Recuperar la confianza de la afición al futbol en nuestro país debe ser el principal objetivo de la Federación Mexicana de Futbol y la Liga MX para este 2023.

Generalmente tras las eliminaciones mundialistas los aficionados se encuentran molestos y su regreso a los estadios cuesta trabajo, pero esta vez es completamente diferente a cualquier situación que se haya vivido en el futbol mexicano al venir del mayor fracaso de la selección nacional por lo menos treinta y dos años, sí, desde el escándalo de los cachirules.

No sólo la selección fue eliminada en primera fase, también perdió el dominio de CONCACAF con Estados Unidos y Canadá, además de que los clubes nacionales han sido superados por los de la MLS en los últimos enfrentamientos.

La afición, una incógnita…

Se ha cuestionado ya la calidad de los extranjeros en la liga y la suspensión del ascenso y descenso es algo que se ha convertido en un ridículo para quienes buscamos espectáculo. Sumémosle a todo esto la situación económica de nuestro país y el mundo, con inflación, la cuesta de enero, y otros factores, y seguramente el arranque de torneo será de poca gente en las tribunas. Es una incógnita la manera como responderá la afición.

El panorama no luce agradable. De entrada, los cambios vendrían hasta finales de enero, cuando acaben los sesenta días que la federación se puso de límite para analizar el problema. Con eso, este Clausura 2023 ya no tendrá modificaciones. Habrá que agregar que los primeros partidos de la selección son contra Jamaica y Surinam en marzo. Dos juegos intrascendentes.

En junio toca la Copa Oro, otro torneo que no servirá de mucho pero que por obligación se debe ganar. Cualquier otro resultado será un fracaso y la presión aumentará.

Urge nombrar nuevo entrenador del Tri

El primer paso a nivel selección deberá ser el nombramiento del entrenador. Para mí no hay duda, mi candidato es Rafa Márquez. Claro que no tiene experiencia, pero sigue siendo la figura más relevante del tricolor en los últimos 20 años. Respetado dentro y fuera de la cancha y con mucho crédito por explotar en la selección nacional. No sé si lo acepte, si está en sus plantes tomar tan pronto esta responsabilidad, pero debería de ser el primer nombre en la mente de Jaime Ordiales y Yon de Luisa.

Cualquier otro llegará con dos goles de desventaja. Si no es mexicano, si es recomendado por promotores, que no conoce el medio mexicano, etc., la lista de contras será mayor que los puntos a favor, sea quien sea.

Comienza el 2023, un año trascendental para el futbol mexicano. Las decisiones que se tomen en los próximos meses serán la semilla de lo que llegará en el 2026, en el Mundial.