El griego Stefanos Tsitsipas, vigente campeón y tercer favorito, no falló ante el alemán Alexander Zverev (6-4 y 6-2) y accedió a la final del Masters 1000 de Montecarlo cuyo título defenderá ante el español Alejandro Davidovich de 22 años de edad, quien por su parte llega a su primera final ATP.

Tsitsipas jugará su decimonovena final, la cuarta de un Masters 1000, con solo un éxito, el del año pasado en este escenario, y dos derrotas, en Madrid y Canadá. Pretende el octavo trofeo de su carrera, el primero de este año en su segunda final tras la de Rotterdam.

Para plantarse en la final Davidovich se impuso al búlgaro Grigor Dimitrov por 6-4, 6-7 (2-7) y 6-3 dejando claro el buen momento por el que pasa y no por nada eliminó en segunda ronda al serbio Novak Djokovic. El malagueño firmó, en términos generales, un gran partido de semifinales contra Dimitrov, mismo que se pudo definir en el segundo set, pero los errores y la reacción del búlgaro obligaron a un tercer episodio.

En cuanto a Tsitsipas le ganó el clásico de los nuevos tiempos a Zverev, asentado entre los mejores del circuito y aspirantes a cada gran evento.

Los antecedentes favorecen al tenista ateniense, que antes de esta semifinal había ganado seis. Entre ellos, los dos que habían jugado en tierra. En Roland Garros, semifinales, el pasado año, y el Masters 1000 de Madrid, en el 2019. Ahora, en Montecarlo, amplió su ventaja particular y acentuó el dominio en arcilla sobre el germano.

Es este el único torneo Masters 1000 sobre arcilla que le falta a Zverev que se deshizo paulatinamente y que prácticamente dimitió en el segundo set.

Ambos se dejaron gran parte de sus fuerzas en semifinales. El alemán tuvo que superar una maratoniana puja con el italiano Jannik Sinner de más de tres horas de juego. Tsitsipas necesitó llegar al límite para vencer en tres mangas también al argentino Diego Schwartzman.