Deportes
'Para entender el deporte'  --


Dr. Mario Antonio Ramírez Barajas

Navegando en la montaña rusa emocional del deporte juvenil

Gestión emocional post-partido

El encuentro ha finalizado, ¿y ahora qué? “No sé bien qué hacer pues cuando mi hijo gana siempre está de buen humor, contento. Cuando pierde trato de alentarlo, diciéndole que está bien. A veces intento analizar con él los errores que ha cometido y cómo puede mejorar. Le muestro lo que indica el entrenador. Su respuesta suele ser de enfado. ¿Qué debo hacer?"

Supongo que muchos de ustedes han vivido situaciones parecidas: su hijo está eufórico después de una victoria o, al contrario, abatido tras una derrota. Las emociones pueden ser intensas al finalizar un partido deportivo: positivas o negativas, dependiendo del resultado. Son momentos en que los jóvenes necesitan tiempo para calmarse, recuperar la serenidad.

La importancia del entrenador y el papel de los padres

Los deportes pueden generar una montaña rusa emocional. Cuando termina el partido, esa tensión puede persistir por un tiempo. Los más jóvenes tienden a calmarse más rápido. Pero en ese intermedio, es mejor no hacer ninguna evaluación del rendimiento, pues probablemente no estén receptivos a la retroalimentación.

Es esencial que padres y entrenadores trabajen juntos y eviten emitir mensajes contradictorios.

Es esencial que padres y entrenadores trabajen juntos y eviten emitir mensajes contradictorios.

Foto: Autor.

Después de un tiempo es posible abordar los aspectos del juego. Pero, ¡cuidado! Las evaluaciones, las conclusiones sobre cómo han competido... esas son responsabilidad del entrenador. El entrenador es un profesional del deporte, con vasta experiencia y dedicación a la formación, y debe ser quien guíe el progreso. Si como padres tenemos alguna duda, debemos acudir a él y pedirle su opinión sobre el progreso de nuestro hijo.

Es esencial que padres y entrenadores trabajen juntos y eviten emitir mensajes contradictorios. ¿Qué deberíamos hacer como padres después de la competencia? Apoyar a nuestro hijo: darle tiempo para calmarse y luego hablar sobre su experiencia o temas no relacionados con el deporte.

Comunicación efectiva y el valor del deporte

Empatizamos con él/ella al terminar el juego, especialmente cuando el resultado no es el esperado. Deberíamos eliminar frases del tipo "no pasa nada". Tu hijo se ve afectado por el resultado del partido, pues representa mucho más que un simple número. Representa su esfuerzo, horas de entrenamiento, esperanzas, etc. Si el mensaje que recibe es "no pasa nada", no se sentirá comprendido. Por eso, expresar "Entiendo que te sientas molesto, es totalmente normal, vamos a relajarnos un poco y si quieres me cuentas cómo te sientes" ayudará a que el niño se sienta comprendido.

Por último, para los jóvenes deportistas, el resultado es menos importante para medir el progreso. Es fundamental que nuestras palabras y actitudes no cambien drásticamente según gane o pierda. Si reforzamos mucho su victoria con frases como "eres el mejor, es increíble cómo lo has hecho..." y apenas hablamos cuando pierde, el deportista comenzará a asociar que ganar hace "feliz" a sus padres.

Cada resultado tiene su propósito

En el deporte de élite, ganar es un fin, la razón que justifica todo el esfuerzo.

Pero en el deporte infantil y juvenil, competir y ganar deben ser un medio para desarrollar habilidades y valores deportivos, y favorecer el crecimiento deportivo y personal de los jóvenes deportistas.