Deportes
'Para entender el deporte...' --

​Dr. Mario Antonio Ramírez Barajas

" Por un observador del tiempo”

"Sarcopenia: La Batalla Silenciosa Contra el Tiempo y Cómo la Actividad Física Dibuja un Camino de Esperanza"

En mi caminar pausado por los senderos de la vida, he visto cómo el tiempo, ese ladrón silencioso, despoja lentamente a los cuerpos de su vigor, en un proceso tan misterioso como inevitable llamado sarcopenia.

Sí, sarcopenia, esa palabra que suena a sentencia, a final de una historia, pero que, en mi mente, inquieta y siempre curiosa, se ha convertido en el comienzo de una aventura, en la chispa que enciende la llama de la resistencia.

La sarcopenia, esa pérdida progresiva de masa muscular que nos acecha con el paso de los años, es como un fantasma que se cuela en nuestras vidas, robándonos la fuerza, la agilidad, la capacidad de abrazar el mundo con la misma intensidad de antaño. Pero en este escenario, donde el declive parece el único actor, he descubierto un héroe inesperado: la actividad física.

La lucha contra la inevitabilidad

Mientras paseo por el parque, observo a personas de todas las edades desafiando al tiempo con sus zancadas, sus estiramientos, sus levantamientos de pesas. Cada movimiento es un grito de desafío, una afirmación de vida. La actividad física, lejos de ser una simple rutina, se convierte en una coreografía de resistencia contra la sarcopenia.

El despertar de los músculos dormidos

Cada vez que elevo una pesa o doy una vuelta en mi bicicleta, siento cómo mis músculos, esos fieles compañeros de viaje, responden con un vigor renovado. No es sólo la fuerza lo que recupero, sino la confianza en mi propio cuerpo, en su capacidad para seguir siendo un vehículo de aventuras, de sueños, de vida.

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El encuentro con el espejo

En los momentos de silencio, frente al espejo, contemplo los cambios. Las marcas del tiempo están allí, sí, pero también está la firmeza recuperada, el contorno redibujado de un brazo, de una pierna, testimonios de una lucha diaria, silenciosa pero firme.

La conexión entre mente y cuerpo

El ejercicio no sólo rejuvenece los músculos, también revitaliza la mente. Cada paso en la cinta, cada pedalada, es también un ejercicio de concentración, de conexión con el aquí y el ahora, un antídoto contra el olvido, contra la dispersión.

El desafío a la gravedad

Observo a los ancianos en el parque, algunos con bastones, otros apoyándose en los bancos, y veo en sus ojos el deseo de desafiar a la gravedad que los tira hacia abajo. Y cuando se levantan, cuando dan un paso, otro, veo la victoria, pequeña pero significativa, contra esa fuerza implacable.

La búsqueda de la eternidad en lo efímero

En mi rutina de ejercicios, he encontrado un sentido de eternidad en lo efímero. Cada repetición, cada kilómetro recorrido, es una acumulación de momentos, un tejido de instantes que juntos forman un tapiz de resistencia contra el paso del tiempo.

El encuentro con otros Guerreros

En el gimnasio, en las calles, en los parques, encuentro a otros como yo, guerreros en su propia batalla contra la sarcopenia. Compartimos consejos, experiencias, risas. En esta lucha, nadie está solo.

La reflexión final

Al final del día, cuando el cansancio se asienta en mis huesos, pero la satisfacción inunda mi ser, comprendo que la batalla contra la sarcopenia no es sólo física, es también espiritual. Es un recordatorio de que, aunque el tiempo es inexorable, hay maneras de vivirlo, de experimentarlo, que nos llenan de vida, de energía, de una juventud que no se mide en años, sino en experiencias, en momentos vividos con intensidad.

En sincronización con el Universo

Y así, mientras el sol se pone, prometo continuar mi danza con el tiempo, moviéndome al ritmo de la vida, celebrando cada movimiento, cada esfuerzo, en esta aventura sin fin que es vivir. Porque en el ejercicio, en la resistencia, en la lucha contra la sarcopenia, he encontrado no sólo un camino hacia una mejor salud física, sino hacia una comprensión más profunda de lo que significa envejecer: no es un fin, es un cambio, una transformación, una oportunidad de redescubrirnos, de reinventarnos, de seguir siendo eternamente jóvenes en el teatro de nuestra existencia.