 2017 por los buscadores de talento, incluso por encima de Patrick Mahomes y Deshaun Watson (que fueron seleccionados después de Mitch aunque con historias muy diferentes) es porque algo le vieron, y eso no se pierde de la noche a la mañana.

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De hecho, estadísticamente no posee malos números en su corta carrera de cuatro años con los Osos, donde tuvo dos campañas de más de 3 mil yardas, otras dos de más de 2 mil y un porcentaje de efectividad siempre por arriba del 60 por ciento. Es cuando podemos decir que a este chico lo que le hace falta es un maestro, y aunque en Pittsburgh no hay precisamente un cerebro ofensivo, si podemos asegurar que saben cómo hacer caminar al equipo en la posición.

LA ESTRELLA LOCAL

Algunos creen que el futuro del conjunto está en Kenny Pickett, el ex mariscal de la Universidad de Pittsburgh y que fue su primera selección colegial del Draft del 2022. Es verdad, quizá tengan razón, después de todo, Pickett es un ídolo en la localidad tras su pasó con las Panteras en la Universidad, además de que esta vez la directiva de los Rooney parece que no quisieron volver a cometer el mismo error en el que cayeron en 1983 cuando dejaron pasar la posibilidad de llevarse a Dan Marino, también estrella de las Panteras de Pittsburgh, algo de lo que, se dice, aún se arrepienten en las oficinas de los Acereros.

Y es verdad, Pickett ha demostrado su valía en estos juegos de pretemporada, pero aún es un chico de 24 años que puede aprender pacientemente desde la banca mientras Trubisky, con 28 años de edad y cinco temporadas ya en su haber como jugador, puede tomar el rol protagónico.

A diferencia de muchos mariscales que han pasado por la misma situación que Mitch y se dieron por vencidos, este chico parece que se empeña en demostrar que aún puede lograrlo, por lo que podemos pensar que, aunque quizá los Acereros no tengan una campaña de 7 u 8 victorias, tampoco serán el hazme reír de la Liga, porque si algo se le reconoce al coach Mike Tomlin, y lo ha demostrado a lo largo de su ya basta trayectoria de 15 años al frente de Pittsburgh, es que siempre se las arregla para presentar un equipo decente y sacar el mayor provecho del material humano que tenga a su disposición.