Semifinales de Copa América y estar dentro de los ocho mejores en el Mundial del 2026 son los retos deportivos puestos sobre la selección mexicana y Jaime Lozano tras la presentación de la nueva estructura de selecciones nacionales que hizo la FMF a mitad de semana.

Deportivamente en estos momentos parecen más sueños que objetivos reales, y es que el principal problema del futbol mexicano a nivel internacional no se va a resolver solamente con una declaración de intenciones o plantear objetivos alegremente. El problema sigue siendo la materia prima, esa misma que en estos momentos luce muy lejos de poder competir contra las máximas estrellas mundiales y que continúa sin resolver uno de los problemas principales, la competencia al máximo nivel.

A foguearse con los mejores

Mientras no haya más mexicanos compitiendo en las mejores ligas del mundo, y con minutos de manera constante, será muy difícil mejorar la calidad competitiva de la selección en los torneos de mayor nivel, mucho más que en la Copa Oro.

En el arranque de la temporada 2023-2024 solamente Guillermo Ochoa, Johan Vázquez, Edson Álvarez, Raúl Jiménez, Santi Giménez y todavía -por ahora- Hirving Lozano, cumplen con eso. Solamente seis jugadores, a diferencia de las selecciones candidatas, que tienen a todas sus plantillas en los más altos niveles.

No está mal plantear objetivos altos, al contrario, es lo que se espera cuando comienza una nueva administración, pero también hay que plantear cómo llegar a ellos con lo que se tiene y proponer mejoras para los siguientes años.

Jaime Lozano tiene el reto más importante de su carrera hasta ahora y ha comenzado de muy buena forma su gestión, pero a partir de ahora será diferente, porque ya no es más el interino o el segundo a cargo. Ha demostrado capacidad para manejar un grupo tan complicado como lo es el de los seleccionados, y ese ha sido su mayor acierto.

Lozano se ganó el puesto a pulso

No tengo ninguna duda de que la mejor decisión fue dejarlo en el cargo. Él se lo ganó con trofeos, pero ahora las críticas serán más agudas y, sobre todo, la calidad de los rivales, respecto a la Copa Oro, será mucho mayor.

Otro punto a su favor es que tiene muy buen crédito, y tiene tiempo para trabajar en su equipo, de aquí al próximo verano, cuando se juegue la Copa América.

También, el discurso de la FMF ha sido que no analizará el trabajo solamente por los resultados o las críticas, sino qué hay un respaldo importante para trabajar a largo plazo y con confianza.

La importancia de los procesos

En caso de que no se consigan los resultados deportivos, habrá que analizar las formas, porque en un partido pueden pasar muchas cosas, pero si el proceso marcha de la forma correcta, debe continuar. A diferencia de lo ocurrido con el “Tata” o con Cocca, cuyos procesos iniciaron de mala forma o se descompusieron de manera irreversible.

• Tres años me parece muy poco para llegar a los más altos niveles del futbol mundial, pero ojalá me equivoque.