
Ubicada en el Estado de México, la planta de Pfizer en Toluca es la única instalación de manufactura de medicamentos de la farmacéutica en el país y una de las tres que existen en Latinoamérica, junto con las de Brasil y Argentina. La Crónica de Hoy tuvo acceso exclusivo a sus instalaciones para conocer de cerca el proceso de creación, almacenamiento y distribución de sus productos, incluyendo vacunas clave como las del neumococo y el virus sincitial respiratorio (VSR).
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Manufactura y empaque: precisión y control
El recorrido inicia en el área de manufactura, dividida en tres secciones: manufactura, empaque primario y empaque secundario. Aunque las vacunas no se producen en México, la planta recibe jeringas prellenadas desde el extranjero para su empaquetado y distribución nacional.
El proceso de empaque es meticuloso: las jeringas se etiquetan con número de lote y fecha de caducidad, se agrupan en bancos de cinco unidades y se colocan en estuches de una o diez dosis. Todo esto bajo estrictos controles de temperatura, ya que el tiempo fuera de refrigeración no debe superar las 341 horas.
El sistema híbrido —automatizado y manual— permite una capacidad de producción de mil piezas por hora, con lotes de hasta 25 mil unidades, destinadas principalmente al mercado mexicano.
Centro de almacenamiento: tecnología y seguridad
Inaugurado en 2020 con una inversión de 20 millones de dólares, el centro de almacenamiento y distribución de Pfizer Toluca es una instalación de alta tecnología. Cuenta con 12 racks automatizados operados por grúas robóticas que localizan productos mediante coordenadas digitales, garantizando trazabilidad total.
Las vacunas y medicamentos sensibles se almacenan en cámaras climatizadas entre 2 y 8 °C, con capacidad para cientos de tarimas. Además, el sistema de iluminación eficiente, los protocolos de limpieza mensual y el mantenimiento semestral aseguran condiciones óptimas de conservación.
La seguridad es prioritaria: productos de alto valor o controlados por Cofepris se almacenan en zonas restringidas, accesibles solo mediante un sistema de “bloque candado”. Todos los envíos se monitorean por GPS y, dependiendo del riesgo, se asigna custodia civil o armada.

Laboratorio: garantía de calidad
El laboratorio de operaciones de calidad está dividido en áreas como microbiología, materia prima, estabilidades analíticas y soporte analítico. Aquí se realizan análisis tanto de productos fabricados localmente como importados, asegurando que cumplan con los estándares nacionales e internacionales.
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Una de sus funciones clave es validar que los métodos aplicados en planta coincidan con los utilizados por los laboratorios oficiales del gobierno, garantizando resultados reproducibles y precisos.
La planta de Pfizer en Toluca representa un ejemplo de innovación, eficiencia y compromiso con la salud pública. Desde la manufactura hasta la entrega final, cada paso está diseñado para asegurar que los medicamentos y vacunas lleguen a su destino en condiciones óptimas, beneficiando a millones de personas en México.
Pfizer garantiza la calidad de sus medicamentos en Toluca
Detrás de cada tableta, jarabe o vacuna que llega a manos de pacientes en México y otros países de Latinoamérica, hay un riguroso proceso científico que asegura su eficacia y seguridad.
Tecnología de punta al servicio de la salud
El laboratorio está equipado con herramientas de alta precisión como disolutores, campanas de extracción y cromatógrafos, que permiten simular procesos fisiológicos como la disolución de una tableta en el organismo. Estas pruebas aseguran que el principio activo se libere correctamente y cumpla con lo prometido en el empaque.
Los análisis incluyen pruebas de identidad, potencia, pureza, disolución y desintegración, todas realizadas bajo estrictos estándares internacionales. Además, se llevan a cabo estudios de estabilidad que simulan las condiciones climáticas de los países donde se distribuirán los medicamentos, lo que permite establecer científicamente su fecha de caducidad.
Cromatografía líquida: precisión al más alto nivel
Una de las técnicas más avanzadas utilizadas es la cromatografía líquida, que permite separar compuestos y detectar trazas con altísima precisión. Esta herramienta es clave para garantizar que cada medicamento cumpla con los más altos estándares de calidad.
Aunque los equipos son sofisticados, el elemento humano es fundamental. Científicos y técnicos altamente capacitados programan parámetros, interpretan datos y validan resultados. Cada decisión técnica está respaldada por años de experiencia y formación especializada.
Doble filtro de seguridad
El laboratorio no solo realiza análisis, sino que también emite recomendaciones de uso basadas en los resultados. Sin embargo, el dictamen final sobre la liberación de un producto recae en el área de aseguramiento de calidad, lo que garantiza un doble filtro antes de que cualquier medicamento llegue al mercado.
La planta de Pfizer en Toluca cuenta con certificaciones de países como México, Colombia, Argentina y Perú, lo que implica seguir rigurosamente normativas internacionales y locales. Este cumplimiento estricto es una muestra del compromiso de la farmacéutica con la salud pública y la excelencia científica.