Pelé
La leyenda cuenta que las lágrimas de su padre cuando Brasil perdió en el inolvidable “Maracanazo” fueron la razón por la que “Pelé” se dedicó al futbol. Ese día, con 9 años, le prometió a su padre que le daría a Brasil su primer campeonato del mundo.
Les dio tres. Los tres los vio su padre.
Su historia comenzó en las pequeñas canchas de Tres Coracoes, donde hoy está su museo, y se consagró en la enorme cancha del Estadio Azteca, cuando levantó y se llevó a casa la Jules Rimet.
Es el único que ha ganado en tres ocasiones la Copa del Mundo, y con quien comenzó la “leyenda del 10”, el número en la espalda que identificaba al mejor jugador de cada equipo. Y fue gracias a que él lo portó.
EL MITO SE ENGRANDECE CON SUS NÚMEROS
Los números y títulos están y estarán para la eternidad y hasta podría parecer inútil recordarlos, todo mundo los conoce, los admira e incluso ya algunos han sido superados. El récord Guinness dice que fueron 1283 goles en 1364 partidos, la Confederación Brasileña le da 1281, pero eso es lo de menos, hasta la búsqueda exacta de sus goles anotados es algo que engrandece el mito.
La historia de Pelé en las canchas terminó en Nueva York en 1977, pero la segunda parte de su vida hizo que la distancia que él tuvo con sus “herederos” fuera todavía más grande. Ya como jugador retirado estuvo también alejado de escándalos o malos pasos. Hubiera sido muy fácil involucrarse en temas que le dieran mayores ganancias económicas, pero su carácter le hizo entender que con su personalidad y trayectoria le bastaba para darse una gran vida y mantenerse en lo más alto por todo el mundo. Supo también jugar con los políticos y empresarios que buscaban hacer paredes con el y que les devolviera algo de su grandeza.
COMPARACIONES BANALES Y ABSURDAS
Sí, por supuesto que cometió errores, principalmente en su vida personal. También se involucró en la política brasileña y a pesar de lograr varias cosas positivas para el deporte de su país, no hizo los cambios que había prometido.
Hace unos días Messi levantaba la Copa del Mundo y las comparaciones regresaron, ya no eran las del argentino con Cristiano, ahora los más osados decían que había superado a Pelé y a Maradona. Su argumento es que Pelé nunca jugó en Europa. Así de banal y de absurdo.
Pelé y Maradona
El “eurocentrismo futbolero” que nos ha regido en las últimas décadas no admite que en la época de Pelé el mejor futbol se jugaba en Sudamérica y que el brasileño tuvo cientos de ofertas para jugar en el viejo continente, pero siempre las rechazó.
Sí, sus récords de títulos hoy han sido ampliamente superados, pero no hay comparación con la cantidad de torneos que se juegan ahora con los que antes se hacían, o simplemente con las distancias que hoy se recorren gracias al avance de las comunicaciones con los trayectos que antes hacían para disputar tan sólo un encuentro.
DISCUSIÓN GENERACIONAL
El debate sobre su grandeza es sin duda también motivo de una discusión generacional entre quienes lo vieron jugar y quienes tenemos que conformarnos con sus videos. Vaya, yo todavía me muero de envidia cada que mi padre me recalca “yo lo vi jugar en el Jalisco, allá en el 70”.
Las generaciones actuales dicen que no hubiera aguantado el ritmo con el que se juega hoy. Por supuesto que nunca habrá acuerdos entre generaciones, pero de todas las leyendas deportivas, en cualquier deporte, creo que Pelé es quien mejor se hubiera adaptado a las exigencias físicas de esta época. Era una “bestia” físicamente, muy por encima de sus contemporáneos.
EL PRIMERO DENTRO DE LA CANCHA
Pero compararlo con otros “grandes” me parece hasta ofensivo. Hoy se trata solamente de Pelé, de O’ Rei, el que hizo las cosas primero dentro de la cancha, antes que cualquier otro. Todos los demás buscaron imitarlo, hay quienes se le acercaron, la gran mayoría no, pero todos lo siguieron a él.
La leyenda comenzó desde aquellas lágrimas de su padre, a partir de hoy toca disfrutar su legado. Descanse en paz “O’ Rei” Pelé.